La depuradora zaragozana de La Cartuja realiza la parada técnica aplazada por la COVID 19
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La depuradora de La Cartuja ha iniciado esta semana su parada técnica anual para llevar a cabo trabajos esenciales de mantenimiento. A lo largo de las próximas tres semanas se van a renovar varias instalaciones imprescindibles para su funcionamiento. Las obras debían haberse realizado a medidos de marzo pero la declaración del Estado de alarma y el confinamiento por el COVID-19 obligó a aplazarlas.
Estos trabajos necesitan que la planta o algunos de sus circuitos estén parados para poder ejecutarlos. En ellos van a participar más de 60 profesionales externos de todos los gremios, además de los empleados de la propia depuradora. Junto a las inspecciones habituales, se van a sustituir importantes tuberías e instalaciones para mejorar el proceso de extracción de los fangos biológicos. También se van a colocar unas compuertas automáticas y motorizadas para regular la distribución de agua dentro de la planta, lo que permitirá mejorar significativamente la seguridad de los trabajadores. Actualmente el cierre se realiza de forma manual mediante tajaderas.
Estas actuaciones forman parte del plan de reposición de la depuradora que está llevando a cabo este año la sociedad municipal Ecociudad Zaragoza y que va a suponer una inversión de 2,3 millones de euros. Todas ellas están planificadas para reducir al máximo posible el tiempo de parada y conforme vayan finalizando, la planta irá recuperando su actividad de forma progresiva.
La Confederación Hidrográfica del Ebro ha sido informada de todos estos trabajos. Mientras dure la parada, las aguas residuales se someterán a un proceso de desbaste y progresivamente se irán añadiendo otros tratamientos.
Actuación de emergencia en agosto
Las características de las aguas residuales hacen que la depuradora esté sometida a ambientes muy agresivos que deterioran sus instalaciones. Por este motivo, es fundamental la labor de mantenimiento y las actuaciones de reparación y renovación que garanticen la operatividad de la planta.
Una de las intervenciones que estaba previsto acometer era la reparación de la losa del canal de salida de aguas depuradas, cuyo hormigón y acero estaban muy dañados. La actuación sin embargo no ha podido esperar hasta esta parada técnica y hubo que acometerla con carácter de urgencia en agosto al detectarse que existía riesgo de colapso.
El fallo estructural podría haber causado graves problemas en la planta y en el río, por lo que se decidió actuar de emergencia con la colaboración de la Confederación Hidrográfica del Ebro.