La edición 2015 del Congreso IERC mostró la fuerza innovadora de la industria recicladora de residuos electrónicos
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Aunque a la industria del reciclaje de residuos eléctricos y electrónicos se le presenta una serie de grandes retos, los esfuerzos innovadores de la industria del reciclaje son igual de grandes. El Congreso Internacional sobre Reciclaje de Residuos Electrónicos, IERC, demostró una vez más este hecho en Salzburgo los pasados días 21 y 23 de enero. Un total de 63 expositores estuvieron presentes en esta reunión de la industria durante tres días, y alrededor de 500 expertos en reciclaje llegaron de todas las partes del mundo para asistir a este evento clave. La atención se centró en los debates y las opiniones de expertos en relación con las condiciones actuales y futuras del mercado, así como en la presentación de las nuevas tecnologías para el tratamiento de los residuos electrónicos. La conferencia fue acompañada de talleres y también incluyó dos excursiones a la planta de refinería y reciclaje Montanwerke Brixlegg, así como al grupo de reciclaje Müller Guttenbrunn, en Austria.
Un buen número de temas fueron objeto de debate este año. Debido a que el contenido de metal generalmente son más bajos en los residuos y que los precios de los metales caen, las condiciones del mercado de reciclaje de residuos electrónicos se han deteriorado considerablemente. Lo que solía ser un negocio lucrativo ahora se ha convertido en una lucha por cada euro. Esa es una de las razones por las que el futuro de la industria dependerá cada vez más de encontrar formas más baratas y, al mismo tiempo más eficientes de tratamiento de los residuos electrónicos. El congreso en Salzburgo demostró impresionantemente que las tecnologías para poner esto en práctica ya están disponibles. Por ejemplo, un profesor de la Universidad de Taiwán presentó un nuevo proceso químico simple y eficaz para la recuperación de oro a partir de dispositivos electrónicos. En total, se llevaron a cabo alrededor de 20 ponencias sobre tecnologías de tratamiento innovadoras sobre temas que van desde los residuos convencionales que utiliza lámparas y refrigeradores.
Otras intervenciones sobre los mercados en Kenia, los EE.UU. y Europa del Este, sin embargo, mostraron que las condiciones del mercado pueden variar mucho de un país a otro. En Alemania, por ejemplo, se recogieron 8,8 kilogramos de residuos electrónicos por habitante en 2010, en Polonia la cifra fue de sólo 2,8 kilogramos. El líder en el mercado fue Suecia con 15,9 kilogramos recogidos por habitante. Es por ello que el establecimiento de sistemas de recogida eficientes es uno de los requisitos clave para éxito mundial del reciclaje de basura electrónica, como varios expertos hicieron hincapié en el IERC.
Por otra parte, es urgente la aplicación de mejoras, como enfatizó David Higgins, miembro de la Interpol. Habló sobre las posibilidades de aplicación de prohibiciones para las exportaciones de residuos como una forma de impedir las exportaciones ilegales. Debido a las prácticas de negocios ilegales, los recicladores siguen perdiendo material importante que necesitan utilizar óptimamente en sus plantas de tratamiento.
El jueves pasado, la conferencia concluyó con una mesa redonda sobre el futuro de la economía circular, que incluyó a María Banti de la Comisión Europea, entre otros. Aseguró en la conferencia que la Comisión Europea pronto tomará una decisión sobre la legislación sobre gestión de residuos. Ella, además, afirmó que incluso es posible, la Comisión presentará una nueva propuesta antes de finales de año.
Los pronósticos sobre futuros volúmenes de desechos electrónicos también mostraron la importancia de continuar expandiendo la economía circular, especialmente en el campo de reciclaje de residuos electrónicos. La Comisión Europea estima que la cantidad de aparatos eléctricos y electrónicos es probable que crezca desde la actual cifra de 10 millones de toneladas a 12 millones de toneladas por año en 2020. El objetivo de valorización establecido previamente por la UE está en cuatro kilogramos de basura electrónica por consumidor o alrededor de dos millones de toneladas por año.