Evalúan el potencial del compost de residuos sólidos orgánicos como sustituto de fertilizantes minerales industriales
- 1009 lecturas
Los residuos sólidos orgánicos que los ciudadanos depositan en los contenedores marrones de reciclaje permitirían producir en la actualidad la cantidad de compost necesario para satisfacer el 8 % de los nutrientes que demanda la agricultura urbana y periurbana, lo que reduciría en un 39 % los impactos ambientales como la eutrofización del agua y en un 130 % el calentamiento global.
Para ello, sería necesario "un aumento de la recogida selectiva de materia orgánica y de la capacidad de producción de compost según el programa metropolitano de gestión de residuos (PREMET25)", indica Juan David Arosemena, investigador del ICTA-UAB y autor principal del estudio, quien destaca que existe una gran oportunidad para seguir optimizando la circularidad de nutrientes en las ciudades y aprovechar así todos sus beneficios.
Las 5.568 hectáreas de agricultura periurbana y urbana existentes en el Área Metropolitana de Barcelona demandan un total de 1.474 toneladas de nutrientes NPK (nitrógeno, fósforo y potasio), tres elementos imprescindibles para el crecimiento de las plantas. De éstos, el nitrógeno es el más demandado, con 769 toneladas, seguido del potasio, con 592 toneladas, y el fósforo, con 113 toneladas. La mayoría de estos nutrientes son demandados para cultivos de cereales (42 %), vegetales (38 %), frutas dulces (11 %) y legumbres (5 %), entre otros.
De las 5.106 toneladas de compost producidas a partir de los residuos sólidos orgánicos de la AMB se podrían recuperar, entre otros elementos, 113 toneladas totales de nutrientes NPK (44 toneladas de fósforo, 37 toneladas de potasio y 32 toneladas de nitrógeno).
Además de nutrir los campos de cultivo, la producción de compost tiene importantes beneficios ambientales para las ciudades, como la reducción de las emisiones de metano que genera el tratamiento de residuos mixtos en los vertederos, la utilización del biogás como fuente de energía y la sustitución de los fertilizantes minerales industriales en la agricultura. Estos fertilizantes minerales industriales no sólo se fabrican con recursos finitos (como es el caso del fósforo), sino que su producción requiere mucha energía y combustibles fósiles (como el caso del nitrógeno).
"En cambio, el compost se hace con nuestros residuos y aporta los mismos nutrientes que el fertilizante mineral; hay que aprovecharlo, y así cerrar el ciclo", indica Arosemena.
Sin embargo, para poder aprovechar al máximo sus beneficios, deberían eliminarse determinadas barreras que en la actualidad dificultan la circularidad de los nutrientes en las ciudades, "tales como la pobre calidad del suelo agrícola en áreas urbanas, la aceptación del uso de compost como fertilizante alternativo y las regulaciones locales asociadas a aplicación de fertilizantes orgánicos", indica Arosemena.
Por este motivo, el estudio presenta a los responsables de políticas el ciclo de vida completo, desde los residuos hasta los cultivos, para cuantificar sistemáticamente el beneficio de acoplar flujos de nutrientes dentro de una ciudad.
Arosemena Polo , J.D., Toboso-Chavero S., Adhikari, B., Villalba G. (2024) Closing the nutrient cycle in urban areas: The use of municipal solid waste in peri-urban and urban agriculture. Waste Management.
https://doi.org/10.1016/j.wasman.2024.05.009