DROVI patenta un disolvente bio creado con aceite de girasol, ácido láctico y cítricos
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La empresa gallega DROVI (Drogas Vigo S.L.), en colaboración con el equipo de asesoramiento en I+D de la Fundación Empresa Universidad Gallega (FEUGA) y el grupo de investigación de Ingeniería Química de la Universidade de Vigo, da un paso más en la creación de disolventes verdes de base bio. La compañía, con sede en O Porriño (Pontevedra), ha registrado la patente de una nueva formulación de estos productos basada en derivados del aceite de girasol.
El nuevo disolvente es el resultado del proyecto NewBiosol, cofinanciado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), que se ha desarrollado en las instalaciones de la compañía.
La base del nuevo producto supone una importante innovación frente a las investigaciones realizadas hasta ahora por la comunidad científica. Éstas se basaban en los ésteres metílicos del aceite de soja, una materia prima abundante en lugares como Argentina pero escasa en nuestro país. Por lo tanto, parte de la innovación tecnológica reside precisamente en la formulación y síntesis de estos nuevos productos a partir del aceite obtenido de esta especie oleaginosa, el girasol, mezclado con otras sustancias naturales.
Química verde
El nuevo disolvente, desarrollado por DROVI en el ámbito de la denominada química verde,supone un avance en el campo de los green solvents de base bio. Se trata de un compuesto sostenible y que evita la dependencia de los mercados internacionales. Además, se potencian las materias primas renovables en línea con los intereses europeos en materia de medio ambiente, frente a los disolventes industriales convencionales que provienen mayoritariamente del petróleo.
Esto supone ventajas, tanto desde el punto de vista medioambiental, como a la hora de minimizar los riesgos para la salud. Asimismo, evita la dependencia de combustibles fósiles, más contaminantes. Todo esto sin perjudicar su efectividad, ya que el proyecto NewBioSol ha probado que los biodisolventes tienen una eficacia equiparable a los compuestos pertroquímicos. El proyecto desarrollado por DROVI contribuye también a fomentar la economía circular, ya que permite recuperar disolventes ya utilizados para transformarlos en productos de valor añadido.