Aitex trabaja en la obtención de productos químicos y vectores de almacenamiento de energía a partir de residuos
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El sector textil ha emergido como uno de los mayores contaminantes en las últimas décadas. Desde 1996, con la irrupción del modelo de “fast fashion”, la producción de fibras textiles se ha duplicado, alcanzando un récord de 111 millones de toneladas en 2019. Este crecimiento exponencial ha sido impulsado por la reducción de precios y un aumento del 40% en la compra de ropa por parte de los europeos, lo que, unido al corto ciclo de vida de las prendas, ha resultado en una alarmante generación de residuos textiles. Se proyecta que para 2030 el consumo textil alcanzará los 102 millones de toneladas, lo que agrava la crisis de residuos. Actualmente, más del 85% de los textiles terminan en vertederos o son incinerados, perpetuando un modelo de economía lineal. Frente a esta situación, el Pacto Verde Europeo busca reducir las emisiones y alcanzar la neutralidad climática para 2050, promoviendo la economía circular. Una de las medidas claves es la implementación obligatoria, antes de enero de 2025, de la recogida selectiva de residuos textiles, con el objetivo de facilitar su reutilización y reciclado. Recogida tanto de residuos preconsumo (generados por el proceso industrial), más fáciles de reciclar por su homogeneidad, como de posconsumo (desechos de la población), que presentan mayores desafíos por su composición heterogénea y mayor contaminación, teniendo que seguir el modelo de economía lineal (Figura 1).
Figura 1. Modelo de economía lineal en el sector textil
El proyecto WASTE2CHEMVALUES, llevado a cabo por AITEX, aborda la problemática del manejo de residuos textiles, especialmente los posconsumo, mediante la implementación de procesos termoquímicos como la gasificación y la pirólisis. Estos métodos permiten transformar residuos textiles no reciclables en vectores energéticos y productos de alto valor añadido, ofreciendo una solución viable a corto y medio plazo para reducir el volumen de desechos acumulados.
Con este proyecto AITEX demuestra como estos procesos son extremadamente ventajosos y transversales respecto a procesos actuales de revalorización textil.
Todo ello permite a AITEX implementar un modelo de economía circular (Figura 2) a partir del cual se pueden obtener productos de alto valor añadido, o bien vectores energéticos. La gasificación y la pirólisis implican someter los residuos textiles a altas temperaturas en ambientes con poco o ningún oxígeno, lo que provoca su descomposición en componentes básicos, de los cuales se pueden recuperar productos químicos y materiales útiles. A diferencia de otros métodos de reciclaje, estos procesos no requieren una clasificación exhaustiva de los residuos, lo que permite tratar grandes volúmenes de desechos.
Figura 2. Economía circular propuesta en el sector textil mediante la aplicación de los procesos termoquímicos
Con el proyecto, AITEX ha demostrado que la gasificación puede generar corrientes de gas de síntesis de alta pureza, que se utilizan como materia prima para producir disolventes, combustibles y otros productos. Por otro lado, la pirólisis ha mostrado su capacidad para convertir residuos en aceites que pueden transformarse en combustibles y químicos de valor añadido. Además, ambos procesos producen una fracción sólida que puede aprovecharse como fertilizante o material adsorbente.
De esta manera, AITEX demuestra que estos procesos son extremadamente ventajosos y transversales respecto a procesos actuales de revalorización textil. En definitiva, dejar la puerta abierta a la creación de sinergias muy interesantes entre empresas cercanas de distintos sectores.
El proyecto WASTE2CHEMVALUES que cuenta con el apoyo de la Conselleria d’Economia Sostenible, Sectors Productius, Comerç i Treball de la Generalitat Valenciana, a través del IVACE.