Soluciones para el tratamiento de aguas residuales generadas por la industria textil
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La industria de la moda es la segunda más contaminante del Planeta, solo por detrás de la industria petrolera. Según la revista norteamericana Harper’s Bazaar, cada año se producen 100 mil millones de prendas en el mundo.
Para entender por qué, hay que tener en cuenta, por un lado, que los tintes empleados en la producción de las prendas contienen químicos responsables de aproximadamente el 20% de la contaminación mundial de agua potable, por su alta resistencia a la degradación biológica.
Por otro lado, para fabricar la ropa se necesita un elevado volumen de agua que variará en función del tipo de fibra y del proceso productivo. Por ejemplo, para producir unos vaqueros se requieren unos 7.500 litros de agua y para una camiseta son necesarios 2.700 litros de agua, o lo que es lo mismo, las necesidades de agua potable de una persona en dos años y medio.
Además, hay que tener en cuenta que la mayor parte de estas industrias se localizan en países en los que las normativas medioambientales en cuanto a restricción de vertidos de aguas residuales son bastante laxas e incluso a veces inexistentes.
Por su parte, la moda de segunda mano está viviendo su mejor momento y, aunque la respuesta de las marcas de la industria textil es tratar de adoptar un modelo más “eco” y sostenible, parece que no es suficiente para aliviar la crisis climática. En este contexto, Salher ha desarrollado soluciones compactas a medida para el tratamiento de estas aguas residuales industriales que pueden ser tan peligrosas para la salud y los ecosistemas.
Industria textil y tratamiento de aguas de la industria química
En Kuala Lumpur, Malasia, se encuentra una planta de tratamiento de aguas residuales de una industria textil que previamente vertía sus aguas sin tratar a un río próximo a la fábrica. Esta EDAR diseñada, fabricada, instalada y puesta en marcha por Salher, sirve para eliminar los pigmentos y colorantes con los que se tiñen las prendas y la materia orgánica.
Para ello, la planta cuenta con las fases habituales de una EDAR de este tipo (bombeo, pretratamiento mediante tamiz rotativo y balsa de homogeneización) e incorpora un laberinto para el acondicionamiento químico y ajuste de pH, un decantador lamelar, la fase de coagulación-floculación con su correspondiente tratamiento físico-químico, en este caso el flotador por aire disuelto (DAF) Vespa, y por último un tratamiento biológico con tecnología de fangos activos.
En este caso particular, Salher incluyó en la planta una línea para el tratamiento de los fangos generados durante la fase de depuración. Esta consta de un acondicionamiento de fangos con planta de preparación de polielectrolito Salher y un sistema de deshidratación del fango mediante filtro prensa.
Actualmente, el tratamiento del agua residual para el cumplimiento de las restricciones de vertido es fundamental, pero no suficiente. Por eso, Salher está estudiando una ampliación de esta EDAR que incluye el diseño y la instalación de sus tecnologías de reutilización de aguas mediante membranas cerámicas de ultrafiltración.