"El comercio de HFC ilegales de manera continuada amenaza los objetivos climáticos de la Unión Europea"
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Hablamos con Murli Sukhwani, Director general para EMEA Fluorochemicals de Chemours y presidente del área de Datos e Investigación del Comité Técnico Europeo de Flurocarbonos (EFCTC) sobre gases refrigerantes HFC y el problema de su comercio ilegal e impacto medioambiental.
¿Qué son los HFC y en qué nos afectan en nuestro día a día?
Los gases HFC se usan en los aparatos de aire acondicionado de nuestra casa, en el coche que conducimos, en aerosoles que usamos cada día, pero también para refrigeración industrial y farmacéutica, para el almacenamiento y transporte frío de alimentos y otros productos en supermercados, protección contra incendios y disolventes. Son fundamentales para el estilo de vida y bienestar de millones de personas y empresas.
Son gases refrigerantes con un elevado Potencial de Calentamiento Atmosférico (PCA), de ahí que en el año 2015 entrara vigor el reglamento europeo F-Gas, cuyo fin es combatir el cambio climático con la eliminación paulatina de estos HFC. El objetivo a nivel europeo es reducir el 79% de su consumo en 2030, respecto a los niveles de 2009-2012. Para ello se estableció un sistema de cuotas a las importaciones para cada país que, periódicamente se van limitando a la baja.
Además, la regulación tiene el fin de estimular el desarrollo de soluciones alternativas y garantizar una competencia justa entre los sectores clave de la economía. Sin embargo, es en este contexto donde surge el mercado negro de HFC que pretende sortear esta regulación.
¿Por qué debemos preocuparnos por el comercio ilegal de este tipo de gases?
El comercio de HFC ilegales de manera continuada amenaza los objetivos climáticos de la Unión Europea, una de las razonas de la implantación de la regulación F-Gas. Los últimos datos de que disponemos gracias al análisis conjunto con la consultora especializada Oxera revelan que hasta 31 millones de toneladas equivalentes de CO2 (MtCO2e) podrían haber entrado ilegalmente por las fronteras de la UE en 2019.
En 2020 se produjeron las mayores incautaciones de HFC ilegales de la historia en Europa, se trata de un comercio ilegal que financia las actividades de organizaciones criminales y que además resta recursos para la investigación y desarrollo de soluciones alternativas.
¿Cómo afectan los HFC a los objetivos de reducción de emisiones de España y Europa?
Según los últimos datos analizados por el EFCTC, en el mercado único europeo podrían haber entrado hasta 73 millones de toneladas equivalentes de CO2 entre 2018 y 2019, lo que equivale a las emisiones anuales de más de 55 millones de coches, una quinta parte de todos los que circulan por las carreteras europeas. Es un gran obstáculo en el objetivo de neutralidad de carbono europea y ha hoja de ruta marcada en el Pacto Verde.
Según el Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero, elaborado por el Ministerio para la Transición Ecológica, los gases fluorados son responsables del 1,9% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero. En España también existe un impuesto de Gases Fluorados que ha supuesto un agravante para el comercio ilegal. Según datos de AEFYT, la Asociación de Empresas del Frío y sus Tecnologías, España podría ser el mayor importador de gases ilegales de Europa.
¿Cuáles son los principales riesgos medioambientales relacionados con los gases refrigerantes?
Los HFC tienen un elevado Potencial de Calentamiento Atmosférico (PCA) y las fugas son uno de los principales problemas. Para poner un ejemplo práctico, los sistemas de refrigeración de una nevera comercial de cualquier supermercado no son herméticos, los circuitos siempre tienen fugas que se traducen en emisiones de gas. Los HFC se usan para la fabricación de frigoríficos nuevos, pero también para la recarga de este tipo de dispositivos que ya están funcionando. Por eso es de vital importancia contar con productos que cumplan con las normas de calidad y seguridad, tener el mantenimiento adecuado y que el personal encargado de su manipulación esté certificado.
Lo mismo ocurre con el aire acondicionado de un coche, cuando es nuevo “enfría” mucho más que pasados un par de años, cuando seguramente haya que llevarlo al taller para que se recargue de gas refrigerante. Si en el taller que escogemos han comprado gases ilegales, no sólo están cobrando por un producto que no es legal, sino que participan del aumento de las emisiones.
Este mercado negro socava los objetivos climáticos y medioambientales de Europa, pero también amenaza los medios de subsistencia de muchas pequeñas y medianas empresas.
¿Se están haciendo los suficientes controles para frenar el comercio ilegal? ¿Cuál es la principal razón por la que se sigue importando de manera ilegal?
Gran parte del problema radica en que muchas autoridades no son conscientes del alcance de este comercio ilegal y de sus implicaciones. Apoyamos la regulación de los gases fluorados, pero la UE y los estados miembros deberían cumplirla con una legislación ambiciosa y con una aplicación de más sanciones y controles en sus fronteras. La aplicación desigual F-Gas ha creado una oportunidad para que los delincuentes se salten el sistema de cuotas e importen HFC de forma ilegal a través del mercado único europeo y desde los países vecinos. Esto tiene consecuencias económicas y medioambientales en toda la cadena de valor del sector de la refrigeración, desde los fabricantes y distribuidores hasta los instaladores.
Las organizaciones criminales consideran la posibilidad de una multa simplemente como un coste de la actividad empresarial, y es solo marginal en comparación con los beneficios que se pueden obtener.
¿Qué implicación tiene la cadena de valor en detener este comercio ilegal de gases y sus consecuencias medioambientales?
Desde EFCTC creemos que solo podemos acabar con el comercio ilegal de HFC si toda la cadena de valor trabaja en conjunto y con las autoridades de cada país. Por eso hemos lanzado recientemente un compromiso que bajo el lema #SayNoToIllegalHFCs les anima a que pongan de su parte para concienciar al sector, detectar y denunciar los productos ilegales. Hay más de 300 firmantes en toda Europa y 25 en España.
También pedimos a la UE y los estados miembros que promuevan mejores prácticas en materia de controles fronterizos. Es vital la implementación de la ventanilla única que favorezca el intercambio de información entre los diferentes actores encargados del control de fronteras y seguimiento de las importaciones. Ahora, aunque los funcionarios de aduanas pueden consultar el registro de HFC para saber si un importador está registrado en el sistema de cuotas, ninguna información les indica a las aduanas cuánto ha importado ya una empresa y eso dificulta la incautación de importaciones ilegales.
Existe además una Línea de Reporte del EFCTC que de forma anónima permite hacer denuncias de cualquier actividad delictiva o sospechosa relacionada con los HFC.