Casi la mitad de los RAEE que se desechan en Europa no se recogen ni reciclan adecuadamente
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Un estudio revela que casi la mitad de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) que se desechan en Europa no se recogen ni reciclan adecuadamente. No obstante, es importante señalar que estas cifras incluyen datos sobre RAEE, que los Estados miembros de la UE tienen dificultades para recopilar o calcular y que, por lo tanto, no se han comunicado a la Comisión Europea en virtud de las obligaciones que impone la Directiva sobre RAEE.
Aunque no siempre se dispone de datos públicos sobre los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, existen datos fiables sobre los que se recogen y reciclan oficialmente y que, por tanto, también documentan los Estados miembros cuando informan sobre sus avances hacia los objetivos de la Directiva sobre RAEE. La Directiva exige a los Estados miembros que recojan el 85% de todos los residuos generados.
Sin embargo, poco se sabe sobre el flujo de RAEE no declarados a través de la sociedad: si se reciclan, si se vierten o si se exportan, por ejemplo. Gran parte de los residuos de estos pasan desapercibidos porque los consumidores suelen eliminarlos con la basura doméstica o se mezclan con flujos de residuos de metales mezclados, donde se reciclan, pero no en las condiciones establecidas para este tipo de residuo.
Además, grandes cantidades de RAEE se hurtan (se roban para obtener piezas) antes de que puedan recogerse formalmente, o se exportan al extranjero, tanto legal como ilegalmente, o simplemente son acaparados por los consumidores en sus hogares.
Los responsables políticos, los sistemas de conformidad de los productores y los recicladores necesitan cifras fiables para gestionar eficazmente este flujo de residuos. Los objetivos de recogida y reciclado de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos basados únicamente en los flujos de residuos electrónicos declarados pasan por alto el enorme potencial de recuperación de materiales valiosos, como cobalto, oro y cobre, en flujos no declarados.
Este estudio financiado por la UE elaboró datos más completos sobre los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos desechados en Europa. Calculó cifras para todos los RAEE producidos en 2018 en 30 países: todos los actuales Estados miembros de la UE, así como Noruega, Suiza y el Reino Unido.
Las estimaciones de los investigadores sobre todos estos residuos, incluidos los no declarados, se basaron en: el número total de artículos en el mercado, las estimaciones de su vida útil, además de las cifras de una serie de estudios, publicaciones y bases de datos.
Sus resultados sugieren que un total de aproximadamente 9,7 millones de toneladas métricas (Mt) de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos , tanto declarados como no declarados, fueron desechados por los 30 países en 2018. Algo más de la mitad (51%) -5 Mt- fue notificada por los Estados miembros.
De estos , el estudio estimó que 1,12 Mt (12%) se reciclaron en condiciones no conformes, como parte de la chatarra de metales mixtos. Otros 0,64 millones de toneladas (7%) se recuperaron para obtener componentes valiosos, 0,6 millones de toneladas (6%) se eliminaron en la basura doméstica y 0,29 millones de toneladas (3%) se exportaron legalmente. Los 2,09 millones de toneladas restantes (21%) no se han contabilizado y es posible que se hayan exportado ilegalmente.
Los investigadores reconocen que sus datos aún contienen incertidumbres. Sin embargo, proporcionan una mejor base de referencia para que trabajen los gestores de residuos electrónicos y los responsables políticos.
Las cantidades de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos están aumentando en Europa y seguirán haciéndolo en un futuro próximo. En 2019, se generaron 12 Mt de RAEE en la UE, lo que corresponde a 16,2 kg por persona, frente a 11,6 Mt (15,6 kg/persona) en 2014. En este contexto, los investigadores ofrecen recomendaciones políticas para mejorar la gestión de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos.
En primer lugar, se podría incentivar más a los consumidores para que reciclen sus productos viejos. Por ejemplo, los investigadores afirman que los consumidores podrían recibir un descuento en su próxima compra si devuelven un producto viejo a una tienda. Para fomentar una mayor reutilización y reparación de los productos, se podría utilizar la información sobre sostenibilidad de los productos para ayudar a los consumidores a adoptar una "mentalidad sostenible", cambiar su comportamiento de compra e impulsar la adopción por parte de los fabricantes de los principios y prácticas de la economía circular: diseñar productos más fáciles de reciclar, por ejemplo.
Podrían reforzarse los marcos jurídicos para impedir las exportaciones ilegales y, por último, es necesario invertir en tecnologías de reciclado. Desde un punto de vista crítico, los investigadores sugieren que se necesitan datos de referencia sólidos para diseñar y evaluar medidas eficaces de gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos.