NEIKER desarrolla nuevos fertilizantes con microalgas producidas a partir de salmueras
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La industria pesquera europea genera al año alrededor de 5,2 millones de toneladas de residuos procedentes del procesamiento de pesca marina que, mayoritariamente, no son reaprovechados. Sin embargo, estos desechos contienen minerales de alto valor como nitrógeno, fósforo, potasio, hierro, cobre o zinc, además de vitaminas y otros compuestos, que se podrían recuperar y utilizar para la producción agrícola.
En este contexto, el centro tecnológico NEIKER, miembro de Basque Research and Technology Alliance (BRTA), está trabajando en el desarrollo de nuevos fertilizantes que incluyen en su composición microalgas producidas a partir de residuos procedentes de distintas conserveras de atún de Euskadi. En concreto, salmueras, aguas con alto contenido en sal empleadas en la cocción del pescado, que contienen compuestos nutritivos en forma de restos de pieles, carnes y grasas de los atunes. Estas salmueras, ricas en nutrientes y minerales, se están utilizando como medio de cultivo en la producción de microalgas.
Microalgas de alto valor añadido
Dentro de esta investigación, que cuenta con la colaboración del centro tecnológico AZTI y de varias conserveras vascas, se ha testado un proceso de biorremediación para obtener microalgas de alto valor añadido para la industria agrícola, reciclando todos los nutrientes y minerales presentes en las salmueras procedentes de la cocción del pescado.
En particular, este tratamiento biológico ha consistido en el uso de la salmuera como medio de cultivo para una microalga heterotrófica, es decir, que es capaz de usar materia orgánica para crecer, procedente de las marismas de Pobeña (Bizkaia).
Microalgas ricas en nutrientes
El proceso es más sencillo de lo que parece a primera vista. “Estas microalgas incorporan durante su proceso de crecimiento parte de la materia orgánica presente en estas aguas de cocción. En concreto, se ‘comen’ proteínas, aceites y otros compuestos nutritivos presentes en el residuo”, explica Sonia Suárez, investigadora del departamento de Producción y Protección Vegetal de NEIKER.
Este proceso tiene una duración aproximada de 3-4 días, periodo en el que las microalgas son capaces de consumir hasta el 90% del nitrógeno de las proteínas y aminoácidos presentes en las salmueras.
Una vez recolectadas, las microalgas se utilizan en la formulación de productos de uso agrario como biofertilizantes o bioestimulantes. De esta manera, el nitrógeno procedente del pescado y capturado por las algas, llega a los suelos, favoreciendo la producción de los cultivos agrarios.
Esta investigación abre la puerta a la reutilización de una gran cantidad de minerales presentes en estos residuos orgánicos procedentes de la industria pesquera. “De esta manera, contribuimos al desarrollo de biofertilizantes enriquecidos en nutrientes y con alto valor añadido para la industria agraria europea”, apunta Suárez. En particular, el aprovechamiento de este tipo de residuos podría llegar a permitir recuperar alrededor de 1,8 millones de toneladas de nitrógeno para la agricultura.
Reconversión de residuos de pescado en biofertilizantes
Este trabajo se ha realizado en el marco del proyecto europeo SEA2LAND, financiado por el programa Horizonte 2020 de la Unión Europea Horizonte con el objetivo de convertir en biofertilizantes toneladas de residuos de la industria pesquera. Con un presupuesto de 7,7 millones de euros, esta estrategia ‘del mar a la tierra’ propone la aplicación de más de 10 tecnologías en 7 casos de estudio en 6 zonas representativas del sector pesquero europeo (Mar del Norte, Báltico, Cantábrico, Mediterráneo y Adríatico, así como el océano Atlántico).
Para ello se están optimizando distintos procesos tecnológicos como procesos de captura y reciclaje de nutrientes con microalgas, compostaje avanzado, biosecado, concentración y extracción por congelación, pirólisis o extracción de quitina, entre otras técnicas, que permitirán generar fertilizantes de base biológica y a medida, tanto para los cultivos y condiciones locales como para la exportación.
Coordinado por NEIKER, el proyecto SEA2LAND cuenta con la participación de otros 25 socios de 11 países diferentes: Universite de Liege (ULIEGE), Fibl Europe - Forschungsinstitutfur Biologischen Landbau en Europa (FIBL EU) y Universiteit Gent (UGENT) de Bélgica; IPS Konzalting Doo Za Poslovne Usluge (IPS) de Croacia; Nutriloop Ou (NUTRI) y Eesti Taimekasvatuse Instituut (ECRI) de Estonia; Center Regional D'Innovation et de Transfert de Technologie Agroressources (CATAR), Institut National Polytechnique de Toulouse (INPT) y Chambre D'Agriculture des Pyrenees Atlantiques (CAPA) de Francia; Universita Politecnica delle Marche (UNIVPM), Universita degli Studi di Milano (UMIL) y Societa Cooperativa Pescatori Molluschicoltori (CO.PE.MO) de Italia; Aquabiotech Limited (ABT) de Malta; Gronn Gjodsel As (Grønn), Norsk institutt for biookonomi (NIBIO) y Norsk Landbruksradgiving Nord Norge (NLR-NN) de Noruega; Instituto de Soldadura e Qualidade (ISQ) de Portugal; Barna SA, Caviar Pirinea SL, AZTI, Fundacio Universitaria Balmes (UVIC-UCC), Fertinagro Biotech SL, Iniciativas Innovadoras Sal (INI) de España; Forschungsinstitut Fur Biologischen Landbau Stiftung (FIBL-CH) de Suiza y el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) de Chile.