Gipuzkoa remodela la planta de envases de Legazpi para triplicar su capacidad
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El Consorcio de Residuos de Gipuzkoa pondrá en marcha una nueva planta de reciclaje de envases tras invertir 2.627.000 € en la renovación completa de las anteriores instalaciones y en el acondicionamiento de sus 1.000 m2 de superficie. Gracias a la maquinaria dotada de tecnologías de última generación, la capacidad de producción va a triplicarse y pasará de 1 a 3 Tn/hora, lo que supone unas 25.000 Tn. anuales de envases que serán separados y preparados para su posterior reciclaje. Asimismo, mejorará la calidad y efectividad de los procesos que pasará del 82% al 88%, reduciéndose las pérdidas y los rechazos generados por la actividad. La explotación de la nueva planta ha sido adjudicada a la UTE formada por las empresas CESPA y Campezo, por un período de 4 años, prorrogable por otros dos, y por un importe total de 5.764.600 €, que incluye los costes de renovación de las anteriores instalaciones.
La nueva planta de Legazpi tratará los envases recogidos en las mancomunidades de Debabarrena, Debagoiena, Urola Medio, Urola Kosta, Tolosaldea y Sasieta. La mejora en la capacidad de las instalaciones, que se ha triplicado, servirá precisamente para dar respuesta al importante crecimiento experimentado por la recogida de envases, que en 2017 alcanzó el 62,81% del total de estos residuos en Gipuzkoa y que en los meses transcurridos del 2018, ha experimentado un crecimiento del 26% en las comarcas citadas. El volumen de envases tratados el año pasado en las anteriores instalaciones de Legazpi superó las 8.000 Tn.; de esta cantidad, una cuarta parte, 2.000 Tn., son bolsas de plástico que son separadas y tratadas para su posterior reciclaje, evitando uno de los principales problemas de contaminación originados por el vertido de estos residuos.
Entre las principales mejoras tecnológicas introducidas, con respecto a las aplicadas en la anterior planta, destacan las dos prensas de subproductos de mayor capacidad, dos ópticos nuevos, nuevo diseño de línea con recirculaciones y by-pass, 1 separador férrico por encima del flujo de finos de balístico. Todo ello, tiene por finalidad optimizar al máximo el aprovechamiento de los envases depositados en el contenedor amarillo, reducir los rechazos y contar con una planta que minimice al máximo el rechazo.
Además de la nueva maquinaria para la separación y tratamiento de los envases, se han incorporado mejoras que repercutirán sobre la seguridad y las condiciones de trabajo en la planta, como: iluminación led, cámaras térmicas, nuevas puertas de apertura y cierre, insonorización y aislamiento, ampliación de vestuarios, remodelación de oficinas y ampliación de la playa de descarga.
La planta contará con un proyecto de divulgación ambiental que acercará a los escolares, por medio de materiales didácticos y monitores que se desplazarán a los propios centros, la labor que se realiza en la planta para reciclar los envases que se depositan en el contenedor amarillo.
El proyecto de nueva planta da continuidad a la planta inicial que fue construida gracias a un convenio entre el departamento de Medio Ambiente y la Mancomunidad de Sasieta en 1997. Su objetivo era dar respuesta a la Ley 11/99 de envases y residuos de envases, y fue la primera de su género en la CAPV.