"La nueva planta de Serín es uno de los proyectos más ambiciosos desde la creación de Cogersa"
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El Consorcio para la Gestión de Residuos Sólidos de Asturias (Cogersa) se haya inmerso en un proceso de transformación impulsado por la necesidad de aplicar un enfoque integral a la gestión de los residuos generados en el territorio, que permita alcanzar una economía circular de los recursos y cumplir con las directrices europeas en materia de residuos.
Uno de las principales pilares sobre los que se sustentará la economía circular de Asturias está en la futura planta de clasificación y reciclaje de la fracción resto de residuos urbanos, que está construyendo la entidad en sus instalaciones de Serín.
En esta entrevista, conocemos de la mano de Paz Orviz, gerente de Cogersa, las principales características de esta instalación que aspira a ser puntera en España, y los retos que divisa la entidad en el horizonte.
Cogersa está desarrollando una avanzada instalación para el tratamiento de residuos en Serín, ¿cómo nace este proyecto?
Las obras de construcción arrancaron el pasado julio con las obras de una Planta para el tratamiento de la bolsa negra (residuos municipales mezclados), que incorporará también determinados residuos industriales no peligrosos, así como los rechazos de otras plantas de clasificación.
Esta instalación está prevista expresamente en el Plan Estratégico de Residuos del Principado de Asturias, aprobado por el Gobierno autonómico en 2018 como alternativa al depósito en vertedero de la fracción resto de los residuos municipales.
La licitación de la nueva planta -en la modalidad de proyecto y obra- comenzó de manera inmediata a la aprobación del Plan de Residuos y la adjudicación tuvo lugar en marzo de 2019 a la empresa Valtalia por importe de 58 millones de euros (IVA incluido). Desde entonces, la adjudicataria elaboró el proyecto ambiental de la infraestructura, en base al cual se tramitó la autorización ambiental integrada (publicada en el Boletín Oficial del Principado de Asturias el 18 de mayo de 2021). Y en junio recibimos la licencia de obra del ayuntamiento de Gijón.
La nueva planta es uno de los proyectos más ambiciosos desde la creación de Cogersa en 1982 y supondrá un vuelco en la manera de gestionar los residuos en Asturias, permitiendo incrementar las ratios de reciclaje y minimizar el vertido.
"La nueva Planta de Cogersa supondrá un vuelco en la manera de gestionar los residuos en Asturias, permitiendo incrementar las ratios de reciclaje y minimizar el vertido".
¿Cuáles son las necesidades que justifican una instalación de estas características?
Son varias las circunstancias que llevaron incluir en la planificación regional de residuos una planta como la que estamos construyendo.
En primer lugar, la necesidad de dar un giro al actual modelo de gestión de los residuos municipales en Asturias, ya que los no separados en origen están yendo directamente a vertedero. Esto supone que el 75% de los residuos que nos entregan los ayuntamientos (360.811 toneladas en 2020) se entierran sin más aprovechamiento que la desgasificación del vertedero. A esta cantidad hay que sumar los rechazos de las plantas de clasificación y otros residuos no peligrosos que se destinan asimismo a vertedero.
Además, con la nueva planta -con una capacidad de tratamiento de 340.000 toneladas de residuos mezclados y 75.000 toneladas de voluminosos y residuos industriales no peligrosos- esperamos recuperar 84.000 toneladas de materiales, 32.000 toneladas de materia orgánica en forma de bioestabilizado y fabricar 160.000 toneladas de Combustible Sólido Recuperado.
Por otra parte, no podemos obviar que el denominado “vertedero central de Asturias” -ubicado en el corazón de la región y que viene recibiendo basura desde 1985- afronta el final de su vida útil, tras la última ampliación de 2,1 millones de metros cúbicos sobre una superficie de 44 hectáreas, concluida hace escasos meses. En ese sentido, la reducción drástica del vertido, más allá de la obligación legal, es una necesidad imperiosa en nuestro territorio.
¿Qué perspectivas manejan para la finalización y puesta en marcha?
El plazo de ejecución de la obra es, en principio, de 31 meses, más otros nueve adicionales de puesta en marcha. Sin embargo, estamos trabajando para acortar plazos y, de hecho, estos meses han sido favorables para el avance a buen ritmo del movimiento de tierras. Si todo va bien, esperamos que la nueva planta comience a funcionar en pruebas a mediados de 2023.
"La reducción drástica del vertido, más allá de la obligación legal, es una necesidad imperiosa en nuestro territorio".
¿Qué desafíos enfrenta la región en materia de gestión de residuos?
Creo que todas las comunidades autónomas trabajamos con ahínco en torno a unos retos comunes, que son los que nos marcan las directivas europeas: alcanzar los objetivos de reciclaje para los residuos domésticos y comerciales, incrementar notablemente la recogida separada de biorresiduos y organizar las recogidas separadas que vienen para el resto de flujos (por ejemplo, aceites vegetales y textil).
Y todo ello dotándonos con suficiente anticipación de las instalaciones adecuadas. Teniendo en cuenta que el modelo de gestión debe estar definido en el plan autonómico de residuos correspondiente, que tiene que existir capacidad de inversión y que las tramitaciones ambientales son extensas en el tiempo, no es sencillo llegar a tiempo.
Otra cuestión que me gustaría resaltar es que la gestión de los residuos cada vez será más sofisticada, lo que redunda en un incremento de los costes de explotación, que, unido a la amortización de las nuevas inversiones, hace que debamos trasladar a los ayuntamientos y a los ciudadanos unos precios crecientes. Y en la gestión de los residuos, como en otros servicios públicos con cierta invisibilidad, no siempre la ciudadanía conoce y reconoce el esfuerzo que supone prestar estos servicios esenciales.
De manera más concreta, reseñaría como retos más inmediatos en que estamos inmersos desde Cogersa: la búsqueda de la solución finalista para el CSR que produciremos en 2023, la optimización energética del biogás, la salida del compost procedente de la digestión de biorresiduos y, en general, la comercialización de los materiales recuperados (por ejemplo, los áridos reciclados), que no siempre encuentran un mercado maduro que los absorba.
"Superar la visión de ser una empresa que gestiona residuos, involucrarse y liderar proyectos de economía circular, captar financiación y generar alianzas son los retos para Cogersa".
¿En qué otras iniciativas trabajan para impulsar la economía circular de los residuos?
Cogersa es una entidad pública comprometida con la sociedad asturiana y que trabaja con numerosos grupos de interés: ayuntamientos, empresas, centros tecnológicos, universidades, centros educativos, entidades sociales… Así, durante estos últimos quince años, dos millones de personas han participado en actividades organizadas por Cogersa, de las que 540.000 fueron estudiantes pertenecientes a 2.140 centros educativos, y 140.000 visitaron el Centro de Tratamiento de Residuos de Serín.
Para profundizar en este ámbito, en agosto presentamos un Programa de Educación y Sensibilización Ambiental hasta 2025, comprometiendo para las iniciativas que se derivan del mismo 6,68 millones de euros. De esta cantidad, destacan el millón que se dedicará a nuevos equipamientos y recursos de sensibilización, otro dirigido a campañas de comunicación masivas sobre el reciclaje y 900.000 euros que pretenden consolidar la Red de Escuelas por el Reciclaje. El fomento del compostaje, por su parte, recibirá 750.000 euros.
Superar la mera visión de ser una empresa que gestiona residuos y que realiza campañas de educación ambiental, involucrarse y liderar proyectos de economía circular en Asturias, captar financiación y generar alianzas son, sin lugar a dudas, los retos de futuro para Cogersa.
Entrevista publicada en el número 235 de RETEMA.