El proyecto Dibbiopack demuestra la oportunidad que supone los bioplásticos para Europa
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Los ciudadanos europeos utilizan de media 200 bolsas de plástico al año por persona, la mayor parte de las más ligeras, que son las que menos se reutilizan y las más difíciles de reciclar. Un país como Francia consume 17.000 millones de unidades al año, y las cifras son exportables a cualquier nación europea de nuestro entorno. Lo mismo ocurre con los miles de botellas y envases de todo tipo fabricados con productos derivados del petróleo que nos acompañan en el día a día. La mitad de todos ellos acaba en el medio ambiente, donde tardarán cientos de años en desintegrarse. Los expertos han detectado grandes concentraciones de plásticos flotantes en la práctica totalidad de los océanos, que además se depositan en los fondos y pasan a la cadena alimentaria.
Frente a un problema de primer orden que ha motivado cambios legislativos en muchos países que hablan de una obligada reducción en el uso de determinados envases de hasta el 80% para 2019 en la Unión Europea, el desarrollo de productos sustitutivos fabricados a partir de bioplásticos que no contienen derivados del petróleo aparece como una enorme oportunidad medioambiental, social e industrial. Y si es indudable que los envases de plástico tradicional nos hacen la vida más fácil, no lo es menos que los que les sustituyan y sean de origen renovable deben tener prestaciones equivalentes, lo que comporta varios retos económicos y tecnológicos que la industria y centros de investigación de todo el mundo se afanan por resolver.
En este contexto se enmarca el proyecto de investigación y desarrollo Dibbiopack que financia la Comisión Europea dentro del séptimo Programa Marco y en el que han participado durante cuatro años 19 socios de 10 países. Con un presupuesto global de 7,8 millones de euros, de los que la Comisión Europea aporta 5,7, Dibbiopack tiene como objetivo principal el desarrollo de envases multifuncionales de material bioplástico (biobasado, compostable y biodegradable) para los tres sectores más relevantes en lo que a su uso se refiere: el alimentario, el cosmético y el farmacéutico.
Coordinado por Aitiip Centro Tecnológico, Dibbiopack ha conseguido, con grandes dosis de investigación y una ejemplar colaboración entre entidades e industrias de toda Europa, notables avances frente a los retos normativos, tecnológicos, de mercado y medioambientales que plantea el desarrollo de los bioplásticos, un sector que crecerá como mínimo un 20% al año durante los próximos ejercicios y que puede suponer una gran oportunidad de creación de riqueza y empleo en Europa que aporte soluciones decisivas a cuestiones como la gestión de los residuos.
Las previsiones actuales apuntan a que para 2019 el 80% de los bioplásticos se producirán en Asia. Europa, que ha liderado la investigación en este campo, no puede quedarse al margen ahora que estos materiales están más cerca del mercado. El Parlamento Europeo ha adoptado medidas al respecto y la Comisión Europea designó al bioplástico como uno de los sectores innovadores y emergentes receptor de apoyo legislativo (lead market).
El proyecto Dibbiopack es una buena muestra de este planteamiento. Basado en el respeto al medio ambiente, utilizando materiales precedentes de fuentes renovables, pensando en su sostenibilidad y en la economía circular, disminuyendo el consumo de energía y el uso de materias primas mediante procesos de fabricación más eficientes, ha permitido formular y fabricar:
• Materiales biodegradables y compostables con propiedades mejoradas y perfectamente adaptados a un uso industrial.
• Films biobasados y biodegradables con propiedades barrera mejoradas o antimicrobianas.
• Botellas de material biodegradable y compostable para su aplicación en farmacia que disponen de etiquetas biodegradables en el exterior y de material absorbedor de oxígeno con efecto sellador en el tapón, además de tener peso muy reducido.
• Envases de uso cosmético con etiquetas biodegradables que pueden posicionarse tanto en el interior (efecto antimicrobiano) como exterior (uso decorativo o informativo).
• Bandejas de uso alimentario para alimentos preparados con atmósfera interior libre de oxígeno. Fabricadas con material biodegradable y compostable, con etiquetas biodegradables con efecto antimicrobiano en el interior. Además disponen del sensor de oxígeno integrado en la etiqueta RFID que ofrece una completa información al usuario del estado del contenido.
Conferencia final del proyecto Dibbiopack en Zaragoza el día 24 de febrero
La conferencia final del proyecto Dibbiopack tendrá lugar este mes de febrero en Zaragoza, España, sede también de AitiipCentro Tecnológico, la entidad que ha coordinado esta iniciativa durante los últimos 4 años y que tiene entre sus principales líneas de investigación el bioplástico y sus procesos de transformación. Durante dos jornadas, los socios del proyecto repasarán todos los detalles técnicos vinculados a su planificación, ejecución y resultados, además de visitar las líneas piloto donde se han fabricado dos de los tres demostradores.
El 24 de febrero tendrá lugar la presentación de resultados del proyecto a la sociedad, en un acto abierto a todo el público al que ya es posible apuntarse en el siguiente enlace: https://goo.gl/HXwpwJ
La conferencia final, que se celebrará en el CaixaForum de Zaragoza, tendrá también presencia institucional europea, nacional y regional e incluirá sesiones abiertas a los sectores de interés del proyecto, para lo que se ha invitado a una amplia selección de públicos de interés relacionados (stakeholders) cumpliendo con una de las prioridades de Dibbiopack, difundir el conocimiento sobre los bioplásticos y sus aplicaciones en el entorno europeo.