La gestión del agua en Galicia. Presente y futuro de la gestión hídrica en la Comunidad Autónoma
La gestión del agua en Galicia. Presente y futuro de la gestión hídrica en la Comunidad Autónoma
Agustín Hernández, Conselleiro de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia.
Galicia es un lugar particular en la gestión e incluso en cuanto al sentimiento del agua se refiere. Se la conoce como el “país de los mil ríos” y es merecida esta denominación debido a su extraordinariamente densa red hidrográfica. Pero, además de con los ríos, también es muy estrecha la relación con el mar. En especial en nuestras rías, donde se encuentran el agua dulce y salada para conformar espacios de altísimo valor ambiental, gran belleza e indudable valor económico en las actividades pesqueras, marisqueras y turísticas. Todo ello sucede en un territorio accidentado topográficamente, con un modelo de asentamientos humanos muy disperso y con una elevada pluviometría, lo que condiciona en gran medida la gestión del agua.
La Comunidad Autónoma es la competente para la gestión del Dominio Público Hidráulico en las cuencas internas de la Comunidad Autónoma, que conforman la demarcación hidrográfica intracomunitaria de Galicia – Costa. Su superficie es pequeña en relación con el conjunto del territorio del Estado, con algo menos del 3 % de su superficie, pero su relevancia aumenta en lo que a agua se refiere ya que dispone de más del 10% de los recursos hídricos disponibles en toda España. Con respecto a la Comunidad Autónoma sus 12.988 km2 suponen sólo el 44% del territorio gallego, pero acogen al 75% de la población. Además de este papel como organismo de cuenca, la Xunta de Galicia también se encarga de la ejecución de obras hidráulicas, así como de la explotación de infraestructuras, especialmente en el ámbito de la depuración de aguas residuales.
Poco a poco, en los últimos años, la administración autonómica ha ido madurando en el ejercicio de estas competencias, adquiriendo capacidades y dotándose de una estructura institucional, económica, técnica y normativa robusta, capaz de evolucionar e ir respondiendo a los sucesivos retos. En especial, a los que ha supuesto la entrada de España en la Unión Europea y a la necesidad de dar cumplimiento primero a directivas específicas como las de depuración de aguas residuales y posteriormente a la Directiva Marco del Agua.
La Ley de Aguas de Galicia y sus reglamentos de desarrollo
Con fecha 18 de noviembre de 2010 el Parlamento de Galicia aprobó la Ley 9/2010, de Aguas de Galicia, lo que marcó el punto de partida para instaurar un nuevo modelo de gestión del agua. Es la herramienta que permite caminar hacia los objetivos marcados por la Directiva Marco del Agua, con tres líneas fundamentales:
Especial atención merece en la Ley la protección de las rías de Galicia. Con el objetivo de salvaguardar los usos marisquero y de baño, se establece un objetivo de calidad microbiológica de sus aguas. Esto ha obligado a un gran esfuerzo en la ejecución de infraestructuras, ya que se han tenido que dimensionar para responder a este objetivo de calidad.
La Ley inició su desarrollo reglamentario con un Decreto que unificó la administración hidráulica de la Comunidad Autónoma en un solo ente, Augas de Galicia, desde enero del año 2012. Desde entonces se han aprobado otros instrumentos normativos que determinan el modo en el que la Xunta se relaciona con las entidades locales para la ejecución de obras y la prestación de servicios; concretan la aplicación del Canon del Agua y la tasa autonómica de depuración, llamada coeficiente de vertido, y ordenan la prestación del servicio de saneamiento y depuración por parte de las gestoras de los servicios.
Planificación hidrológica
La Demarcación Hidrográfica Galicia – Costa ha sido una de las primeras en contar con un plan hidrológico adaptado a la Directiva Marco del Agua, aprobado por Real Decreto el 14 de septiembre de 2012. Este plan determina unos recursos hídricos disponibles de 11.532 Hm3/año, de los que aproximadamente un 30% son de origen subterráneo y el resto son superficiales. Destacar que de este recurso están regulados 678 Hm3, un 5,9%, muy bajo, comparado con el 25% de la Demarcación Hidrográfica del Miño - Sil o el cerca del 50% del conjunto de España.
