Tenerife repara la conducción de agua regenerada de Santa Cruz - Arona tras 30 años de servicio
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La conducción de agua regenerada de Santa Cruz-Arona cumple este sábado 30 años de servicio. Fue el primer sistema de reutilización de aguas que entró en funcionamiento en la isla, en el año 1993, y en la actualidad continúa siendo fundamental para garantizar el abastecimiento de agua de riego al sur de Tenerife.
El pasado mes de febrero el Cabildo de Tenerife, a través de la empresa pública Balsas de Tenerife (Balten), inició los trabajos de reparación de esta conducción, pionera en Canarias, que en los últimos años ha presentado un importante deterioro. Las obras cuentan con un presupuesto de 1,4 millones de euros y se prevé que concluyan a comienzos de 2024.
Actualmente el agua regenerada supera el 55 por ciento del suministro para la agricultura de la isla, lo que refleja la importancia de preservar esta instalación y la necesidad de seguir desarrollando sistemas depuración y desalinización para dar mayor estabilidad y calidad al suministro.
Los trabajos contemplan la reparación y mejora de la conducción entre la estación de bombeo ubicada bajo la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Buenos Aires, en Santa Cruz de Tenerife, hasta la Balsa de Valle San Lorenzo, en Arona, que consta de un primer tramo de tubería de 6,63 kilómetros y que conduce las aguas hasta un depósito situado en El Tablero, de 15.000 metros cúbicos de capacidad.
A partir de El Tablero se desarrolla la propia conducción de transporte de 62,22 kilómetros de longitud, que discurre de forma prácticamente paralela a la Autopista del Sur hasta la balsa de Valle de San Lorenzo, de 250.000 metros cúbicos de capacidad.
A través de esta actuación también se mejorarán las obras de paso, arquetas y demás elementos estructurales. Del mismo modo, se sustituirán elementos de valvulería, se reforzarán los anclajes y se instalarán nuevos dispositivos de control.
El uso del agua regenerada no solo da respuesta a la demanda hídrica creciente del sector agrícola, con criterios de calidad sanitaria y agronómica que cumplen con los estándares más exigentes, sino que comporta beneficios ambientales, contribuyendo a promover la economía circular y liberando agua de calidad para los usos más exigentes, como la producción de agua potable.
La infraestructura Balten está compuesta por 21 balsas de riego (con una capacidad total de almacenamiento de más de 5 hectómetros cúbicos), tres desaladoras con tecnología EDR (electrodiálisis reversible), más 1.500 kilómetros de conducciones, tres pozos y una galería de agua subterránea. En 2022 se suministraron casi 20 millones de metros cúbicos de agua a los más de 11.500 clientes abonados, de los cuales 11 millones fueron de agua regenerada.