El hidrógeno verde se convierte en el elemento que recibirá un mayor impulso económico
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España tiene el potencial y la capacidad de convertirse en el hub de generación de energía renovable de Europa y, para ello, las tecnologías del hidrógeno están llamadas a jugar un papel fundamental. Así lo demuestra la reciente aprobación en Consejo de Ministros del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento (ERHA), que se presentó ayer en acto oficial, en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), donde se elevó el hidrógeno renovable a la categoría de ‘proyecto país’ gracias a sus enormes potencialidades. Un acto en el que participó Javier Brey, presidente de la Asociación Española del Hidrógeno junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera; reforzando así la posición de la asociación que representa como uno de los actores de referencia del sector.
La aprobación de este PERTE supone un gran impulso para el desarrollo de proyectos de hidrógeno en España, ya que el hidrógeno verde se convierte en el elemento que recibirá un mayor apoyo económico, del orden de 1.555 millones de euros canalizados por el MITECO, que, a su vez, movilizarán otros 2.800 millones de capital privado. De hecho, en el corto plazo, concretamente en 2022, el documento ya recoge la convocatoria de proyectos pioneros de hidrógeno renovable y la de impulso de la cadena de valor del hidrógeno renovable, con asignaciones de 150 millones de euros y 250 millones de euros, respectivamente.
Actualmente, España importa el 100% del petróleo y del gas natural que se consume, combustibles que no son sostenibles, ni desde el punto de vista medioambiental, ni desde el plano económico; no garantizando a su vez la seguridad del suministro energético del país. En este contexto, y tal y como establece el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), España tiene la capacidad de multiplicar la potencia instalada de eólica o de solar; siempre y cuando se tenga en cuenta dos características intrínsecas a estas energías renovables: que han de ser almacenadas y gestionadas, para poder casar oferta y demanda; y que, por su carácter eléctrico, tienen dificultad en cubrir las necesidades de todos los sectores.
Javier Brey explica que “es en este punto donde el hidrógeno renovable cobra una importancia capital, ya que podemos producir toda la energía renovable que seamos capaces, y convertir en hidrógeno la electricidad que no utilicemos en ese mismo momento. Y con ese hidrógeno, podemos ayudar a descarbonizar el transporte, la industria, el sector energético y el residencial”.
España tiene la posibilidad de sustituir el actual consumo de combustibles fósiles por el consumo de un hidrógeno renovable, sostenible y, además, siendo producido localmente. Asimismo, “nuestro país tiene la posibilidad no solo de autoabastecerse, sino de exportar hidrógeno a un precio competitivo al norte de Europa, convirtiéndolo en un importante motor económico”, añade Brey.
En esta línea, el hidrógeno cada vez gana un mayor peso entre los nuevos proyectos y desarrollos impulsados por el conjunto del sector energético español, lo que refleja la importancia que estas tecnologías han ganado en los últimos dos años. “La apuesta por el hidrógeno renovables es clara, lo que se refleja en diversas actuaciones y documentos estratégicos llamados a definir y construir el futuro energético de España, como la Hoja de Ruta del Hidrógeno; la asignación de una partida presupuestaria específica en la Componente 9 del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia; y, sin duda, en la reciente creación del PERTE de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento. Un proyecto que, por supuesto, es acogido favorablemente por la Asociación Española del Hidrógeno”, destaca Javier Brey. “Desde la asociación, estamos convencidos de que la Economía del Hidrógeno va a suponer una gran oportunidad para nuestro país y, de igual modo, estamos convencidos del liderazgo que España puede desempeñar en este sector a nivel internacional” concluye el presidente de la AeH2.
El hidrógeno, motor del tejido productivo, industrial y empresarial español
Más allá de que el hidrógeno se haya convertido en un recurso renovable fundamental para la transición energética, España cuenta con tecnología y tejido productivo más que suficiente y que contribuyen a hacer real ese escenario de sustitución del actual consumo de combustibles fósiles por el consumo de hidrógeno renovable.
Por un lado, en el ámbito tecnológico, los centros generadores de conocimiento nacionales han aumentado la aportación española en I+D relativo a hidrógeno a un 3’8% a nivel mundial. Además, el peso del I+D español en hidrógeno en Europa se cifra en un 15%.
Por otro, en el ámbito productivo, las empresas españolas, desde las más grandes hasta PYMEs, han expresado su interés en proyectos que superan, tanto en inversión como en capacidad de electrólisis a instalar, los objetivos fijados para 2030 en la Hoja de Ruta del Hidrógeno Renovable. Estos proyectos cubren toda la cadena de valor del hidrógeno, desde su producción hasta su uso, pasando por su transporte, distribución y almacenamiento; construyendo así el perfecto escenario para seguir avanzando hacia la descarbonización y la neutralidad climática.