Ton Emans (PRE): "El futuro de la industria de reciclaje de plástico está en juego"
- 2128 lecturas
El mercado del reciclaje de plásticos en Europa se ha visto muy desestabilizado a lo largo de 2023. Desde principios de año, los precios de los reciclados han disminuido hasta un 50%, mientras que las importaciones de materiales de fuera de la UE han aumentado significativamente. Si no se toman medidas urgentes para aliviar la presión sobre los recicladores, existe el riesgo de que Europa no alcance sus objetivos de reciclaje y contenido reciclado, legalmente vinculantes y recientemente propuestos.
"El futuro de la industria del reciclaje está en juego y se necesita una acción inmediata en forma de medidas coercitivas para evitar el cierre de plantas de reciclaje en toda Europa", comentó Ton Emans, presidente de PRE. "Cesar las actividades de reciclaje tendría efectos en cadena sobre el empleo, la economía en general en Europa y el medio ambiente", añadió.
La situación del mercado en declive se aplica a todos los polímeros reciclados y se representa mejor en la industria del PET. Debido a la falta de igualdad de condiciones, las importaciones de PET a la UE han aumentado un 20% entre el segundo trimestre de 2022 y el segundo trimestre de 2023, lo que ha provocado una baja demanda de rPET de la UE. En consecuencia, esta dinámica disruptiva del mercado dio lugar a una disminución estimada del 10 % en el rPET durante el mismo período.
A medida que se acercan los objetivos establecidos por la Directiva sobre plásticos de un solo uso, la presión para impulsar el uso de contenido reciclado en las botellas de bebidas de PET es alta. Sin embargo, en lugar de satisfacer la demanda con rPET producido en Europa, esto ha dado lugar a importaciones no transparentes desde países no europeos.
La legislación ha demostrado ser uno de los instrumentos más eficaces para marcar el rumbo hacia un futuro plástico circular. Sin embargo, las medidas de cumplimiento son imprescindibles para su implementación efectiva. Sin esto, Europa corre el riesgo de importaciones no rastreables y no verificadas de plásticos que participan en los objetivos de reciclaje europeos. La introducción de un sistema de certificación independiente de terceros resolvería estos problemas. Paralelamente, ayudaría a evitar declaraciones no verificadas y promovería la trazabilidad, en particular para los materiales en contacto con alimentos, al tiempo que aumentaría la transparencia sobre el origen de los plásticos reciclados.