El mayor reto, como en el resto de las demarcaciones hidrográficas, fue la integración del concepto “masa de agua” y la caracterización de su estado ecológico y químico, al tener que considerar nuevos parámetros fisicoquímicos, biológicos, químicos y hidromorfológicos. Fue necesario poner en marcha unas redes de control específicas que aportaron la información necesaria para esa primera evaluación del estado y que se mantienen en la actualidad para controlar su evolución y evaluar la eficacia de las medidas que se pongan en marcha. De las 462 masas de agua superficial, un 70% están en buen o muy buen estado, así como todas las masas de agua subterráneas.
En cuanto a normativa, el plan fue innovador también en la limitación de las presiones, e introdujo nuevos requisitos ambientales para la implantación de nuevos aprovechamientos hidroeléctricos. A su vez, el programa de medidas se centró especialmente en el saneamiento y depuración, con el 73 % del total de las 550 medidas previstas en el documento aprobado. Un programa ambicioso a la vez que realista en cuanto a la ejecución de las mismas, que prevé unas inversiones de mil millones de euros.
Ahora la planificación hidrológica se entiende ya como un proceso en continua revisión y renovación, y ya se está trabajando en un nuevo ciclo con el objetivo de aprobar la revisión del plan hidrológico a finales del año 2015. Para esto, a día de hoy está a información pública el esquema provisional de temas importantes, que propone aquellas cuestiones en las que se debe centrar la atención para mejorar las herramientas de gestión disponibles. También se ha sometido a información pública la documentación del estudio de caudales ecológicos, mínimos, máximos, generadores y tasas de cambio, como arranque firme del proceso de concertación, que se pretende que concluya con el mayor consenso posible.
La modernización de las infraestructuras: ejecución de obras
Como se señaló anteriormente, los últimos años han sido claves para la gestión del agua en Galicia. Para ello han sido protagonistas las infraestructuras del agua, especialmente las de saneamiento y depuración ya que era el ámbito con mayor déficit en relación con los objetivos ambientales y normativos que se pretendían. La Comunidad Autónoma lideró desde el principio este trabajo, y para ello ha dedicado casi 1.500 millones de sus presupuestos desde que creó la Administración Hidráulica gallega en el año 1996 a la ejecución de infraestructuras, en su mayor parte entregadas a las entidades locales para su explotación. Esta inversión se complementó además con la realizada por el Estado en las obras declaradas de su Interés General.
La sociedad ha ido demandando con más fuerza cada vez las mejoras ambientales que estas infraestructuras suponen. Hasta los años 80 del siglo XX las prioridades eran otras, el objetivo era sanitario y no ambiental, y la prioridad fundamental era la evacuación de las aguas a aquel lugar en el que menos molestara: el mar y los ríos. Así, en un momento dado las ciudades dieron la espalda a los cursos de agua urbanos de Galicia como el Lagares en Vigo, el Sar en Santiago, el Gafos en Pontevedra o el Barbaña en Ourense, incluso optando por cubrirlos para ocultar su degradación. Hoy la situación ha cambiado radicalmente, las ciudades han vuelto su mirada hacia los ríos, que se entienden como espacios de los que disfrutar y acercarse a la naturaleza. Pero ha hecho falta mucho esfuerzo, tanto como para que a día de hoy estén ya en servicio 152 estaciones depuradoras de aguas residuales con una capacidad de tratamiento mayor de 2000 habitantes equivalentes en Galicia. Hoy se está ya completando este mapa con las últimas infraestructuras y se están renovando las de primera generación, que supusieron un salto de calidad pero que necesitan responder a los actuales estándares. Así, en el año 2014 entrarán en funcionamiento nuevas depuradoras en Ferrol, Corrubedo (Ribeira), San Cibrao (Cervo), Santa Comba y O Grove, y para 2015 la nueva EDAR de Vigo y las de Ourense, Malpica, Ribeira y Gandarío.
De hecho Galicia ahora mismo es referencia en cuanto a inversión en obras hidráulicas gracias a la alianza entre los tres niveles de la administración en el peor momento económico. Así, la Xunta destina en su presupuesto de 2014 más de 18 millones de € para la aportación a obras ejecutadas por el Estado, destacando entre otras las nuevas depuradoras de aguas residuales de Vigo y de Ourense o la adecuación de los colectores interceptores de Ferrol. Esto es así gracias a contar con un recurso propio y finalista como es el Canon del Agua y que ha demostrado su importancia con el efecto multiplicador de la cofinanciación de los fondos europeos. La inversión en la Comunidad Autónoma en las obras que ejecuta el Estado es 135 millones de Euros en 2014, para un total de inversión de 428,9 millones de euros en las obras hidráulicas en las que colaboran Xunta y Estado.
