¿Cómo puede Europa revertir el problema medioambiental de los plásticos?
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La gran cantidad de plásticos, que no deja de aumentar, su impacto en la biodiversidad y su contribución al cambio climático, así como la forma de abordar estas cuestiones desde una perspectiva de economía circular, forman parte de la agenda política de la Unión Europea desde hace años. La pandemia de la COVID-19 no ha hecho más que aumentar el interés por los desechos plásticos al dejar imágenes de mascarillas en los océanos y grandes cantidades de equipos de protección de un solo uso. En el informe sobre la economía circular de los plásticos, publicado, la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) analiza la necesidad y el potencial de una transición hacia un enfoque circular y sostenible del uso que hacemos de los plásticos.
«Los retos que plantean los plásticos se deben, en gran medida, a que nuestros sistemas de producción y consumo no son sostenibles. La pandemia de la COVID-19 y el cambio climático han despertado un mayor interés por la crisis de los desechos plásticos a la que nos enfrentamos», destaca Hans Bruyninckx, director ejecutivo de la AEMA
Si bien en los últimos años se percibe una mayor concienciación, preocupación e iniciativa sobre la forma en que desechamos los plásticos en el medio marino y en otros medios; hay muchos otros efectos negativos de los plásticos que son menos conocidos, como su contribución al cambio climático y los nuevos retos relacionados con la pandemia de la COVID-19, según el informe de la AEMA Plastics, the circular economy and Europe′s environment — A priority for action (Plásticos, la economía circular y el medio ambiente en Europa: una prioridad para la acción).
El informe aborda cuestiones como la producción, el consumo y el comercio de plásticos, el impacto medioambiental y climático de los plásticos durante su ciclo de vida y analiza la transición hacia una economía circular de los plásticos a partir de tres vías en las que intervienen los responsables políticos, la industria y los consumidores.
«Los retos que plantean los plásticos se deben, en gran medida, a que nuestros sistemas de producción y consumo no son sostenibles. La pandemia de la COVID-19 y el cambio climático han despertado un mayor interés por la crisis de los desechos plásticos a la que nos enfrentamos. Es evidente que la mejor opción es promover una transición hacia una economía fundamentalmente sostenible y circular de los plásticos, en la que se haga un uso más racional de estos materiales y se mejore su reutilización y reciclaje. Es más, la producción de plásticos a partir de materias primas renovables debería ser el punto de partida», afirma Hans Bruyninckx, director ejecutivo de la AEMA.
El informe muestra que la producción, el uso y el comercio de plásticos siguen creciendo. La UE continúa aplicando más políticas e iniciativas para afrontar los retos planteados por los plásticos, en concreto, los causados por los plásticos de un solo uso. En 2018, la Comisión Europea presentó la primera estrategia mundial integral para el plástico en una economía circular, en la que se establece el enfoque de la UE para abordar los retos planteados por los plásticos, a la que siguió la Directiva sobre los plásticos de un solo uso en 2019.
El informe de la AEMA señala tres vías para el futuro, que incluyen un uso más inteligente de los plásticos, una mayor circularidad y el uso de materias primas renovables. En conjunto, estas vías pueden ayudar a conseguir un sistema circular y sostenible para los plásticos. Junto con el informe, también se publican dos informes breves sobre los plásticos y los productos textiles y la habilitación de modelos de negocio circulares.
La pandemia de la COVID-19 y los plásticos
La pandemia del coronavirus ha modificado la producción, el consumo y los desechos de los plásticos. Las mascarillas de plástico desempeñan un papel fundamental para limitar la propagación de la COVID-19. Sin embargo, el aumento de los desechos plásticos debido a la demanda de mascarillas y guantes, además de los cambios en la producción y la utilización de artículos de plástico de un solo uso, como los recipientes de comida para llevar y los embalajes de plástico para las ventas online, pueden comprometer a corto plazo los esfuerzos de la UE para frenar la contaminación del plástico e iniciar una transición hacia un sistema más sostenible y circular para estos materiales.
La producción industrial de los plásticos contribuye al cambio climático
El consumo y la producción de plásticos requieren el uso de grandes cantidades de combustibles fósiles, lo que tiene repercusiones negativas para el medio ambiente y el cambio climático. Para agravar el problema, la disminución de la actividad económica se ha traducido en fuertes caídas de los precios del petróleo a escala mundial, por lo que para los fabricantes es significativamente más barato producir plásticos a partir de materiales vírgenes de origen fósil que utilizar materiales a partir de plásticos reciclados. Si la producción y el uso de plásticos continúan creciendo según lo previsto, el sector de los plásticos acaparará el 20 % del consumo de petróleo global para 2050, un aumento con respecto al actual 7 %.
Los datos del inventario anual de gases de efecto invernadero de la AEMA muestran que las emisiones anuales relacionadas con la producción de plásticos en la UE ascienden a unas 13,4 millones de toneladas de CO2, o aproximadamente el 20 % de las emisiones de la industria química de la UE. La viabilidad económica de los mercados europeo y mundial del reciclaje de plásticos está sometida actualmente a una gran presión. La menor demanda de plásticos reciclados también dificulta los esfuerzos de muchos municipios europeos por mantener prácticas sostenibles de gestión de residuos, y se recurre a opciones de eliminación de residuos menos deseables para grandes cantidades de desechos plásticos.
Los tejidos sintéticos son un problema cada vez mayor
Los tejidos elaborados con fibras sintéticas, como el poliéster y el nailon, contribuyen al problema de los plásticos. Según otro informe de la AEMA que analiza los plásticos en los productos textiles, los consumidores de la UE desechan aproximadamente 5,8 millones de toneladas de productos textiles al año, unos 11 kilogramos por persona, de los cuales cerca de dos tercios están compuestos por fibras sintéticas. Según datos de 2017, los hogares europeos consumieron unos 13 millones de toneladas de productos textiles (ropa, calzado y productos textiles para el hogar). Los tejidos a base de plástico están presentes aproximadamente en el 60 % de la ropa y el 70 % de los productos textiles para el hogar. Promover la elección de fibras sostenibles y controlar las emisiones de microplásticos, así como mejorar la recogida selectiva, la reutilización y el reciclaje, son medidas que pueden mejorar la sostenibilidad y la circularidad de los tejidos sintéticos en una economía circular.
Los modelos de economía circular pueden ayudar a combatir la producción y el consumo no sostenibles de plásticos
La transición de los modelos de negocio tradicionales hacia otros más circulares suscita un mayor interés y más oportunidades lucrativas, ya que permite que los materiales y productos se reutilicen y permanezcan en la economía durante el mayor tiempo posible. El informe de la AEMA framework for enabling circular business models in Europe (Marco para la habilitación de modelos de negocio circulares en Europa), publicado también, identifica las medidas que se pueden tomar para aplicar modelos de negocio circulares de forma eficaz. También identifica factores que facilitan la aplicación de estas medidas a mayor escala como parte de la transición prevista hacia una economía circular. Dicha transición necesitará sostenerse sobre unas políticas de apoyo adecuadas, y se beneficiará de conductas que propicien cambios en el consumo y la educación.