El BEI aportará 95 millones de euros para financiar proyectos que impulsen la acción climática en Barcelona
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El Banco Europeo de Inversiones, BEI, financiará cerca de 40 proyectos en Barcelona que tienen como objetivo apoyar la mitigación y adaptación al cambio climático en la ciudad. Para ello, el banco de la UE facilitará 95 millones de euros destinados a favorecer la regeneración urbana con un foco medioambiental y, al mismo tiempo, la inclusión social y la creación de empleo para impulsar la recuperación económica tras la crisis del COVID19.
Una parte significativa de la financiación del BEI, hasta el 25%, se destinará a inversiones para regenerar unos 200.000 metros cuadrados de la ciudad, remodelando el diseño urbano a través del concepto de súper-manzanas para potenciar la cercanía de los vecinos a los servicios. Para lograrlo, se crearán grupos de manzanas de edificios con tráfico solo en su perímetro y se dará prioridad a las áreas peatonales, zonas de baja velocidad y espacios recreativos verdes. Cabe destacar que Barcelona declaró la emergencia climática en enero de 2020 y que las inversiones que ahora se impulsan se incluyen en la línea de trabajo de los objetivos de la Declaración.
Además de reforzar la resiliencia climática de la ciudad, los proyectos financiados bajo este acuerdo favorecerán la inclusión social. Para ello, los fondos del banco de la UE se destinarán también a la construcción y renovación de centros educativos, como guarderías e institutos, instalaciones deportivas, una nueva biblioteca y centros asistenciales. Cerca de 20 proyectos se desarrollarán en áreas clasificadas como vulnerables dentro de la ciudad. Todas las nuevas infraestructuras sociales que se construyan serán edificios de consumo energético casi nulo (NZEB por sus siglas en inglés). La financiación facilitada por el banco de la UE también permitirá acometer actuaciones para mejorar la eficiencia energética que el Ayuntamiento de Barcelona sitúa como una de sus grandes prioridades en los últimos años. Las iniciativas mejoran el consumo de electricidad del alumbrado público, así como en edificios e instalaciones municipales. También se llevarán a cabo mejoras en las líneas de autobuses urbanos y en los carriles bici que discurren por la ciudad.
Al mismo tiempo, estas inversiones contribuirán a impulsar la recuperación económica tras la crisis provocada por el COVID19. En concreto, el proyecto conllevará la contratación de 1.500 personas durante la fase de construcción.
“La adaptación de nuestras ciudades a un modelo más sostenible es clave para alcanzar el objetivo europeo de la neutralidad climática en el año 2050. Por ello, una de las grandes prioridades del BEI es apoyar la regeneración urbana para promover un crecimiento limpio e inclusivo que beneficie a los ciudadanos y contribuya, al mismo tiempo, a la lucha contra el cambio climático.” ha asegurado la vicepresidenta del BEI, Emma Navarro, responsable de la actividad del Banco en España. “Nos alegra firmar este acuerdo con el Ayuntamiento de Barcelona para fomentar inversiones de alto impacto medioambiental y social en la ciudad. Es una muestra más del compromiso del BEI con una recuperación verde en España”.
Por su parte, el primer teniente de alcadía del Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Collboni, ha remarcado “la apuesta de Barcelona por la acción climática, la economía verde y la transición ecológica hacia una ciudad más saludable, y con un mejor nivel de bienestar para su ciudadanía. En esta línea, los 40 proyectos que se pondrán en marcha gracias al acuerdo entre el Ayuntamiento de Barcelona y el Banco Europeo de Inversiones, dan un impulso a esas políticas ecológicas que son una prioridad para el consistorio. El acuerdo es, además, una gran noticia en estos momentos de lucha contra las graves consecuencias de la Covid-19 en la ciudad, ya que permite a la administración liberar dinero del presupuesto para poder hacer frente con más solidez a la situación de crisis”.
Esta es la sexta operación del BEI en Barcelona para facilitar inversiones en infraestructura urbana y vivienda social. La primera tuvo lugar en 1990, a través de un acuerdo que permitió la renovación del centro histórico de la ciudad.