El tratamiento avanzado de los residuos orgánicos en la metrópolis de Barcelona cumple 25 años
- 1539 lecturas
El 13 de noviembre, el AMB ha celebrado, junto con la Agencia de Residuos de Cataluña y el Ayuntamiento de Torrelles de Llobregat, el 25 aniversario de la planta de compostaje situada en este municipio.
La instalación, puesta en marcha en 1996 y gestionada por el AMB, es la primera de este tipo en Cataluña. En la planta se tratan los residuos municipales de Torrelles de Llobregat, San Vicente dels Horts, Corbera de Llobregat, Molinos de Rey, Santa Coloma de Cervelló, Begues y Barcelona (barrio de Sarrià), así como una parte de los residuos orgánicos de Mercabarna. La calidad de la fracción orgánica que llega es elevada desde su origen, porque en buena parte procede de la recogida selectiva puerta a puerta, como en el caso del municipio de Torrelles de Llobregat y del barrio de Sarrià de Barcelona.
Durante la visita a la planta de esta mañana, Eloi Badia, vicepresidente de Ecología del AMB, ha declarado que: "A pesar de las dificultades iniciales, debemos agradecer los esfuerzos y el compromiso de personas y entidades de la sociedad civil y los consensos políticos de todos estos años que han hecho posible instalaciones pioneras como ésta en el tratamiento de residuos". Y ha añadido: "Torrelles de Llobregat ha sido durante muchos años uno de los municipios líderes de Catalunya en cuanto a resultados de recogida selectiva gracias a la aplicación del residuo mínimo".
Compuesto de calidad superior
El pasado 2020, la planta de compostaje de Torrelles de Llobregat obtuvo la certificación de "compuesto apto para agricultura ecológica", que certifica que el producto resultante de la gestión de los residuos orgánicos que se realiza en esta planta es de calidad superior y puede utilizarse para este tipo de cultivos, así como en jardines y arbolado del espacio público.
Es la primera vez que un compuesto obtenido de la materia orgánica de los residuos municipales alcanza esta distinción de calidad en Cataluña y en todo el Estado español.
Este certificado, otorgado por la empresa CAAE, y que está controlado por la norma UNE 142500, se logró gracias a la remodelación que el AMB llevó a cabo en esta planta en el año 2016. En aquella ocasión, en ella se instaló un sistema que, desde la base donde se depositan los residuos, inyecta la cantidad de aire justa para que la materia orgánica se descomponga de forma óptima. Asimismo, el sistema minimiza los malos olores que se producen en este tipo de instalaciones.
La planta tiene capacidad para tratar 4500 toneladas/año de residuos orgánicos municipales. Una vez completado el proceso de compostaje, durante el cual se reduce una gran cantidad de la masa (correspondiente al agua ya los residuos impropios), el compost resultante supone un 10% del peso de los residuos que han entrado a tratamiento y es del todo apto para la agricultura ecológica.
La importancia de la fracción orgánica
El nuevo modelo de gestión de residuos, que está siendo impulsado por el AMB a través del Programa metropolitano de prevención y gestión de recursos y residuos municipales 2019-2025 (PREMET25) sitúa en una posición central la correcta separación y tratamiento de la fracción orgánica , ya que es una de las que tiene mayor potencial para convertirse en recurso y una de las que actualmente se separa peor de forma selectiva.
Así, el nuevo paradigma favorecerá el progresivo abandono del sistema actual, basado en los ecoparques, la incineración y los depósitos controlados, y prevé la construcción de plantas tecnológicamente más avanzadas y especializadas en el tratamiento de la fracción orgánica, como el futuro Centro de Producción de Biofertilizantes y Abonos, que según la planificación actual, estará terminado en 2024.
El certificado otorgado en la planta de compostaje de Torrelles de Llobregat es también un paso más en los esfuerzos del AMB por impulsar una agricultura sostenible, ecológica y de proximidad, un elemento central en el sistema alimentario metropolitano. Estos esfuerzos se ven representados en la capitalidad alimentaria 2021, que ha recaído en Barcelona y su área metropolitana.