La industria alimentaria ante el reto de aprovechar sus aguas residuales como una nueva fuente de recursos
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Por Jose B. Carbajo, Responsable de proyectos de Medio Ambiente, Bioenergía e Higiene Industrial de AINIA
La industria de alimentación y bebidas está adoptando los principios de la Economía Circular, la cual asume como una alternativa al actual modelo de producción y consumo, con el potencial de resolver retos ambientales, al mismo tiempo que abre oportunidades de negocio y crecimiento económico.
Este nuevo modelo, implica tanto un cambio en la forma de pensar, con una visión integral y circular del uso del agua, como la incorporación de nuevas tecnologías. Ya no es suficiente con depurar para cumplir con los límites de vertido. La sociedad espera de este sector, gran consumidor de agua, un uso responsable y sostenible de este recurso cada vez más escaso y amenazado por la contaminación.
En esta nueva estrategia, el concepto de agua “residual” debe quedar atrás. La Economía Circular promueve cambios disruptivos orientados a lograr que el agua tenga múltiples ciclos de uso, consiguiendo desacelerar la producción de aguas residuales y convirtiéndola en recurso.
Las aguas residuales son corrientes líquidas que contienen no sólo agua, sino también otros recursos valiosos que pueden y deben ser aprovechados como por ejemplo hidratos de carbono, proteínas, lípidos… La meta debe ser alcanzar la eficiencia máxima en el uso del agua, reduciendo su uso y facilitando el máximo reciclado interno o externo de los recursos, y/o reutilización en la propia planta o en el entorno próximo.
La innovación y la tecnología son elementos claves para lograr la transición hacia una Economía Circular, ya que son los principales propulsores de soluciones que permiten a las empresas cambiar el modelo lineal por un modelo circular. En este contexto, AINIA propone un decálogo de medidas para fomentar el uso del agua “recursal” y avanzar en el impulso de la Economía Circular en la gestión del agua:
1. Promover el aprovisionamiento sostenible de materias primas con un uso responsable y eficiente de agua. Las industrias empiezan a exigir certificaciones de sostenibilidad a los grandes proveedores de commoditites alimentarias y a colaborar con pequeños agricultores y ganaderos en buenas prácticas ambientales.
2. Reducción del uso de agua mediante el eco(re)diseño de las instalaciones y mejora de procesos productivos. Haciendo más fácilmente limpiables las líneas de procesado se consiguen ahorrar agua, energía y/o productos químicos.
3. Reciclar el agua dentro de fábrica, en ciclo cerrado u otros puntos de la planta, y recuperar agua y el resto de recursos presentes en las corrientes líquidas. Aplicación de tratamientos capaces de alcanzar la calidad del agua necesaria para su reciclaje en procesos internos, i.e., water fit for use.
4. Regenerar y reutilizar el agua depurada a final de línea, y recuperar recursos de los lodos de depuración mediante el uso de biorrefinerías para la obtención de productos de alto valor añadido. Riego de parcelas agrícolas anexas a las industrias con aguas regeneradas según normativa en vigor.
5. Medir a través de la huella hídrica y/u otros indicadores como herramientas de mejora y comunicar los logros alcanzados participando en acuerdos voluntarios sectoriales. El sector de bebidas refrescantes es modélico en la definición de objetivos sectoriales en el ámbito del agua.
6. Desarrollar proyectos de compensación hídrica devolviendo un volumen de agua igual al consumido en los productos. Colaboración público-privada en el que se asumen compromisos para alcanzar un sistema de producción sostenible que sea capaz de aminorar la tensión hídrica actual.
7. Maximizar la eficiencia energética y el uso de fuentes de energía renovables. Desde optimizar el consumo energético en los tratamientos de depuración como valorizar en forma de biogás corrientes de alta carga orgánica y auto-consumirlo.
8. Promover la economía colaborativa, simbiosis industrial y otros nuevos modelos de negocio. Compartir depuradora, entregar residuos líquidos orgánicos a depuradoras municipales para co-digestión con sus lodos de depuración.
9. Optimizar el uso del agua a través de soluciones 4.0. Algoritmos para optimizar el funcionamiento de las instalaciones de tratamiento u optimizar los consumos en fábrica.
10. Apostar por la investigación, el desarrollo y la innovación. Desarrollo de nuevas alternativas que garanticen un reciclado o reutilización de corrientes eficiente y seguro desde el punto de vista de la higiene y de la seguridad alimentaria.
El informe “Approaching The Future 2018. Tendencias en reputación y gestión de intangibles”, ya resalta el papel del sector privado, el cual es y será cada vez más relevante en el desarrollo de un nuevo concepto de ciudadanía global y sostenible. En los últimos tres años un 73% de las empresas europeas han puesto en marcha algún tipo de actividad relacionada con la Economía Circular.
Artículo publicado en el número 215 Mayo/Junio 2019