Cambio climático, sostenibilidad, eficiencia, digitalización son algunas de las principales áreas de acción que se están abordando desde el sector para asegurar una gestión del ciclo del agua segura para el futuro. Para esta edición de RETEMA hemos tenido la oportunidad de conversar con Elisa Valía, Presidenta de la Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos de Valencia, para conocer en qué y cómo están trabajando para para sortear y dar solución a los retos futuros en materia hídrica en la metrópolis de Valencia.
La Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos de Valencia fue creada en 2001, hace más de 20 años. ¿Cómo ha evolucionado la gestión del agua en la ciudad en estas dos décadas?
La Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos (EMSHI) es la administración pública que suministra agua potable en alta a València y a toda su área metropolitana. Precisamente, la gobernanza supralocal permite abordar proyectos estratégicos de gran envergadura que, de otro modo, serían inasumibles e ineficientes. Un ejemplo destacado es la nueva aducción y la interconexión de las dos plantas potabilizadoras, una obra titánica que persigue aumentar la seguridad de la red, dotarla de mayor versatilidad y mejorar el rendimiento hidráulico.
"La gobernanza supralocal permite abordar proyectos estratégicos de gran envergadura que, de otro modo, serían inasumibles e ineficientes".
La evolución en el sector del agua es evidente y necesaria, especialmente ante el escenario de emergencia climática, que obliga con más contundencia a trazar vías para el máximo aprovechamiento del agua y de los recursos en general, apostando por la reducción de la huella de carbono de nuestra porpia actividad, como ya hacemos, y por reforzar la red para para no perder ni una gota de agua.
¿Qué grandes hitos han tenido lugar durante este tiempo?
Partimos de que en la EMSHI no nos conformamos con cubrir una necesidad incuestionable, como es el abastecimiento de agua potable. Queremos la excelencia. De ahí nuestra búsqueda incesante por reducir el consumo energético y que proceda de fuentes renovables, por aplicar técnicas que mejoren la calidad del agua, por monitorizar el servicio para conocer dónde está cada gota que se inyecta a la red o por divulgar y comunicar la necesidad de poner en valor el agua.
Son diversos los hitos, pero no puedo dejar de mencionar la obra colosal de la nueva aducción y la interconexión de las dos plantas potabilizadoras para suministrar agua de calidad, en cantidad y presión suficientes desde cualquiera de las plantas indistintamente para abastecer a 1,6 millones de personas si alguna de las potabilizadoras fallara. La inversión asciende a 90 millones de euros. Es la obra estratégica de mayor envergadura en València y su área metropolitana desde el Plan Sur.
"En la EMSHI no nos conformamos con cubrir una necesidad incuestionable, como es el abastecimiento de agua potable. Queremos la excelencia".
Sostenibilidad, eficiencia energética, eficiencia hídrica, digitalización, etc. ¿en qué ámbitos está poniendo la EMSHI el foco?
En todos los que usted ha mencionado. Y quien no recorra esos caminos, simplemente va en contradirección. Y pongo algunos de los muchos ejemplos concretos. Los recursos hídricos que empleamos en la EMSHI son 100% de carácter superficial, contribuyendo con ello a la protección de acuíferos históricamente sobreexplotados. En materia de energías renovables, acabamos de poner en funcionamiento dos instalaciones de energía solar fotovoltaica en nuestras plantas potabilizadoras y vamos a instalar más paneles solares en tres depósitos de agua potable. Recientemente, hemos concluido la renovación de la nueva sala de bombeo de la ETAP La Presa, con lo que la EMSHI evita ahora liberar a la atmósfera 1.125 toneladas de CO2, gracias a los nuevos equipos de bombeo, que han supuesto un aumento del 20% del rendimiento hidráulico. La EMSHI ahora es capaz de bombear el mismo caudal de agua, pero utilizando menos energía y, por tanto, con menor huella de carbono.
Y, sin duda, la digitalización es un punto fuerte para esta administración desde hace años. Un buen ejemplo es el gemelo digital instalado en el centro de control desde el que se gobierna la red de abastecimiento de València y su área metropolitana. Esta herramienta permite por simulación generar distintos escenarios y seleccionar de manera anticipada las decisiones de regulación que dan como resultado una mejor calidad del servicio, sin que los consumidores finales tengan ninguna afección.
El litoral mediterráneo será una de las zonas más sensibles al cambio climático, ¿cómo lo afrontáis desde la EMSHI?
Los datos son alarmantes y vamos hacia un futuro cierto, pues ya conocemos que los fenómenos como las sequías o las lluvias torrenciales serán cada vez más extremos y frecuentes. El cambio climático, por tanto, se manifiesta a través del agua alterando su ciclo natural. No hay otra opción que ser conscientes de la situación y trabajar para paliar los efectos negativos de la emergencia del clima. València es un punto sensible del cambio climático, prueba de ello es que el Mediterráneo se calienta dos veces más que cualquier otro océano.
