Wetlands4Climate: el poder de los humedales frente al cambio climático
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El proyecto LIFE Wetlands4Climate, liderado desde España por Fundación Global Nature (FGN) junto a la Universitat de València supone un importante avance en el conocimiento de los balances de carbono de los humedales mediterráneos.
Pese a su importancia, la Convención de Ramsar alerta que durante el último siglo han desaparecido más del 60% de los humedales del planeta. El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) reconoce que reducir o eliminar las fuentes de emisión de gases de efecto invernadero (GEI) ya no será suficiente para lograr los objetivos del Acuerdo de París. Si bien el primer y fundamental paso ha de ser la reducción drástica de las emisiones de GEI, también se requiere el secuestro de carbono a gran escala en sumideros. Los más populares son los bosques, pero existen otros espacios naturales menos conocidos capaces de fijar grandes cantidades de carbono, como es el caso de los humedales.
Los resultados preliminares de este proyecto y de otros previos desarrollados por el grupo de investigación de Limnología de la Universitat de València dirigido por el profesor Antonio Camacho la Universitat de València confirman que el estado de conservación del humedal define su capacidad de mitigación del cambio climático, encontrando su máxima capacidad de retención de carbono y mitigación climática cuando están en buen estado de conservación pudiendo, por el contrario, llegar incluso a ser emisores netos de GEI en caso de estar degradados. Los avances obtenidos ya se están aplicando en estudios similares y en políticas nacionales e internacionales, y en el proyecto LIFE Wetlands4Climate se está trabajando en el desarrollo de una metodología estándar nacional para integrar los humedales en el mercado voluntario de carbono.
"Estamos analizando cuánto carbono es realmente capaz de retener un humedal en función de su estado de conservación y por primera vez, desde una perspectiva climática, qué medidas de gestión del suelo, la vegetación y el agua son las más apropiadas para maximizar la captura de carbono”, destaca la coordinadora del proyecto europeo y técnica de FGN, Vanessa Sánchez.