El biometano se posiciona para ayudar en la descarbonización
La primera instalación industrial privada de biometano con conexión a la red gasista española, desarrollada en el marco del proyecto UNUE en Burgos, supone un ejemplo que muestra cómo los gases renovables y el biometano está ayudando a alcanzar los objetivos de descarbonización.
Para llevar a cabo el proceso de transición ecológica es necesario un papel activo de las compañías para el desarrollo de ámbitos como el de los gases renovables. Como parte principal de su estrategia de descarbonización, Enagás impulsa 55 proyectos concretos de gases renovables en toda España (34 proyectos de hidrógeno verde y 21 de biometano), junto a más de 60 Socios.
Un ejemplo que ya muestra la realidad de cómo uno de estos gases renovables, el biometano, está ayudando a alcanzar los objetivos de descarbonización, es la reciente puesta en marcha de la primera instalación industrial privada de biometano con conexión a la red gasista española.
Primera instalación industrial privada de biometano con conexión a red
Este hito se empezó a gestar en 2019, cuando Bioengas, startup surgida del programa de intraemprendimiento de Enagás, acordó con Suma Capital impulsar proyectos de desarrollo del biogás/biometano a través de plantas generadoras que posean tecnologías innovadoras para contribuir al desarrollo y la implementación de la economía circular. Así nació UNUE, una de las iniciativas enmarcadas en este acuerdo entre Enagás y Suma Capital, para llevar a cabo la primera instalación industrial de biometano con conexión a la red gasista español resultado de una iniciativa privada.
UNUE produce e inyecta ya biometano en la red de gasoductos del Sistema Gasista español. El proceso de producción de este gas renovable se lleva a cabo en una planta de biogás en el polígono de Villalonquéjar, en Burgos, y la empresa Biogasnalia, originaria de la provincia, es la encargada del mismo.
En noviembre de 2021, la instalación comenzó a operar tras un año de trabajos y la realización con éxito de las primeras inyecciones a la red; la primera de ellas se realizó en septiembre, concretamente en la de Nedgia, distribuidora de gas del grupo Naturgy.
Este proyecto de desarrollo de energía renovable busca generar 20 GWh al año de biometano de última generación, cifra que equivaldría el consumo anual de más de 2.700 viviendas de Burgos y que supondría una reducción de emisiones de, aproximadamente, 30.000 toneladas equivalentes de CO2.
La instalación pretende generar 20 GWh al año de biometano, cifra que equivaldría el consumo anual de más de 2.700 viviendas y que supondría una reducción 30.000 toneladas equivalentes de CO2.
El biogás que se utilizará en la producción anual de biometano provendrá de la transformación de 30.000 toneladas anuales de residuos orgánicos biodegradables del sector agroindustrial.
Para obtenerlo, se lleva a cabo la depuración del biogás y el llamado upgrading, que es la operación por la que se separa el metano de otros componentes del biogás para posteriormente inyectarlo en la red. Esta última acción solo es posible cuando se alcanzan los estándares de inyección en el sistema gasista estipulados en el llamado ‘Protocolo de Detalle 01 de las Normas de Gestión Técnica del Sistema Gasista (NGTS)’.
Las compañías promotoras de UNUE, Bioengas y Suma Capital, contaron con el apoyo de otras dos empresas en la fase de desarrollo y puesta en producción de la planta: Biogasnalia y AGF Ingeniería de Procesos.
Biogasnalia es una gestora de residuos referente en Castilla y León y es propietaria de la planta de biogás burgalesa, operativa desde 2017. Además, fue la encargada de construir un nuevo digestor que dotó a la instalación de mayor flexibilidad. AGF Ingeniería de Procesos, ingeniería especializada en gases renovables, se encarga del diseño y la ejecución de upgrading en la instalación y es responsable de su operación.
La iniciativa UNUE demuestra que, dentro de los gases renovables, el biometano está muy bien posicionado para ocupar un lugar protagonista en el mix energético debido a sus múltiples beneficios y a su papel en el avance hacia una economía circular.
Una de las renovables protagonistas del mix energético
El biometano es una energía verde que se obtiene de nuestros residuos. Es un gas formado por metano y CO2 que se genera en medios naturales o en dispositivos específicos debido a las reacciones de biodegradación de la materia orgánica y mediante la acción de microorganismos y otros factores en ausencia de oxígeno.
Se puede utilizar para producir energía eléctrica mediante turbinas o plantas generadoras a gas, y también para producir calor en hornos, estufas, secadores, calderas, calefacción u otros sistemas debidamente adaptados.
El biometano proviene del biogás, el cual es una de las fuentes de energía renovables con mayor potencial para la descarbonización.
Según la Hoja de Ruta del Biogás, propuesta por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de España, este gas renovable desempeñará un importante papel hacia la ruta de la neutralidad climática del país, y tiene por objetivo la reducción de 2,1 millones de toneladas de CO2 equivalente al año.
En Europa existen casi 19.000 plantas de biogás. Más de 10.000 están en Alemania y en España contamos con 200. En cuanto a plantas de biometano, Alemania y Francia cuentan con cientos de instalaciones conectadas a sus redes de gas, mientras que en España actualmente sólo se encuentran la del polígono de Villalonquéjar, Burgos (base de UNUE), y la de Valdemingómez, en Madrid, de iniciativa pública.
Por tanto, junto con una mayor penetración de las otras energías renovables en el sistema energético, el desarrollo del biometano supone una de las mejores bazas a escala mundial para reducir la huella de carbono y descarbonizar con la mayor eficiencia posible, al ser una fuente de energía verde 100 por ciento renovable y al poder transportarse a través de las infraestructuras gasistas existentes.
Una parte fundamental del impulso de esta energía renovable es fruto del fomento de las políticas que se llevan desde la Unión Europea y también del Gobierno de España.
La transición ecológica es un reto global
En referencia a estos dos últimos y a escala supranacional, la Comisión Europea diseñó el Marco de las Políticas de Energía y Cambio Climático 2021-2030, que incluye las metas y las ambiciones políticas en respectivos ámbitos de la Unión Europea y que sienta sus bases en el ‘Green New Deal’, o Pacto Verde Europeo, documento que recoge las claves para llevar a cabo el principio rector del Marco: una transición a una energía limpia.
Las actividades energéticas representan más del 75 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero de la Unión, motivo por el cual la descarbonización del sistema energético es vital. Para ello, se debe garantizar el suministro energético, desarrollar un mercado de la energía y potenciar la eficiencia energética mediante, principalmente, las fuentes renovables.
A escala nacional y en línea con la Comisión Europea, el Gobierno de España cuenta con el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, que fija por ley unos objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en un 23 por ciento en 2030. Una de sus líneas de actuación apunta a una ‘revolución’ de las energías renovables, previendo que en dicha década el aporte de estas al sistema energético del país sea de un 42 por ciento.
Entre estas energías renovables, el biometano está llamado a tener un importante papel, muy vinculado con el desarrollo de la economía circular, un ámbito fundamental para alcanzar los objetivos globales de descarbonización y alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.