Los retos presentes y futuros
Pero aún existen retos que afrontar en la gestión del agua en Galicia, para las que la Xunta ha adoptado una estrategia integral con 4 líneas de actuación: normativa, técnica, de obras y gobernanza. La Xunta de Galicia es, desde su capacidad normativa y ejecutiva, innovadora en cada uno de estos frentes.
En cuanto a normativa, la Ley 9/2010 de Aguas de Galicia está todavía desarrollando su potencial, en especial a la competencia que atribuye a la Comunidad Autónoma en cuanto a la ordenación de los servicios prestados por las entidades locales. En este sentido, se ha dictado ya la normativa que homogeneiniza los servicios de saneamiento y depuración, y se va a desarrollar el equivalente para el servicio de abastecimiento. Además, y desde el punto de vista de la planificación hidrológica, está ya iniciada la tramitación de un reglamento propio de la planificación hidrológica para la Demarcación Hidrográfica Galicia – Costa, y se trabajará intensamente a corto plazo en la implantación de la normativa europea de gestión de zonas inundables.
En cuanto al frente técnico, la Xunta desarrolló las Instrucciones Técnicas para Obras Hidráulicas en Galicia, un instrumento que recoge todo el proceso de diseño y ejecución de obras hidráulicas: formulación del problema, estrategias para afrontarlo, recopilación de información y datos, criterios de diseño y aspectos constructivos. Para 2014 estas instrucciones se completarán con las instrucciones técnicas para el diseño de depuradoras de aguas residuales, y se convertirán un referente al aproximarse a los últimos avances técnicos y normativos.
En cuanto al frente operativo y con el objetivo de optimizar el funcionamiento de las redes de saneamiento, se están elaborando Planes de Saneamiento Local de las Rías como instrumento de diagnóstico y dimensionamiento de soluciones constructivas y de gestión. Surgen de la oportunidad de contar con herramientas para hacer un profundo y complejo análisis de los sistemas de saneamiento, basadas modelos numéricos matemáticos que permiten simular la interacción del funcionamiento del sistema de saneamiento con la calidad del agua de las rías. Con los resultados obtenidos permiten se determinan qué actuaciones son las óptimas para mejorar la calidad de las aguas y la gestión de las redes, especialmente en tiempo de lluvia. El coste de su elaboración es alto (hasta ahora, para dos rías, en torno a 5 millones de euros), pero necesario si se quiere optimizar la inversión y futura gestión de las infraestructuras de saneamiento y depuración. La inversión prevista con estos planes superará los 150 millones de euros, a ejecutar a lo largo del período 2014-2020.
Por último, en materia de gobernanza la Ley de Aguas de Galicia determina que la Comunidad Autónoma establecerá criterios de coordinación en la prestación de los servicios. El objetivo es muy simple: una prestación de los servicios del ciclo del agua de calidad y económicamente sostenibles. Para desarrollar esta propuesta de gobierno está comenzando a trabajarse en el que se denomina Pacto Local del Agua de Galicia, entre Comunidad Autónoma, ayuntamientos y Diputaciones Provinciales a través de la Federación Gallega de Municipios y Provincias. Se pretende abarcar las cuestiones clave para garantizar que los ciudadanos reciban los servicios de agua con la calidad que necesitan, y será un proceso que además se imbricará con las propuestas que formule el Estado en su Pacto Nacional del Agua. Desde Galicia se pretende avanzar en la coordinación de la información y de la programación de actuaciones en los tres niveles de la administración, en la armonización técnica de la prestación de servicios, en la aplicación del principio de recuperación de costes de los servicios del agua de un modo homogéneo, equitativo y justo, en la potenciación de la gestión supramunicipal, en el incremento de la transparencia en la gestión del ciclo urbano del agua y en algo fundamental para Galicia como es la mejora en la coordinación con comunidades de usuarios.
Todo ello con la convicción de que gracias a la gestión que se realiza, en el futuro Galicia seguirá siendo un territorio orgulloso de su vinculación con el agua a través de sus ríos y rías.
Artículo publicado en el Nº172 Enero - Febrero 2014.
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