Reciclaje, un gesto cotidiano para un impacto global
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La acción de depositar los envases de plástico en el contenedor amarillo, el papel y el cartón en el azul, el vidrio en el verde, o los restos de comida en el marrón, se ha convertido en un gesto cotidiano para muchos en España. Aproximadamente el 80% de los hogares afirman separar sus residuos antes de llevarlos al contenedor. Sin embargo, aunque llevamos décadas escuchando sobre la importancia del reciclaje y nuestros sistemas de recogida separada son cada vez más eficientes, España continúa rezagada en comparación con los objetivos europeos en materia de reciclaje. ¿Qué estamos haciendo mal?
Con motivo del Día Mundial del Reciclaje 2024, que se celebra hoy viernes 17 de mayo, analizamos la situación del reciclaje en nuestro país, identificando los desafíos que quedan por enfrentar y reconociendo los avances logrados.
España respecto a Europa
En la Unión Europea, los residuos hace tiempo que dejaron de considerarse basura, y que el reciclaje pasó de ser considerado opción a convertirse en obligación. El objetivo es que los desechos sigan un proceso circular y puedan aprovecharse una y otra vez como materia prima para nuevos productos. La legislación europea obliga a que, en 2025, el 55% de los residuos urbanos generados sean reutilizados o reciclados. Esta cifra debe aumentar al 60% en 2030 y al 65% en 2035. La normativa también establece objetivos para envases totales y específicos para cada material (papel, cartón, vidrio, plástico, aluminio, madera y materiales ferrosos); y exige que la cantidad de residuos municipales que acaban en vertederos se reduzca al 10% para 2035. Para evaluar y monitorear el progreso hacia los objetivos marcados e informar a los Estados sobre aquello donde se requieren esfuerzos adicionales, la Comisión Europea en colaboración con la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA), introdujo un mecanismo de “alerta temprana”, por el que se emiten informes tres años antes de que venzan los plazos establecidos, tratándose de una herramienta crucial para garantizar el cumplimiento por parte de los Estados miembros.
La última evaluación se llevó a cabo en 2022, como contribución al informe de la Comisión Europea para el año objetivo 2025. De acuerdo con este informe, España se sitúa entre los suspensos de la lista, lejos de alcanzar los objetivos a 2025. Los resultados obtenidos en las tasas de reciclaje sitúan a nuestro país en riesgo de incumplir el objetivo de reciclado de residuos, aunque se prevé alcanzar el objetivo de reciclado total de residuos de envases. Sin embargo, para los materiales específicos, podremos cumplir con los objetivos establecidos para los metales ferrosos, el vidrio o la madera, pero aún estamos lejos de alcanzar los del papel y el cartón, el aluminio y el plástico. Por último, tampoco se vaticina un buen futuro para el objetivo de depósito de residuos en vertederos. Llevado a las cifras, las últimas estimaciones sitúan la tasa de reciclaje de residuos sólidos urbanos entre el 35% y el 40%, diez puntos por debajo del promedio de la EU-27. Asimismo, la tasa de reciclaje de todos los residuos es del 48% en España, frente al 58% en la UE. Otro dato alarmante, es que en 2020, lejos de aminorar, la cantidad de residuos llevados a vertederos aumentó al 52%, más del doble que la media europea.
Avances y desafíos
Sin embargo, existen áreas específicas en las que nuestro país sí ha logrado avances significativos, como la separación y reciclaje de envases domésticos, donde el país ha superado el objetivo comunitario del 65% para 2025, y alcanzaba una tasa del 68,3% en 2020. Según datos de Ecoembes, en 2023 se reciclaron más de 1,6 millones de toneladas de envases domésticos ligeros (plástico, papel/cartón, metales, brik, madera), un 3,5% más que el año anterior y un 12% más que hace cinco años. Sin embargo, la UE detecta que aunque en España "las tasas de reciclado han aumentado ligeramente en los últimos años en todos los materiales de envasado", todavía siguen dándose "bajas tasas de recogida separada de materiales reciclables, como el papel y cartón, los metales y el plástico. En cuanto al vidrio, el año pasado se recuperaron 998.338 toneladas, logrando una tasa de reciclaje del 70,1%, según Ecovidrio. Estas cifras, que superan con dos años de antelación los objetivos europeos, revelan que en España se reciclan 8,6 millones de envases de vidrio al día y 6.000 envases por minuto.
Con estos resultados sobre la mesa, lo cierto es que si el resto de fracciones ofrecieran los mismos datos que los envases domésticos, probablemente estaríamos a la cabeza de la UE en materia de reciclaje. Sin embargo, en España aún tenemos asignaturas pendientes. El peor dato está en la recuperación de residuos orgánicos o biorresiduos, la fracción más importante (en peso) en nuestras basuras; y sin embargo, en la que apenas alcanzamos una tasa de recuperación del 11%, lo que repercute negativamente el esfuerzo global de reciclaje. De hecho, la Comisión Europea señala que la baja recogida separada de biorresiduos y las bajas tasas de compostaje y digestión anaerobia son las principales causas de los malos resultados generales en España.
Otro ejemplo son los residuos textiles, que continúan aumentando y ya alcanzan 1 millón de toneladas de residuos anuales, de las cuales solo se recicla entre el 10% y el 15%. Dato alarmante que se suma a la creciente generación de otros tipos de desechos muy presentes en nuestra vida cotidiana, como los aparatos eléctricos y electrónicos, las cápsulas de café, los medicamentos, los muebles, los cartuchos y tóners de impresoras, los aceites usados y los neumáticos, entre muchos otros, que requieren especial atención en el contexto actual. El reto ante estos está en que la población aún no está suficientemente familiarizada con los procesos de reciclaje de estos materiales específicos. Por ello, es crucial intensificar las campañas de concienciación y optimizar los sistemas de recogida y reciclaje para garantizar una gestión más eficiente y efectiva de estos residuos.
Llamada a la acción
Para impulsar el cambio en nuestro país, la Comisión Europea ya formulaba algunas recomendaciones específicas entre las que se incluyen fomentar la preparación para la reutilización de los residuos municipales y la implantación de sistemas para la reutilización de envases; la plena aplicación de las restricciones al depósito en vertederos de todos los residuos que sean aptos para el reciclado; seguir desarrollando la infraestructura de tratamiento de residuos asociada a los estadios más altos de la jerarquía de gestión de residuos, incluida una capacidad de tratamiento suficiente de los biorresiduos que se recogen por separado; y por último, introducir mecanismos de ejecución para reforzar las responsabilidades y la coordinación de las autoridades regionales y locales, y las organizaciones relacionadas con la responsabilidad ampliada del productor, a efectos de cumplir con los objetivos de reciclado.
Aprovechamos el Día Mundial del Reciclaje 2024 para celebrar los hitos conseguidos hasta la fecha, pero sobre todo para reivindicar la importancia de enfrentar los grandes retos que aún debemos superar como sociedad, de cara al incremento de nuestras tasas de reciclaje y el cumplimiento a los objetivos europeos. Si bien las cifras revelan que aún queda un largo camino por recorrer, desde RETEMA, creemos que el cambio solo será viable a través la colaboración entre administraciones públicas, empresas y ciudadanos; la inversión en sistemas de recogida y tratamiento de residuos y investigación e innovación; y la concienciación ciudadana. De esta manera, podremos conseguir que la sociedad deje de tratar el reciclaje como un mero "quehacer" diario para considerarlo un acto de responsabilidad individual y colectiva con el planeta.