Nuevas tecnologías para maximizar el valor de los metales presentes en los residuos
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Ante un mercado que sigue estancado, los recicladores buscan ampliar su cartera de clientes, ajustar precios, mover su stock y ganar libertad de movimiento y competitividad. Eso sólo es posible con la modernización de sus procesos productivos con tecnologías de vanguardia, como la de separación basada en sensores de TOMRA Sorting Recycling.
Actualmente, el mercado de metales resulta todo un reto que impulsa a las empresas más innovadoras a buscar modos alternativos de crecimiento y de gestión para incrementar el número de clientes y, en última instancia, su margen de beneficio. Un buen ejemplo de esto es el importante aumento del número de empresas que han contactado con TOMRA en los últimos 6 meses para saber más sobre la separación de cobre y latón a partir de una mezcla de metales no férricos.
Estas empresas incluyen diferentes tipos de clientes. Desde pequeños operadores de fragmentadoras de materiales férricos, operadores de plantas de flotación de metales, de RAEES a partir de pequeños electrodomésticos o empresas que compran residuos metálicos para un posterior procesamiento. En España, el sector de los recicladores de metal constituye una industria muy profesionalizada, que genera un volumen de negocio superior a los 10.000 millones de euros, por lo que su estabilidad resulta clave para la economía nacional. Estas empresas no se centran únicamente en lograr un incremento del valor de su material (este es un objetivo importante pero no el principal). Han entendido que la separación basada en sensores puede ser un medio para ganar una mejor posición en el mercado que le permita conseguir un mayor número de clientes.
Los recicladores más pequeños sólo pueden tener uno o dos clientes fuera de Europa a quien vender una fracción no férrica. Aunque esto está bien en algunos casos, estas empresas pueden ser “chantajeadas” por sus clientes por saberse únicos y por tanto la valoración de su material va a la baja.
Algunos de estos recicladores se han dado cuenta de que separando correctamente el cobre y el latón de los metales no férricos pueden multiplicar su número de clientes, lo que permite una rápida circulación de su stock en lugar de tenerlo almacenado, y, además, tal vez ampliar su mercado local, en lugar de tener que exportar su material, lo que optimiza siempre las operaciones.
La separación del cobre y el latón de otros metales se puede lograr a través de la separación manual, pero sólo hasta cierto punto y en pequeñas cantidades. Este método, además de no ofrecer una calidad homogénea, requiere de mucha mano de obra y por lo tanto resulta muy costoso. Hay, sin embargo, un proceso alternativo que ofrece una calidad homogénea y requiere una mínima mano de obra. Usando la tecnología de clasificación basada en sensores es posible separar en primer lugar una fracción mixta de cobre y latón de otra de metales mixtos no férricos y, en un segunda etapa, separar el cobre del latón en monofracciones de muy alta calidad.
Este resultado se consigue usando TITECH Combisense, que combina la tecnología de una cámara a color con un detector metálico integrado. Los datos procesados a partir del sensor y de la cámara a color son utilizados para obtener hasta las fracciones más difíciles, en términos de composición y granulometría. Estas monofracciones de alta pureza se comercializan más fácilmente en Europa, en vez de exportarlas fuera para una posterior y más barata clasificación manual. Para evidenciar las ventajas económicas del proceso, hay que tener en cuenta que, en condiciones normales, una tonelada de mezcla no férrica contiene aprox. un 10% de cobre y un 10% de latón. Con el precio del cobre unas tres veces por encima del valor de la mezcla de metales no férricos, es fácil ver porqué la recuperación de estos metales valiosos coloca a estos nuevos recicladores en una posición mucho más fuerte desde el punto de vista comercial.
En respuesta a las solicitudes de información recibidas sobre la separación de cobre y de latón, TOMRA Sorting ofrece a sus clientes la posibilidad de probar su propio material con los equipos en un entorno casi industrial que permitan demostrar que nuestras soluciones ofrecen los resultados que se espera de ellas. Estas pruebas se llevan a cabo en su moderno centro de pruebas ubicado en Alemania. La realización de estos tests no solo permite resolver las incógnitas que tienen los clientes sobre los resultados que puede esperar utilizando nuestra tecnología con su propio material. También les sirve para darse cuenta de que se trata de una tecnología capaz de funcionar de una forma eficiente y estable una vez instalada.
No parece que vaya a haber una recuperación a corto plazo del mercado de metales, pero sí nos hemos dado cuenta que se ha despertado una inquietud en un buen número de recicladores de metal que buscan maximizar el valor de sus productos, y TOMRA cuanta con soluciones tecnológicas que pueden dar con la solución adecuada en cada caso.