En la medida en que potenciamos la utilización de los recursos superficiales, que es el origen del agua que suministra la EMSHI, ayudamos a incrementar la cantidad y calidad de los recursos subterráneo, permitiendo que asuman un papel estratégico es los períodos de sequía.
Además, los proyectos mencionados anteriormente y todos los que emprendemos en la EMSHI parten de la sostenibilidad. También es necesaria la implicación de la ciudadanía. La administración pública debe, en primer lugar, dar ejemplo. Pero también son importantes las campañas de comunicación y concienciación que lanzamos desde la EMSHI para fomentar la participación. La emergencia climática obliga a que administración y sociedad compartan una misma hoja de ruta.
¿Qué proyectos destacados están desarrollando en la zona metropolitana de Valencia para optimizar la gestión del agua y garantizar el suministro?
Son diversos los proyectos que persiguen reducir vulnerabilidades en la red, como el Plan de Choque titánico al que me refería antes que implica la interconexión de plantas. Pero, si bien es el mas destacado, no es el único.
Hemos invertido cerca de 11 millones de euros en el desdoblamiento de la conducción existente de DN 600 mm construyendo una nueva de DN 1.000 mm desde la potabilizadora El Realón hasta Albal y que prolongaremos hasta València con el fin de incrementar de forma notable la capacidad y la seguridad de la red.
También estamos instalando derivaciones de emergencia, con el objetivo de seguir mallando la red. El control de la calidad del agua que, por cierto, se somete a más de 8.000 analíticas anuales, también se debe subrayar. La mejora de los tiempos de permanencia del agua o los tratamientos para la desinfección que aplicamos, como la oxidación avanzada y los rayos ultravioleta, suponen importantes avances que avalan que podamos decir que servimos agua de la máxima calidad y que la EMSHI está a la vanguardia del sector.
Pero más allá de cada proyecto singular, quisiera poner en valor la Gestión de Activos como elemento selector de inversiones que nos proporciona la más racional hoja de ruta en esta materia y nos permite adelantarnos a situaciones imprevistas con gastos evitables, convirtiéndose así en un poderoso elemento para controlar la tarifa.
Elisa Valía Cotanda, presidenta de la EMSHI, y Yolanda Miró Pascua, jefa de obra de la EMSHI
La digitalización está protagonizando las iniciativas de los gestores del agua en aras de una mayor eficiencia, ¿podría hablarnos de las iniciativas de la EMSHI en este ámbito?
Ahora se habla mucho de la digitalización en el sector del agua, pero en la EMSHI ese camino lo llevamos recorriendo desde hace tiempo. Contamos con el gemelo digital, una herramienta valiosa para la ayuda de toma de decisiones, como ya he comentado. No es casualidad que recibamos diversas solicitudes desde diferentes partes del mundo para visitarlo.
Desde la EMSHI impulsamos la innovación y la investigación que después se materializa en soluciones tan revolucionarias como la instalación de fibra óptica en las tuberías que permite conocer en tiempo real el estado de las redes de suministro de agua potable al monitorizar alteraciones en el flujo del agua. Además, la previsión es avanzar en digitalización con las estaciones multiparamétricas, que permiten controlar en tiempo real la calidad del agua en diversos puntos de la red; con la implantación de la metodología BIM o la implementación de la inteligencia artificial en la operación del sistema. En la EMSHI estamos desarrollando y aplicando soluciones con éxito.
En todo caso, creo muy conveniente el PERTE del Gobierno de España que movilizará más de 3.000 millones de euros para modernizar el ciclo del agua y, por lo tanto, para reducir las diferentes velocidades entre territorios. La digitalización, sin embargo, no es el objetivo sino la vía para que las infraestructuras sean más resilientes, robustas y sostenibles.
¿Hacia dónde cree que evolucionará la gestión del agua?
En el contexto actual de estrés hídrico y escasez de agua cada gota cuenta y es necesario que administraciones y empresas gestoras del agua establezcan como prioridades la seguridad hídrica, la sostenibilidad y la implicación ciudadana. Garantizar el agua ante la emergencia climática, contribuir a la recarga sostenible de los acuíferos y la reutilización del recurso – la economía circular- serán y, de hecho, ya lo son, fundamentales.
¿En qué se basa la estrategia a futuro de la Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos de Valencia?
La calidad del servicio en la EMSHI se basa en la seguridad hídrica y en la sostenibilidad económica y ambiental. Todos los proyectos que emprendemos tienen necesariamente una mirada sostenible y nos esforzamos para reducir la huella de carbono, puesto que nuestro objetivo es ser neutros. No cesaremos en fomentar el consumo del agua del grifo frente a la embotellada, dado que es el agua más controlada, la mas sostenible y la más económica. Seguiremos trabajando para garantizar el agua, especialmente en episodios de estrés hídrico, que vendrán desencadenados por el cambio climático. Todas las acciones que emprendemos ahora tendrán una repercusión positiva que perdurará durante mucho tiempo. En resumidas cuentas: trabajamos hoy mirando al futuro.