El proyecto de la planta de TMB de Zubieta recibe el reconocimiento internacional en Waste to Resources 2015
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En su exposición en el VI. Simposium Internacional sobre Tratamiento Mecánico y Biológico, Waste to Resources 2015 de Hannover, Antton Lete, ingeniero industrial y director general del Consorcio de Residuos de Gipuzkoa, GHK, ha explicado las bases del proyecto de la planta TMB de Zubieta, que no son otras sino garantizar la máxima recuperación material de los residuos no separados en origen y la inertización de la última fracción no reciclable, antes de llevarla a un depósito habilitado para tal fin en una zona degradada, junto a un proyecto de recuperación de la misma.
El director general de GHK realizó un somero repaso de las razones que han llevado al Consorcio de Residuos de Gipuzkoa a renunciar al proyecto de la incineradora de Zubieta, entre las que destacó su excesivo sobredimensionamiento, ya que preveía una entrada de residuos de 320.000 toneladas al año y una capacidad nominal de incineración de material presecado de 260.000 toneladas año, frente a las 170.000 toneladas de residuos mezclados que se recogen actualmente, que una vez biosecadas supondrían alrededor de 120.000 toneladas. Este claro sobredimensionamiento de la planta incineradora hubiera requerido importar residuos de fuera de Gipuzkoa para poder mantener su viabilidad, lo que hubiera supuesto un grave perjuicio medioambiental para el territorio, además del coste excesivo de su construcción, valorado en 500 millones de euros.
El proyecto de la planta TMB de Zubieta presentado en el Simposium Internacional de Hannover por el director general de GHK conjuntamente con el ingeniero responsable del proyecto Rolf Sieksmeyer de la empresa alemana HEC, recibió el reconocimiento y aplauso del resto de ponentes y asistentes al congreso Waste to Resources 2015, quienes mostraron gran interés por las altas cotas de recuperación material para la que está diseñada la planta, así como por la solución planteada por el Consorcio de Residuos de Gipuzkoa para la última fracción no reciclable.
Esta solución se basa en la recuperación de una zona degradada, como puede ser la cantera abandona de Osinbeltz en Zestoa, que con una debida impermeabilización puede acoger la recepción de esa materia inertizada, que por su composición no crea problemas medioambientales, ni olores o lixiviados, y al cabo de 15 años de operatividad, se puede transformar en un lugar de esparcimiento para la localidad, mediante un proyecto de recuperación del más alto nivel, como lo garantizaría la participación del arquitecto medioambiental y paisajista Peter Fink, artista de renombre internacional.