WWF denuncia la falta de medidas contra el regadío y los pozos ilegales en Doñana
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Ante la próxima visita de una comisión de europarlamentarios para analizar la situación de Doñana, WWF denuncia la falta de medidas contundentes del Gobierno y la Junta de Andalucía para luchar contra el robo del agua y el crecimiento de la agricultura de regadío ilegal, que está asfixiando el acuífero y poniendo en riesgo la biodiversidad y la salud del espacio de Doñana.
Un nuevo informe de WWF alerta del crecimiento de la superficie de regadío legal e ilegal en la corona forestal de Doñana. Tras analizar las campañas de cultivos de 2016, 2017 y 2018, el total de nuevos regadíos intensivos se ha cuantificado en 364,9 ha, de las cuales 179 ha se ubican dentro de la demarcación hidrográfica del Guadalquivir (DHG) y 185,9 ha están dentro de la demarcación hidrográfica de los ríos Tinto, Odiel y Piedras (DHTOP).
El Plan especial de la fresa, aprobado en 2014, contempla la eliminación de la superficie de regadío ilegal en la corona forestal de Doñana. Sin embargo y, a pesar del enorme riesgo de colapso hídrico al que se enfrenta el acuífero, el regadío sigue aumentando. La Junta de Andalucía no es capaz de controlar la transformación ilegal y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), dependiente del Ministerio de Transición Ecológica, no clausura las captaciones ilegales que riegan fincas sin permiso. Cabe recordar que el pasado mes de julio la propia CHG alertaba de que el acuífero de Doñana sigue descendiendo, a pesar de las altas precipitaciones de la pasada primavera.
La mala situación de las aguas en Doñana, tanto superficiales como subterráneas, está afectando a los ecosistemas y especies de las que dependen, tal y como demuestran las evidencias científicas. Entre los efectos destacados está el descenso de las poblaciones de aves acuáticas que requieren una marisma en buen estado, como la cerceta pardilla, críticamente amenazada. Por otro lado, varias especies de peces han desaparecido mientras aumentan las especies invasoras: durante este verano por ejemplo, se ha observado el cangrejo azul en las marismas y el estuario del Guadalquivir. Las lagunas peridunares –la mayoría temporales, algunas permanentes, y uno de los elementos naturales que hacen tan especial Doñana– se están secando de manera imparable. Y se han perdido el 40% de las especies de libélulas y caballitos del diablo que vivían asociadas a las lagunas.
Así mismo, WWF ha actualizado el informe de las balsas de regadío y pozos a cielo abierto basándose en la última ortofoto publicada en 2016 por el Instituto Geográfico Nacional (IGN). Dicho informe refleja la existencia de 1.054 balsas y 1.083 pozos abiertos. El análisis comparativo entre las fotografías aéreas ha permitido la identificación de 105 balsas de riego construidas entre 2013 y 2016, que ocupan una superficie de 18,47 hectáreas. Ninguna de estas balsas se encuentra dentro de la cartografía de balsas presentada junto al Plan Especial.
A pesar de algunos esfuerzos realizados por parte de la Administración, este incremento de superficie de regadío y de decenas de nuevas balsas y captaciones demuestra que la situación está descontrolada y obedece al efecto llamada del nuevo trasvase. En vez de levantar fincas y clausurar captaciones ilegales, se aprueba un trasvase de 15 hm3.
Para WWF, las medidas que se han tomado hasta ahora frente a la agricultura ilegal en Doñana no han sido suficientes. Si bien es cierto que se han cerrado una pequeña parte de los pozos ilegales y se han tramitado varias denuncias, muchos agricultores siguen robando el agua de Doñana y no se ha eliminado prácticamente ni una sola hectárea de los cultivos de regadío ilegales en la zona. Por el contrario, estos han crecido.
Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF España declaró: “Vamos a poner en conocimiento de los parlamentarios europeos que los esfuerzos realizados hasta el momento por la Junta de Andalucía y el Ministerio de Transición Ecológica no son suficientes. Necesitamos medidas más ambiciosas para detener esta situación insostenible, como declarar en riesgo el acuífero de Doñana, eliminar la superficie ilegal de regadío y cerrar los pozos ilegales y aumentar los esfuerzos de las administraciones para luchar contra el robo del agua.