¿Cómo afecta el cambio climático a las aguas subterráneas costeras?
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Un estudio pionero publicado recientemente en la revista Nature Reviews Earth and Environment ha alertado de los efectos del cambio climático en la calidad de las aguas subterráneas costeras. El trabajo recopila y analiza los conocimientos actuales sobre el impacto del cambio climático en las aguas subterráneas costeras, un recurso hídrico crítico para muchas poblaciones humanas y componente clave de los ecosistemas costeros.
El estudio, dirigido por Christina Richardson, de la Universidad de California en Santa Cruz(California, EE.UU.), en colaboración con investigadoras e investigadores de otras instituciones de EE.UU., Alemania, Australia y el Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC), profundiza en la compleja red de impactos climáticos y factores antropogénicos que afectan a las aguas subterráneas costeras. Además, evalúa el estado actual, identifica las lagunas en el conocimiento y esboza futuras direcciones para comprender y gestionar este recurso crítico.
Las aguas subterráneas, un salvavidas para la humanidad
Prácticamente el 40% de la población mundial vive a menos de 100 km de la costa, por lo que las aguas subterráneas costeras desempeñan un papel fundamental en el suministro de agua potable y también para la agricultura. Además, constituyen una importante fuente de nutrientes y componentes disueltos para las zonas marinas costeras, aportes que nivel global pueden ser más importantes que los provenientes de ríos.
La localización de las aguas subterráneas costeras en la interfaz terrestre-marina y en regiones densamente pobladas las hace muy susceptibles a los cambios antropogénicos y climáticos. El trabajo publicado ahora revisa 140 estudios de todo el mundo en los que se evalúa cómo afecta el cambio climático a las aguas subterráneas costeras.a
Los resultados ponen sobre la mesa que, aunque aspectos climáticos como la subida del nivel del mar, las inundaciones en zonas costeras y los cambios en las precipitaciones han recibido una atención considerable, es necesario explorar de forma más exhaustiva otros factores como los cambios en la velocidad del viento, la química oceánica, la erosión costera y el deshielo del hielo y la nieve.
A este respecto, Christina Richardson subraya que "comprender estos diversos aspectos es crucial, ya que el aumento del nivel del mar por sí solo puede provocar la intrusión de agua marina y la salinización, haciendo que las aguas subterráneas costeras no sean aptas para el consumo o el riego"
Además, según el análisis, la mayoría de los estudios son locales, y las consecuencias del cambio climático pueden variar mucho de un lugar a otro, lo que dificulta la generalización de los posibles efectos del cambio climático en todas las regiones. Así, añade la investigadora, "es probable que algunos ecosistemas costeros de las zonas templadas y tropicales puedan verse más afectados por la intrusión de agua marina debido a la subida del nivel del mar y las inundaciones costeras, mientras que otros como los ecosistemas costeros polares podrían verse más afectados por el deshielo".
Por otro lado, el estudio insta a considerar los ámbitos de la química y la biología, que a menudo se pasan por alto, dado que la mayoría de los estudios realizados hasta ahora se han centrado en los cambios en la hidrología y la salinidad provocados por el cambio climático. En este sentido, Clara Ruiz-González, del ICM-CSIC, destaca la necesidad de comprender mejor las comunidades microbianas de los acuíferos costeros y sus respuestas a los cambios en los entornos fisicoquímicos: "Este enfoque holístico es esencial para predecir cómo afectará el cambio climático a los flujos de nutrientes y contaminantes hacia el océano".
Finalmente, el trabajo se refiere a los factores de estrés inducidos por el hombre, como la extracción de aguas subterráneas y el uso de fertilizantes, que interactúan con el cambio climático, exacerbando sus efectos. Esto puede poner en peligro la sostenibilidad y vulnerabilidad de los sistemas marinos, así como los servicios y bienes que proporcionan, como las actividades de ocio o el aprovisionamiento de agua y alimentos.
En este sentido, Kay Davis, del Centro Leibniz de Investigaciones Marinas Tropicales, advierte de que "el 3% de los sistemas de aguas subterráneas costeras con recarga limitada corren el riesgo de volverse completamente áridos en 2080, lo que afectaría a las fuentes de agua dulce de las que dependen aproximadamente 375 millones de personas".
Con todo, el estudio subraya la urgencia de abordar simultáneamente los factores de estrés climáticos y antropogénicos y hace un llamamiento a adquirir urgentemente un conocimiento exhaustivo de los procesos hidrogeológicos, geoquímicos y biológicos en la interfaz tierra-océano, por lo cual son necesarios programas mundiales de seguimiento a largo plazo en diversos entornos hidrogeológicos, climáticos y marinos.