La salinidad de los océanos: una potente herramienta para comprender los cambios en el ciclo del agua de la Tierra
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Para ver la forma en que cambia el ciclo del agua de la Tierra, basta con encender el televisor o mirar a nuestro alrededor. Algunas partes del mundo se inundan con fuertes lluvias y tormentas, mientras que otras regiones son cada vez más secas. Estos fenómenos indican que nuestro clima cambiante ha amplificado los patrones del ciclo global del agua de evaporación, el transporte del vapor de agua por la atmósfera y su precipitación.
Una herramienta importante para comprender estos cambios es la medición de la salinidad de los océanos, porque sus variaciones son una medida fidedigna del intercambio de agua dulce entre los océanos y la atmósfera. «La evaporación lleva el agua dulce del océano a la atmósfera e incrementa la salinidad de los océanos; la precipitación lleva el agua dulce al océano y reduce su salinidad. Por consiguiente, los cambios de salinidad integran los efectos sobre vastas superficies y son un indicador excelente del cambio del ciclo del agua», explicó Lijing Cheng, principal autor de un reciente estudio, en una noticia publicada en el sitio web «Mirage News». El estudio, que se publicó en la revista «Journal of Climate» y recibió el apoyo de los proyectos financiados con fondos europeos SO-CHIC y 4C, ha abordado las incoherencias de los métodos anteriores que habían dificultado el estudio de los cambios de salinidad a largo plazo.
Medición de la salinidad no solo en la superficie
Para abordar estas incoherencias, los investigadores adoptaron una técnica distinta de estimación de la salinidad de los océanos desde 1960. A diferencia de los esfuerzos anteriores, no solo se centran en los cambios en la superficie, sino que también miden la salinidad hasta una profundidad de 2 000 m. «El nuevo producto resulta claramente más fiable para examinar los cambios de salinidad a largo plazo, ya que mostramos que esta nueva reconstrucción de la salinidad posee una continuidad mucho mejor a través de los cambios en el sistema de observación [desde altímetros de satélites hasta boyas de determinación de perfiles (Argo) en el océano]», observó el coautor del estudio Kevin Trenberth. Sus hallazgos han confirmado que, ciertamente, los contrastes entre la salinidad de la superficie y la de la subsuperficie han aumentado y que el ciclo del agua se ha amplificado.
El equipo del proyecto captó la amplificación del ciclo del agua mediante una herramienta llamada índice de contraste de salinidad. Este índice se calculó cada mes y midió la diferencia entre la salinidad promediada en las regiones con salinidad elevada y baja. Nicolas Gruber, otro coautor del estudio, declaró: «Esta métrica es una forma sencilla, pero potente, de resumir los cambios observados en el patrón de salinidad. Mostramos que el patrón de salinidad de 0 a 2 000 m se ha amplificado un 1,6 % y [sic] un 7,5 % en la superficie». A lo que añadió: «Además, mostramos que este incremento se debe a la influencia humana y que este indicador antropogénico ha superado los antecedentes de variabilidad natural».
Al seguir los objetivos de SO-CHIC (Southern Ocean Carbon and Heat Impact on Climate) y 4C (Climate-Carbon Interactions in the Current Century), el estudio pone de relieve las principales implicaciones de los cambios de salinidad para el sistema oceánico y el futuro clima de la superficie del planeta. «Este estudio constituye un avance significativo en este campo», señaló el coautor Michael Man. «En primer lugar, las estimaciones más precisas sobre los cambios de salinidad aportan una mejor base para comparar con las simulaciones del modelo climático. En segundo lugar, el índice de contraste de salinidad es una medida clave sobre el impacto del cambio climático sobre el ciclo hidrológico del agua […]. Detectamos que se tarda algo más que una década en aislar las señales del cambio climático del ruido ambiental en esta métrica en concreto, lo cual sugiere que la comunidad investigadora debería utilizarlo más ampliamente».