América Latina: entender la realidad rural, clave para un acceso universal a agua potable
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Para que América Latina logre ofrecer servicios de agua y saneamiento eficientes y seguros a todos sus habitantes será imprescindible redefinir el concepto de lo rural, ya que podría ser mucho más amplio de lo que se considera habitualmente, según afirma el informe Agua potable y saneamiento en la nueva ruralidad de América Latina, elaborado por CAF -Banco de Desarrollo de América Latina.
Según la publicación, una redefinición de lo rural que actualice el concepto e incorpore dimensiones socio-económicas, demográficas, de acceso a servicios y conectividad contribuiría a mejorar la eficiencia de las políticas públicas que se implementan en las zonas rurales, donde se registran los mayores déficits en cuanto al acceso a servicios de agua y saneamiento -cerca de 46 millones de habitantes rurales no disponen de instalaciones de saneamiento mejorado y 21 millones carecen de acceso a agua potable.
En este sentido, el informe pretende facilitarla elaboración y ejecución de proyectos de desarrollo en agua y saneamiento rural en la región a través de una redefinición de lo rural.
"Las estrategias y la planificación de las inversiones en agua y saneamiento deberán tener más en cuenta las particularidades de los habitantes en zonas rurales. En los próximos años será imprescindible realizar grandes inversiones y apoyar a los gobiernos, especialmente de los municipios y comunidades, para garantizar la calidad del servicio y la sostenibilidad de los servicios", explicó Víctor Arroyo, experto en agua y saneamiento en CAF y coordinador de la publicación.
Según el experto, la nueva ruralidad de América Latina puede convertirse en una oportunidad para disminuir la brecha en el acceso a servicios de agua y saneamiento y promover la inclusión de las necesidades y prioridades de sectores y grupos marginados, particularmente los pobres, siempre que a nivel institucional se adoptan las medidas adecuadas y se inviertan mayores recursos y de forma más eficiente. Estas inversiones estarán determinadas por "las políticas públicas que se adopten y por la capacidad de las instituciones dedicadas a la problemática rural, que adicionalmente deberán diseñar políticas que consideren los enfoques de gestión integrada de las recursos hídricos", afirmó Arroyo.
Agua potable y saneamiento en la nueva ruralidad de América Latina constituye una herramienta útil que apoya la labor de los técnicos dedicados a la formulación de la política sectorial de agua y saneamiento a nivel nacional, al igual que proporciona lineamientos para el diseño de proyectos de mayor impacto. Adicionalmente, analiza otros elementos necesarios para asegurar la sostenibilidad de los proyectos, como son la participación de las comunidades en el diseño de las soluciones tecnológicas y en la gestión, operación y mantenimiento de los servicios, el enfoque basado en la demanda y el papel de los gobiernos locales.
Situación en los países de la región
Estos son algunos mensajes clave y la radiografía que el informe hace de la situación en los países de América Latina:
• Los países de América Latina y El Caribe avanzan hacia una mayor urbanización, pero la población rural no desaparecerá. Se estima que, en 2030, algunos países tendrán una población rural superior al 30%. A su vez, el conjunto de cambios sociales, económicos y políticos están diseñando lo que se ha denominado "la nueva ruralidad".
• El acceso a agua y saneamiento es un derecho humano. Pese a los avances logrados en las dos últimas décadas, se mantienen las brechas de cobertura entre áreas rurales y urbanas y entre acceso a agua y a saneamiento. Sin embargo, se tienen experiencias exitosas validadas en programas con un amplio componente de participación comunitaria, tales como los de Ecuador, Bolivia, Honduras, Nicaragua y Perú; en varios casos, se cuenta con estrategias de intervención en las que las comunidades rurales implementan la contratación de servicios de los proveedores para acceder a la rehabilitación o construcción de sus sistemas de agua potable y saneamiento básico.
• Una de las lecciones extraídas de las experiencias en la región se refiere a los costos per cápita que se asignan en las inversiones. Este debate se hace aún más complejo al adoptar políticas de saneamiento rural que satisfacen las necesidades actuales de una población rural más consciente, mas conectada, con aspiraciones a un servicio de más calidad, como el que proporciona la "unidad básica de saneamiento" (UBS), superando las tradicionales letrinas. Las UBS son servicios sostenibles y de calidad, pero con unos costos mayores.
• El ciclo del proyecto en agua y saneamiento rural debe privilegiar la calidad y sostenibilidad de los servicios antes que el desarrollo de infraestructura, para ello es necesario garantizar un acompañamiento y seguimiento durante un tiempo prudencial después de ejecutar el proyecto, se tienen experiencias de acompañamiento en la fase posproyecto, en países como Bolivia, Colombia, México, Nicaragua y Perú, donde los Gobiernos locales brindan asistencia técnica a los operadores y comunidades rurales.
• En la implementación de los programas rurales, se ha identificado la coordinación intersectorial o multisectorial como una estrategia de intervención que contribuye a la mejora de los procesos de implementación, genera sinergias entre los actores locales y mejora la asistencia posproyecto.
• Los procesos de descentralización en la región requieren ser replanteados o relanzados para responder a los nuevos desafíos en la provisión de servicios básicos.