Castilla y León aprueba el nuevo Plan Integral de Residuos basado en los principios fijados en la normativa europea
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El Plan Integral de Residuos (Ver aquí) tiene un carácter integral e integrador ya que aborda en un único texto la totalidad de los flujos de residuos generados en Castilla y León. Los principios básicos del Plan son los fijados en la normativa europea para el desarrollo sostenible: Política integrada de producto y gestión sostenible de los recursos, prevención en la generación de residuos, responsabilidad compartida y ampliada al productor y transparencia en los costes de gestión de los residuos. El plan da continuidad a la estrategia regional de residuos y a la actividad en la comunidad y logra una mayor implicación de todas las partes involucradas en la producción, consumo, generación de residuos y su tratamiento.
Objetivos estratégicos
Los objetivos estratégicos son la prevención, como eje central de la política autonómica en materia de residuos, el impulso de los efectos positivos de índole social y económica, el aprovechamiento de los residuos generados minimizando el vertido de los restos y la incorporación de la I+D+i en la gestión de residuos para favorecer el desarrollo sostenible en la lucha contra el cambio climático.
El plan pretende mantener la tasa de recogida de residuos domésticos en una cantidad inferior a 470 kilos/habitante/año, y reducir la cantidad de rechazo del tratamiento de este tipo de residuos enviados a vertederos un 10% en 2020. En términos generales, se pretende una disminución en un 10% de la cantidad de residuos global en 2020.
El plan no establece un período concreto de vigencia lo que permite mantener las líneas de actuación, dotar de estabilidad a las políticas de residuos y agilizar todas las iniciativas que se planteen en cuestión de residuos.
Prevención desde la fabricación de los productos y la corresponsabilidad
El plan recoge todo tipo de residuos: domésticos, comerciales, industriales -no peligrosos y peligrosos-, de construcción y demolición, residuos sujetos a legislación específica -vehículos fuera de uso y residuos sanitarios-. Los residuos domésticos se refieren a aquellos generados en los hogares o similares a los domésticos generados en servicios e industrias. Se incluyen aparatos eléctricos y electrónicos, ropa, pilas, acumuladores, muebles, escombros procedentes de obras menores de construcción o reparación domiciliaria, limpieza de vías públicas, zonas verdes, áreas recreativas, animales domésticos muertos y vehículos abandonados. Los residuos comerciales son los generados por el comercio, tanto al por mayor como al por menor, bares, servicios de restauración, oficinas, mercados, entre otros. Los residuos no peligrosos y peligrosos se refiere a los procedentes de la fabricación, transformación, utilización, consumo, limpieza o mantenimiento generados por la actividad industrial -sean peligrosos o no peligrosos-. El plan contempla también los residuos procedentes de la construcción y demolición, aquellos que tiene una legislación específica -sanitarios y vehículos fuera de uso- y los residuos sujetos al principio de responsabilidad ampliada del productor.
Los residuos sujetos a la responsabilidad ampliada del productor se refieren a la fabricación de envases, pilas, residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, aceites usados y neumáticos fuera de uso. Los fabricantes de estos productos están involucrados en la prevención, y en la organización de la gestión de este tipo de residuos adquiriendo responsabilidad más allá del consumo del producto o de su vida útil. En este sentido, el productor deberá diseñar los productos con reducción de impacto ambiental, deberá producir, etiquetar y comercializar productos aptos para usos múltiples, duraderos y fácilmente reciclables. Asimismo, deberá aceptar la devolución de productos reutilizables, establecer sistemas de depósito que garanticen el retorno del producto para su reutilización o del residuo para su tratamiento, aceptar la corresponsabilidad en el desarrollo sostenible y la gestión del residuo, utilizar materiales procedentes de residuos en la fabricación de los productos e informar sobre la repercusión económica en el producto del cumplimiento de las obligaciones derivadas de la responsabilidad ampliada del productor. En definitiva, se pretende fomentar una política de residuos orientada al ciclo de la vida del producto desde su fabricación hasta su rechazo y utilización primando la prevención desde la producción.
Criterios de ubicación de instalaciones de gestión
El plan recoge criterios de ubicación para la identificación del emplazamiento de futuras instalaciones de gestión de residuos, a diferencia del plan anterior que exigía una ubicación concreta. Los criterios básicos de emplazamiento pretenden lograr la mejor adecuación entre la actividad y el entorno, asegurar el cumplimiento legal, minimizar los impactos y riesgos ambientales, sanitarios y sociales y alcanzar una alternativa económicamente viable y sostenible.
Las restricciones, con carácter general, para la ubicación son de carácter físico, ecológico y humano/social. En cuanto a las restricciones físicas se refiere a áreas inestables con riesgo de deslizamiento de tierras, zonas cársticas, inundables, zonas de dominio público hidráulico y zonas de captación de aguas para abastecimiento. En relación con las restricciones ecológicas se refiere a aquellas zonas húmedas catalogadas, espacios naturales protegidos, patrimonio histórico-cultural, áreas protegidas internacionalmente, zonas naturales de esparcimiento, zonas de fauna y flora protegida y catálogo de especímenes vegetales de singular relevancia. En cuanto a factores humanos y sociales se refiere a zonas residenciales y a calidad del aire. Las restricciones se someterán también a su normativa sectorial de referencia.
