El Foro de la Economía del Agua reivindica la alianza entre ciencia, política y derecho
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El cambio climático está aumentando la frecuencia de fenómenos extremos como sequías e inundaciones. Para hacerles frente, es necesaria una alianza entre la ciencia, el derecho y la política, que permita una gestión hídrica desde la prevención, basada en la evidencia científica.
Así lo recoge el IV Informe de los Conversatorios del Agua, publicado por el Foro de la Economía del Agua y que puede consultarse en este enlace. El informe señala que los fenómenos extremos y los efectos del cambio climático en su sentido más amplio deben comenzar a incluirse en los ordenamientos jurídicos y que, para que su inclusión se realice del mejor modo posible, el derecho siempre debe ir por detrás de la ciencia y la técnica, nutriéndose de sus conocimientos.
De la misma manera, y tal como apunta Estanislao Arana, director académico del Foro de la Economía del Agua, “las decisiones políticas deben basarse en la información técnica y científica disponible y alejarse lo más posible de ideologías”.
El informe señala que, además del incremento de los fenómenos climatológicos extremos, el cambio climático los está cronificando, y por lo tanto modificando el modo más adecuado de actuar frente a ellos. Por ello, advierte la importancia de diferenciar las situaciones extraordinarias, que requieren medidas reactivas, de las crónicas o cíclicas, que pueden prevenirse.
El IV Informe de los Conservatorios del Agua destaca la importancia de plantear las situaciones climatológicas extremas desde la prevención y no desde la reacción, e incluir estos fenómenos en la planificación hídrica y del territorio siempre que sea posible. Como explica Jorge Olcina, Catedrático de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de Alicante, cuando se habla de sequía y sobre todo de escasez de agua, “la gestión hídrica más adecuada es la que parte de la demanda, que es la que debe adaptarse a los recursos disponibles”.
España y Chile: una orografía que impulsa el reparto desigual del agua
A nivel mundial, más de 263 millones de personas dedican más de 30 minutos al día a buscar agua y en 2025, cerca de 2000 millones de personas vivirán en países o en regiones donde la escasez de agua será absoluta. Algunos países, como Chile y España, están especialmente expuestos a los fenómenos climatológicos extremos, debido a la orografía de su territorio.
En el caso de Chile, el informe señala una serie de problemas hídricos entre los que destaca la escasez de agua en algunas zonas y la sobreabundancia en otras, con aluviones de lluvia que conllevan en ocasiones el arrastre de metales en las zonas mineras. Respecto a las posibles soluciones, el informe cita la educación ciudadana y la adaptación de la normativa a la nueva situación.
Tal como apunta Gladys Vidal, directora e investigadora principal del Centro de Recursos Hídricos para la Agricultura y la Minería en Chile, “el primer paso consiste en determinar cómo introducir una nueva cultura del agua en la sociedad civil y, posteriormente, adaptar la legislación al cambio climático, a través, entre otras medidas, de la reforma del Código del Aguas y de la Ley General de los Servicios Sanitarios”.