Lenta recuperación de la actividad de las plantas gestoras de residuos de construcción y demolición
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Las plantas de gestión de residuos de construcción y demolición de la comunidad de Andalucía han recuperado su actividad, aunque de forma gradual y a un ritmo mucho menor que la recuperación en su conjunto del sector de la construcción durante esta emergencia sanitaria actual.
En la primera semana de encierro, la bajada de la actividad en las plantas de RCDs fue de un 15 % que ha pasado a la inactividad completa durante los días del confinamiento total aplicado en el mes de abril.
Aunque se ha restablecido la producción en el sector, ésta es lenta y dista mucho de los datos alcanzado en los meses de enero y febrero. Durante esta semana la recuperación se sitúa en torno a un 55 % la actividad que se desarrolla en las plantas RCDs, comparado con los meses previos a la declaración de la emergencia sanitaria.
Desde AGRECA, Asociación de Empresas Gestoras de Residuos de la Construcción y Demolición de Andalucía, esperamos que poco a poco se vaya recuperando el funcionamiento de las plantas de RCDs y continuar así con la actividad de acuerdo con los principios de la economía circular.
La circularidad en los RCDs y el reciclaje de alta calidad
Los residuos de construcción y demolición constituyen el flujo de residuos más grande de la UE, y representa más de un tercio de la generación total de residuos. Ante estos datos, llevar a cabo acciones inspiradas en la economía circular se convierten en herramientas fundamentales para la prevención de residuos y aumentar además, la cantidad y calidad del reciclaje de RCDs.
En el Día Mundial del Reciclaje, que se celebra el 17 de mayo, AGRECA recuerda que los RCDs presentan una oportunidad clara para implementar buenas prácticas de gestión de residuos de acuerdo con los principios de la economía circular. La construcción y la demolición están entre las mayores fuentes de residuos en Europa y éstos a su vez son también una oportunidad para reducir el impacto ambiental.
La normativa y las exigencias llegadas desde Europa apuestan por una economía circular y sostenible, y que implica también a este sector. La UE aboga por una mayor utilización de los áridos reciclados, que son, además, uno de los mejores ejemplos de Economía Circular, ya que los RCDs son reciclables en porcentajes cercanos al 100%. Esto permite que un residuo se vuelva un recurso, con garantía de calidad y seguridad avaladas con los marcados CE o de AGRECA, y a la vez, se reduce el impacto ambiental que genera la extracción de áridos naturales.
En AGRECA, creemos que para reducir el impacto ambiental provocado por la industria de la construcción, la línea de acción debería centrarse en controlar el consumo de recursos naturales, reducir las emisiones contaminantes, además de minimizar y realizar una correcta gestión de los residuos que se generan a lo largo del proceso constructivo. Es decir, someter a reciclado y valorización todos los residuos de construcción y demolición y fomentar el uso de los áridos reciclados en los procesos constructivos con todas las garantías y calidad.
La apuesta de futuro
Siendo los RCD uno de los flujos de residuos más grandes y prioritarios del plan de acción de la economía circular de la UE, es momento para que el sector público y el de la construcción sean más ambiciosos en las prácticas de gestión de los residuos, superando la acción en la minimización y reciclaje de residuos para abordar todo el ciclo de vida del sector, desde la fase de diseño de los productos a la de fin de vida de los mismos.
Una premisa que no debe olvidarse en la actualidad, para que la recuperación de la actividad sea real es fundamental no olvidar el plan de acción de la economía circular europea, así como también es necesario que las administraciones públicas no caigan en “flexibilizaciones” de la regulación y legislación en el sector urbanístico y evitar retroceder en los pocos pasos dados hasta ahora hacia una economía más sostenible.
Agilizar los pasos para reactivar los proyectos de construcción podría suponer un repunte de vertederos ilegales e incontrolados, con los impactos ambientales que conlleva. Un ejemplo de ello, son las obras de escasa entidad constructiva que se están resolviendo con una declaración responsable. La realización de pequeñas obras no sometidas a licencia urbanística y sin la presentación de certificación de entrega a un gestor de RCDs autorizado, podría acentuar la picaresca y la proliferación de vertederos incontrolados y escombreras ilegales.