Dos programas transversales y cinco grandes líneas programáticas por tipo de residuos
El plan establece dos programas transversales comunes a todos los tipos de residuos relacionados con la prevención, la información y el control. En lo relativo a la prevención se pretende favorecer la aplicación de técnicas y tecnologías, actuaciones de sensibilización e información, fomentar la reutilización del producto y reducir la cantidad y nocividad del residuo. En este sentido, cabe destacar el objetivo de mantener la tasa de recogida de residuos domésticos en una cifra inferior a 470 kilos/persona/año y reducir la cantidad global de residuos en un 10 % en 2020 y en un 10 % en el caso de los residuos domésticos que son enviados a vertederos.
En el programa de información y control se pretende mejorar los sistemas de información, favorecer la estandarización electrónica de datos y promover una plataforma de encuentro entre los productores y gestores y las entidades locales.
Además, se establecen cinco programas sectoriales: residuos domésticos y comerciales, residuos industriales peligrosos, residuos industriales no peligrosos, residuos de construcción y demolición y programa de mejora del modelo de gestión.
El programa de residuos domésticos y comerciales pretende mejorar los niveles de reutilización, incrementar la recogida separada incluida la ropa usada, textiles y biorresiduos, la cantidad de residuos recogidos en los puntos limpios y reducir la cantidad de residuos domésticos enviada a vertederos.
El programa de residuos industriales peligrosos pretende identificar para cada tipo de residuo la forma de valorización y eliminación más adecuada, asegurar la autosuficiencia de Castilla y León en la eliminación de residuos y adecuar los puntos de recogida y almacenamiento de aceites usados en el medio rural.
El programa de residuos industriales no peligrosos pretende garantizar el principio de responsabilidad del productor, impulsar la recogida separada del papel, metal, plástico, vidrio y madera y evitar la eliminación de residuos en vertederos domésticos. En cuanto a los bioresiduos, favorecer la recogida separada, el tratamiento diferenciado e impulsar el uso de compost producido a través de este residuo. También se pretende impulsar los centros de transferencia en los polígonos industriales y mejorar la gestión de los lodos.
El programa de residuos de construcción y demolición establece como prioridad la prevención en la generación de los residuos, alcanzar un rendimiento en las plantas de tratamiento de este tipo de residuos del 75 % en 2015 y favorecer la restauración de espacios degradados con residuos inertes así como el fomento de mercados secundarios para áridos reciclados. También se contempla el fomento del uso de materiales de áridos reciclados en la obra pública y urbanización, en lugar de áridos naturales y promover ordenanzas municipales que regulen la producción de este tipo de residuos.
Finalmente, el programa de mejora del modelo de gestión establece los SCRAP -Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor- que realizarán un informe bianual del plan para su seguimiento y favorecerán la mejora en el tratamiento de los residuos de las pilas, productos eléctricos y electrónicos citados anteriormente.
Cada uno de estos programas se estructura en líneas de actuación que son los ejes estratégicos orientados al largo plazo. Y por último, cada línea se concreta en una serie de medidas específicas orientadas a la consecución de los objetivos establecidos.
El sector de residuos genera 10.000 empleos en Castilla y León
La gestión de residuos emplea a más de 10.000 personas en la Comunidad, siendo Castilla y León la quinta del conjunto de España en generación de empleo en el sector. De hecho, la gestión de residuos es la actividad con mayor peso en el empleo en actividades económicas vinculadas al medio ambiente, concentrando más de una cuarta parte del empleo verde total en el conjunto de España. La gestión de residuos aporta un 2 % al PIB de Castilla y León.
En 2012, se generaron en Castilla y León 990.781 toneladas de residuos domésticos, lo que supone una tasa media de algo más de 1 kilo por persona y día y 389,14 kilos por persona al año. En 2013, se contabilizaron 158 instalaciones para el tratamiento de residuos peligrosos y 304 trasportistas de este tipo de residuos, así como 369 instalaciones para residuos no peligrosos y 1.393 transportistas de este tipo de residuos.
En cuanto a residuos peligrosos, en el año 2010, se han producido 165.792 toneladas, valorizándose 244.104 y eliminándose 104.766 toneladas. La valorización de este tipo de residuos con respecto al año 2009 experimentó un crecimiento del 18,5 %.
En 2010, se produjeron 1.163.113 toneladas de residuos no peligrosos valorizándose 1.282.650 toneladas y eliminándose 100.050 produciéndose también un incremento en la valorización con respecto al año 2009 -1.079.267 toneladas- mejorando en un 76 % la eliminación de estos productos al pasar de 433.895 toneladas