¿Puede ser el plástico un material circular? El rPET seguro que sí
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El plástico. El mal endémico de la sociedad de consumo actual. El villano que desde hace unas décadas inunda nuestros mares, contamina nuestros alimentos, bloquea nuestros ríos y ensucia nuestras montañas ¿por qué no acabamos con él si tan terrible es?.
Porque lo necesitamos. Porque es un material fantástico. El plástico es ligero, es barato, es resistente, es hipoalergénico, es reciclable, es moldeable; es tan genial, que ha invadido nuestras casas, nuestros alimentos y nuestras aficiones. La lucha a nivel de sostenibilidad no ha de ser contra el material, no luchamos contra el plástico, el enfoque no puede ser tan simplista. La verdadera contienda está en el uso que se le da a este material y en su correcta gestión una vez ha dejado de ser funcional.
A día de hoy, ya hemos producido el plástico necesario como para vivir cientos de años sin tener que producir nuevo material a partir de petróleo virgen, lo tenemos al alcance de nuestra mano, en nuestros productos, en nuestros sistemas de reciclaje y en nuestros vertederos.
Entonces, dónde nos tenemos que centrar. La respuesta es que hemos de actuar en toda la cadena de valor: en el diseño de los productos y sus aplicaciones, en la concienciación para un consumo responsable, en la energía utilizada en los procesos productivos, en la gestión de los residuos y su revalorización limpia. Todos los agentes de la cadena han de estar implicados y convencidos, desde la legislación y la normativa, pasando por productores, distribuidores y comercializadores, a los consumidores y gestores de residuos; si algún eslabón de la cadena falla, todo el sistema circular falla.
En la actualidad, con más o menos éxito se han ido dando pasos hacia modelos circulares o más sostenibles en lo que tiene que ver con el plástico dentro del sistema productivo. Con el objetivo de ser más sostenibles y cumplir con las nuevas normativas y directivas europeas de descarbonización, cada vez más los productores están demandando materiales reciclados o alternativos y es aquí donde hemos identificado el mayor cuello de botella. No tenemos a día de hoy mercados secundarios de calidad y que puedan garantizar una oferta estable en el tiempo de materia prima reciclada o revalorizada.
Desde el CIDEC (Centro de Innovación y Desarrollo para la Economía Circular) nos hemos querido enfocar en un material en concreto: el rPET o PET reciclado. Nuestro interés por este material viene suscitado por el impacto que el anteproyecto de Ley de residuos y suelos contaminados que se está debatiendo en el congreso y la directiva europea SUP van a tener en el sector de los envases, ya que es el único material plástico reciclado que hasta la fecha ha sido certificado para su uso alimenticio.
El informe “R-PET, la mejor solución para garantizar la circularidad de los envases”, que realizamos en colaboración con Vertidos Cero, CIRCE, ICTA, AIMPLAS, AINIA, IDAEA-CSIC y AFI, pretende dar a conocer en profundidad los diferentes retos a los que se enfrenta el rPET, demostrando que se trata del material más sostenible desde el punto de vista de su impacto ambiental. El informe muestra que la huella de carbono del rPET nacional es hasta un 58% menor que la de los países importadores estudiados, hecho que pone de manifiesto que es necesario desarrollar un mercado de rPET en España si se quiere implementar una estrategia de economía circular sostenible.
En este sentido, el informe también persigue la finalidad de poner en relieve el desajuste entre la oferta y la demanda de rPET en el mercado español. La creciente demanda del rPET en España derivada de obligaciones legales, la asunción de un compromiso medioambiental de las empresas y la insuficiencia en la capacidad productiva instalada, hacen que no pueda ser atendida con el actual sistema de recogida. Para corregir esas deficiencias, se requiere de la puesta en marcha de medidas que tengan en cuenta a los distintos agentes que intervienen en la cadena de valor.
La oferta de rPET está condicionada por la disponibilidad y calidad de la bala. En el lado de la oferta, el suministro se ve alterado por la capacidad instalada para la producción de granza de rPET con autorización de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). En relación con la calidad, los recicladores le atribuyen un bajo rendimiento del material recuperado, ya que solo permite aprovechar un 45- 50% de la bala para la obtención de r-PET para uso alimentario.
