Los bosques de manglar están ahogados en microplásticos
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Las bahías de Buenaventura y Málaga acumularon hasta 206 % más plásticos microscópicos –o microplásticos– que la bahía de Tumaco, debido a factores como la proximidad a centros poblados, las descargas de residuos a los ríos, las actividades económicas y las áreas turísticas, según una investigación.
Los fragmentos plásticos, imperceptibles al ojo humano, representan una creciente preocupación tanto para los ecosistemas acuáticos como para la vida marina y la salud humana, ya que quedan atrapados entre el gran sistema de raíces propio de los manglares, bioma esencial en la conservación de flora y fauna y valiosos sumideros de gases de efecto invernadero.
El estudio realizado por la ingeniera ambiental Daniela Vásquez Molano, estudiante de la Maestría en Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, muestra que los bosques con mayor densidad de árboles acumularon hasta 104 % más microplásticos en sedimentos (arena, materia orgánica y otros) que los bosques menos densos, lo cual obedece a la reducción de la velocidad del agua, que genera retención de sedimentos y plásticos.
Del mismo modo, los bosques de manglar con mayor intervención humana acumularon hasta 22 % más microplásticos por la influencia de áreas pobladas, descargas de ríos, canales y zonas turísticas.
Los diminutos residuos se encontraron en diversos puntos de las bahías evaluadas, con un promedio de 14 partículas de microplasticos por kilogramo de sedimento que incluye fibras, fragmentos de plásticos, “pellets” (material plástico esferoide utilizado por algunas industrias), y “films”, que son derivados de plásticos grandes.
En los manglares de la bahía de Buenaventura se hallaron en promedio 21 partículas por kg de sedimento, mientras que en Tumaco fue de 7 partículas por kg.
Según la ingeniera ambiental, “la mayor acumulación de microplásticos en la bahía de Buenaventura frente a la de Tumaco se puede atribuir a la población de los dos distritos: 322.311 y 263.990 habitantes respectivamente, que generan una mayor cantidad de residuos sólidos; así mismo, cuenta con el puerto más importante del Pacífico colombiano y recibe la descarga de los ríos Dagua y Anchicayá”.
El estudio combinó trabajo de campo en parcelas establecidas en las tres bahías seleccionadas por su importancia económica y diferencias poblacionales. En cada una se colectaron muestras de sedimento superficial. Los microplásticos se extrajeron mediante separación por densidad y cada partícula se contó y clasificó según su morfología.
Además se determinó la textura del suelo y el contenido de materia orgánica y se midieron sólidos suspendidos, salinidad y temperatura del agua superficial. En cada sitio se identificó la especie del árbol, cantidad de individuos, diámetro de altura al pecho y altura del árbol.
Para su trabajo, la estudiante Vásquez contó con la dirección de los profesores Duque Nivia y Andrés Molina, y el apoyo del Grupo de Investigación Ecología y Contaminación Acuática.
Los resultados de su investigación resultan preocupantes por la capacidad de los microplásticos de absorber y transportar en su superficie diferentes contaminantes presentes en el ambiente, como metales pesados, que pueden llevar a la muerte de especies, transferirse a lo largo de la cadena alimenticia y poner en riesgo la seguridad alimentaria y la salud humana.
En ese sentido, los expertos señalan que “es necesario profundizar en la identificación de la composición de los plásticos hallados para establecer estrategias de mitigación y cultura ambiental”.
La investigación se realizó como parte del proyecto “Investigación de los servicios ecosistémicos derivados de bosques de manglar en el Pacífico colombiano, Valle del Cauca, Nariño, Cauca, Chocó”, financiado por el Sistema General de Regalías, código BPIN2020000100054.