Aqualia se adjudica la gestión de las dos principales depuradoras de la ciudad de La Meca en Arabia Saudí
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Aqualia ha resultado adjudicataria del contrato para la operación y mantenimiento de las dos mayores depuradoras en La Meca (Arabia Saudí) en consorcio con la empresa local Alkhorayef Water and Power Company. Las depuradoras de Hadda y Arana tratan un caudal medio de 250.000 m3 y un caudal máximo de 375.000 m3. El contrato tiene una duración de tres años y la cartera de negocio del proyecto alcanza los 20 millones de euros.
La Meca cuenta con una población estable de 1,5 millones de habitantes, que se ve incrementada de manera considerable por las visitas de los peregrinos. Se calcula que se producen alrededor de 13 millones de visitas anuales y que la afluencia máxima puntual durante el mes de Ramadán (en la festividad del Hajj) es de 4 ó 5 millones de personas. Esta situación hace que los caudales de llegada a las plantas de tratamiento presenten variaciones muy importantes.
Con esta nueva adjudicación, Aqualia consolida su posicionamiento en Oriente Medio y más concretamente en Arabia Saudí, siendo el tercer contrato desde que desembarcara en Riad en el año 2011.
El consorcio entre ambas compañías será responsable de la operación y mantenimiento de las instalaciones y sus unidades de tratamiento, lo que incluye talleres, laboratorios, instalaciones eléctricas, estado de las vías de servicio, sistemas de seguridad, abastecimiento, saneamiento y drenaje dentro de las instalaciones, mantenimiento ambiental de las instalaciones, del equipo de laboratorio y realización de los análisis.
Este proyecto se enmarca dentro del programa que desarrollan las autoridades de Arabia Saudí y que pretende transformar y modernizar la gestión del ciclo del agua en el país. En este contexto, la empresa estatal de agua saudí, la National Water Company (NWC), está mejorando considerablemente el funcionamiento y el rendimiento del sector mediante la incorporación de empresas internacionales especializadas en O&M (Operación y Mantenimiento).
Proyectos en Oriente Medio
En los últimos años Aqualia ha sido la empresa elegida para desarrollar diferentes proyectos en Oriente Medio. En 2010 fue seleccionada para optimizar la red de abastecimiento de agua en Riad, la capital de Arabia Saudí. Este contrato supuso un hito para todo el sector, puesto que fue el primero de gestión de agua concedido a una empresa española en Oriente Medio.
Desde enero de 2012 Aqualia, en consorcio con la empresa local MACE Contractors, gestiona el sistema de saneamiento y depuración de la zona este del emirato de Abu Dhabi, de más de 2.400 kilómetros de longitud.
Además, en diciembre del pasado año la compañía de gestión del agua de FCC, junto con las empresas EPC y Hyundai Rotem, opera en Qatar, donde gestiona el saneamiento de la ciudad de Al Dhakira, situada en la costa este catarí, a unos sesenta kilómetros de Doha, la capital del país. El proyecto incluye la construcción y operación de una depuradora para atender las necesidades de más de 200.000 habitantes.
Aqualia, como empresa especializada en el diseño, construcción y operación de todo tipo de infraestructuras de saneamiento opera 320 plantas depuradoras en cuatro continentes. En este sentido, la compañía colabora significativamente en la mejora de la calidad de vida de las sociedades en las que trabaja.
Junto con su experiencia en proyectos de depuración y saneamiento, la compañía trabaja en diferentes iniciativas de I+D+i para aplicar nuevas tecnologías a estos procesos. Cabe destacar el proyecto All-gas, desarrollado bajo el programa FP7 de la Unión Europea y que estudia el uso de las microalgas en el proceso de tratamiento de aguas residuales como modo para obtener biocombustibles. El proyecto, que se desarrolla en Chiclana (Cádiz), ha alcanzado su fase demostrativa y empezará a testar el biogás producido en cuatro vehículos Volkswagen.
Por otro lado, la tecnología patentada ELAN® basada en las bacterias anammox, conlleva importantes ventajas en la depuración: un ahorro en el consumo eléctrico asociado al proceso de eliminación de Nitrógeno; menor producción de lodos, con el consiguiente ahorro en el tratamiento y manipulación de los mismos; y ventajas medioambientales por cuanto la liberación de dióxido de carbono a la atmósfera es inferior a la del proceso convencional.