La capacidad instalada en el mercado español para la producción de r-PET para uso alimentario no superaba las 35 kt en 2019, con una oferta efectiva máxima de 22 kt, ya que parte de la producción estaba comprometida contractualmente.
En el informe proponemos acciones concretas que implican al conjunto de la cadena de valor que puedan orientar el futuro del sector hacia alternativas viables y sostenibles. En concreto, medidas para promover por las empresas envasadoras, vinculadas a la gestión de residuos de envases de PET y a impulsar por las Administraciones Públicas.
El desarrollo de un mercado de rPET de calidad en España es un reto que requiere de la dedicación y el esfuerzo de todos los agentes de la cadena de valor, de la participación de las Administraciones Públicas y de la colaboración ciudadana.
Empresas envasadoras:
• Que se aceleren e incrementen los requisitos de ecodiseño de los envases, para así facilitar su reciclaje.
• Que se homogeneicen y se detallen las especificaciones técnicas que son requeridas al r-PET para incluir este material en la producción de los envases.
Gestores de residuos:
• Que se mejoren las especificaciones técnicas de los materiales recuperados (ETMR) para así conseguir una mejora en la calidad de la bala de PET.
• Que se modifique el procedimiento de oferta del r-PET, de forma que se le dotase de una mayor transparencia, seguridad jurídica y periodicidad.
• Que se dé cobertura legal a aquellos recicladores que transformen PET en r- PET para uso alimentario con obligación legal de introducir el PET reciclado en sus procesos de producción.
Administraciones públicas:
• Que se creen incentivos fiscales para dar un impulso a los mercados secundarios de materias primas plásticas.
• Disponer una reserva normativa para garantizar que el sector alimentario pueda tener acceso suficiente a r-PET de calidad certificado para uso alimentario, y evitar así la fuga de materiales de calidad a otros sectores que no tienen que cumplir con determinados requerimientos. A partir de 2025 los envasadores van a tener la obligación por ley de introducir material reciclado en sus envases. Una reserva legal permitiría asegurar que el rPET en escama, que hoy se utiliza para para usos no alimentarios, se transforme en granza para producir nuevos envases.
• Que se introduzcan en los pliegos de contratación exigencias respecto a la fabricación de productos con determinados porcentajes de rPET antes de que estas exigencias se conviertan en requerimientos legales. Esto podría llevar a un desplazamiento del consumo hacia este tipo de productos.
• Que se introduzcan incentivos fiscales, que supongan modificaciones de la base de cálculo de la cuota tributaria local en concepto de “tasa de basuras”, o que se endurezca el sistema sancionador para aquellos usuarios que no depositen adecuadamente los residuos en el hogar, en las empresas o en las zonas públicas.
Si tuviéramos que quedarnos con una única medida para incentivar este mercado secundario de r-PET diríamos que lo primordial es buscar vías de colaboración público-privada para apoyar inversiones destinadas a la mejora de las infraestructuras y la dotación tecnológica de los recicladores, de forma que se optimicen los procesos de selección y triaje de residuos y se aumente la capacidad instalada para la producción de granza de r-PET. En este sentido, los fondos europeos pueden resultar un instrumento muy útil para, por ejemplo, la renovación y ampliación del parque español de recicladores.
A modo de conclusión, decir que con este informe queremos demostrar que una vida sin plástico no es posible. El plástico es un material útil y valioso, también una vez usado, pues puede tener numerosas vidas. El desafío reside en cambiar el consumo excesivo, el sobre envasado, apostar por la reutilización de la materia prima y una adecuada gestión de este material para que no termine en el medio natural ocasionando problemas de difícil solución. Un cambio de paradigma de residuo a recurso en el que el reciclaje juega un papel fundamental y por eso hemos centrado el informe en el rPET ya que consideramos que es la mejor alternativa para garantizar una plena circularidad de los envases.
Artículo publicado en el número 232 de RETEMA.