El futuro de la industria de la UE es sostenible y circular
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Las industrias intensivas en energía (EII) son el núcleo de las industrias europeas y abarcan la industria del acero, el papel o la alimentación, entre otras. El papel de estas industrias es crucial para nuestra economía, ya que están integradas en muchas cadenas de valor estratégicas y suministran productos intermedios a otros sectores. Sin embargo, dependen en gran medida de los combustibles fósiles y contribuyen significativamente a aumentar las emisiones de GEI. La desfosilización de estas industrias es una fuerza impulsora clave para alcanzar los objetivos climáticos de la UE y desarrollar una bioeconomía sostenible en Europa.
El desafío es reducir las emisiones manteniendo la competitividad de la industria. Pero cada desafío viene con una oportunidad, en este caso, posicionar a nuestra industria para explotar el enorme potencial de las tecnologías y servicios renovables. El biogás forma parte de esta amplia gama de oportunidades para nuestra industria. Proporciona soluciones para el tratamiento de residuos industriales, sustitución de combustibles fósiles en usos energéticos industriales y producción de materias primas alternativas para la industria química.
La producción de biogás a partir de flujos de residuos industriales que no se pueden reutilizar o reciclar y no tienen otras aplicaciones está en línea con los esfuerzos de eficiencia de recursos promovidos por la UE. La industria alimentaria es un buen ejemplo de ello. En la producción de bebidas, por ejemplo, la vinaza que queda después de la destilación se puede reciclar para producir biogás. Así, los problemas con el tratamiento de la vinaza residual se resuelven mediante la conversión en energía renovable. La producción de gas verde a partir de lodos también es una solución óptima para la industria del papel.
Además, la producción de biogás permite a las industrias intensivas en energía reducir los costos de energía y reemplazar los combustibles fósiles. Estas industrias representan más de la mitad del consumo energético de la UE. Entre los diferentes usos de la energía, el calor representa dos tercios de la demanda mundial de energía industrial. También constituye la mayor parte del CO2 industrial directo que se emite cada año, ya que la gran mayoría del calor industrial se origina en la combustión de combustibles fósiles. Si volvemos a tomar el ejemplo de la producción de bebidas, los cálculos muestran que, en algunos casos, la utilización de vinaza como biogás puede cubrir casi toda la demanda de energía para calentar el proceso de destilación. En la industria del acero, la gasificación de biomasa también es una opción atractiva para reemplazar el uso de combustibles fósiles en procesos de calor intenso.
Una aplicación industrial menos explorada del biogás es el reemplazo de las materias primas actuales basadas en fósiles para la industria química para producir plásticos, solventes y combustibles sintéticos. Como todas las demás industrias, la industria química deberá adoptar la sostenibilidad y depender cada vez más de materiales alternativos en los próximos años. Esta solución con visión de futuro está totalmente alineada con los principios de una economía circular eficiente.
El apoyo a las políticas para un mayor despliegue de biogás, tanto para la digestión anaeróbica como para la gasificación de biomasa, y sus múltiples aplicaciones industriales, es perjudicial para desbloquear todo su potencial. Este apoyo contribuirá a dar forma a una perspectiva positiva a largo plazo que proporcione seguridad de inversión para los diversos interesados involucrados. La innovación y la colaboración intersectorial son otras fuerzas impulsoras de la transición verde al estimular la implementación de tecnologías de vanguardia y el desarrollo de nuevas sinergias y ecosistemas industriales.