Bizkaia construirá una planta de biometanización para hacer frente al aumento de residuos orgánicos
- 2118 lecturas
Garbiker y EVE construirán una planta de biometanización para producir gas renovable a partir de residuo orgánico. Esta planta generaría energía equivalente al consumo de 6.000 hogares al año Bizkaia se fija como objetivo multiplicar por cuatro la recogida selectiva de los hogares y comercios a través del contenedor marrón, llegando a superar las 50.000 toneladas anuales en 2030. Esta planta de biometanización, cuya construcción y explotación se prevé dentro del nuevo plan de gestión de residuos de la Diputación Foral de Bizkaia con horizonte 2030, se ubicará en el Ecoparque de Artigas y ocupará una superficie aproximada de 8.300 metros cuadrados junto a la actual planta de compostaje. El proyecto se enmarca dentro la Estrategia Energética de Euskadi 2030 (3E 2030) impulsada desde el Gobierno Vasco.
Garbiker y el Ente Vasco de la Energía promueven la creación de una planta de biometanización para dar respuesta en los próximos años al crecimiento esperado de la recogida selectiva de la fracción orgánica. El nuevo plan de prevención y gestión de residuos que elabora la Diputación Foral de Bizkaia identifica el orgánico del contenedor marrón como el residuo urbano donde existe mayor margen de mejora. Así, el plan prevé que esta recogida pueda multiplicarse por cuatro para el año 2030, lo que supondría que las actuales infraestructuras de tratamiento no serían capaces de asumir las más de 50.000 toneladas revistas. Por esa razón, se ha proyectado una planta que complemente las labores de las instalaciones de compostaje de Bizkaiko Konpostegia y de las tres plantas comarcales.
Garbiker y Eve han trabajado conjuntamente en el desarrollo de este proyecto para la valorización del residuo que se deposita en el contenedor marrón. El marco en el que se desarrolla el proyecto es la Estrategia Energética de Euskadi 2030 (3E 2030) impulsada desde el Gobierno Vasco. Con esta planta de biometanización se conseguiría una aportación energética equivalente al consumo térmico de 6.000 hogares o al de casi 3.000 vehículos al año, además de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 95% en comparación con las emisiones que irían asociadas a combustibles fósiles.
Esta aportación energética se realizará a través de un proceso en el que se descompone la fracción orgánica en ausencia de oxígeno para generar biogás que, tras ser purificado, se convertirá en biometano, de iguales características caloríficas y comportamiento que el gas natural y que será inyectado a la misma red de este gas natural. Asimismo, se plantean posibles alternativas a futuro para el aprovechamiento de este biogás, que también podría utilizarse para para generar biohidrógeno u otros usos renovables.
En el proceso de descomposición de la fracción orgánica para la creación de biogás también se genera un residuo sólido estabilizado que se denomina digestato, o digerido sólido, y que se trata para generar compost en condiciones similares a la fracción orgánica procedente directamente del contenedor marrón, es decir, sin el proceso previo de obtención de biometano. Este digestato requerirá de un menor tiempo de fermentación y maduración, lo que contribuirá también a aumentar notablemente la capacidad de producción de Bizkaiko Konpostegia.
Con todo ello, al entrar en funcionamiento la planta de biometanización, el flujo de entradas y salidas anuales en el sistema de tratamiento de la fracción orgánica sería: 6.000 toneladas a compostar en las plantas de compostaje comarcal, 50.000 toneladas a tratar en la planta de biometanización y el digestato resultante a compostar en Bizkaiko Konpostegia, planta que podría absorber aún el exceso que hubiera de recogida de orgánico en el contenedor marrón.
Operativa a principios de 2025
La planta de biometanización se ubicará en el ecoparque de Artigas, sobre una superficie de 8.300 metros cuadrados, aprovechando el espacio de una antigua infraestructura ya existente. Estará por tanto en un complejo de tratamiento de residuos ya existente, cerca del destino del digestato resultante para su recuperación, de forma que se minimiza el impacto ambiental que supone el transporte de los mismos.
Para su puesta en marcha, Garbiker y el EVE han licitado la entrada al proyecto de una entidad privada que aportará el conocimiento técnico y operativo necesarios para la construcción y explotación de la planta, así como una parte importante de la financiación necesaria para su desarrollo. Este contrato se prolongaría durante 25 años; los dos primeros para llevar a cabo la inversión inicial y construcción de la planta y los 23 restantes para su explotación.
Este socio privado se integrará en lo que se conoce como una sociedad de economía mixta, público-privada, que se espera que esté constituida en el primer trimestre del año y que será la entidad que redacte el proyecto de ejecución, cuya construcción arrancaría este 2023 y finalizaría a finales de 2024, previsiblemente
A falta de definir el proyecto constructivo, la inversión que se estima necesaria para la puesta en marcha de la nueva infraestructura de tratamiento orgánico será de entre 17 y 18 millones de euros.
Ventajas de la biometanización
La biometanización es un proceso para la producción de biogás a partir de la materia orgánica del contenedor marrón. Este biogás, tras un proceso de limpieza, se va a transformar en biometano para su inyección a la red de distribución de gas natural para su consumo posterior. El biometano, junto con el hidrogeno verde, van a jugar un rol fundamental en la descarbonización de la economía.
Se trata de una tecnología contrastada, y es un sistema de tratamiento para la fracción orgánica con mayor implantación en Europa que otros como la hidrotermalización. El biometano se presenta como una palanca importante para el cumplimiento de objetivos de integración de energías renovables y de reducción de emisiones.
La incorporación de este biogás transformado en biometano a la red de gas natural conlleva no sólo una valorización más eficiente del biogás, sino que además aporta flexibilidad tanto para el productor como para el consumidor.
Además, la producción estable de biometano implica una producción base de energía que aporta también otras ventajas, tales como la descarbonización de diferentes sectores o una mayor independencia energética al territorio al ser una fuente de energía autóctona, que proporciona seguridad energética.