AEAS, AEDyR, AGA, AQUAESPAÑA, ASAGUA y ATTA se agrupan para trabajar unidas por los retos del futuro del agua
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Trabajar en “agrupación sectorial” es garantía de éxito para afrontar los desafíos futuros, un planteamiento muy bien recibido por el Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
En España, en la última década, el trabajo conjunto público y privado ha sido uno de los principales motivos del desarrollo tecnológico en este sector, una realidad evidente y constatada en foros internacionales e intercambios técnicos con otros países.
El sector del agua presta servicios de abastecimiento y saneamiento con garantía de calidad de producto y servicio, eficacia, máxima eficiencia y transparencia ante las administraciones y los clientes, en un contexto empresarial. Las condiciones geográficas, climáticas y de distribución de población hacen que el suministro constante, continuo, con dotación suficiente, de excelente calidad y a precio sostenible, resulte en muchas zonas un complejo logro técnico-económico, ya que requiere grandes presas, kilométricas conducciones, grandes desaladoras para abastecer y grandes colectores y depuradoras para devolver el agua al medio ambiente en condiciones adecuadas o para reutilizarla. Las empresas españolas del sector -públicas o privadas- han desarrollado para cumplir esta misión las mejores tecnologías y procedimientos del mundo, alcanzando un enorme potencial y un legítimo liderazgo de proyección internacional.
El “milagro español del agua” es resultado de años de investigación e inversión y de tecnificada gestión. Los retos se renuevan y es preciso reforzar la dedicación ante una nueva visión a largo plazo que permita legar a las generaciones venideras cultura, infraestructuras y servicios excelentes. Son estos retos los que han movido a AEAS, AEDyR, AGA, AQUAESPAÑA, ASAGUA y ATTA –representantes de la mayoría sectorial- a crear una Agrupación Sectorial con el objetivo de trabajar, dentro y fuera del territorio nacional, acometiendo los desafíos de la actividad de cara al futuro.
Desafíos del sector del agua
Lograr culminar “un pacto del agua” es una vieja aspiración del sector. Se precisa llegar a un consenso de acciones de carácter político para trabajar y profundizar en los ámbitos del agua, culminado y completado con educación, información y divulgación a la población para crear una “cultura del agua”.
La planificación es fundamental y existe voluntad política para ultimar los Planes de Cuenca o Demarcación, figuras planificadoras a configurar cuanto antes con la necesaria flexibilidad y dinamismo para adaptarse a los nuevos retos. Debe revisarse el Plan de Calidad del Agua (2007-2015), haciéndolo más acorde a la realidad, corrigiendo población equivalente previsible a corto-medio plazo, necesidades reales de control de vertidos, estableciendo nuevos escenarios temporales y actualizando el modelo de financiación y su soporte económico. Asimismo, debe revisarse la declaración de las zonas sensibles, en el marco de las relaciones con la Unión Europea y la adaptación a las recomendaciones europeas contenidas en el Blueprint del agua.
En cuanto a “regulación” se precisan instrumentos legales para fundamentar jurídicamente el “Pacto del agua”, hacer efectiva la planificación y ordenar el sector. La Agrupación aboga por crear una Autoridad o Regulador de ámbito nacional, que permita la armonización de las calidades de prestación de los servicios y la tarifaria y atienda a los principios de la DMA (cobertura de costes, el que contamina paga, el que usa paga, etc.), la concentración de los sistemas de abastecimiento y saneamiento (A&S) en unidades eficientes (concentración poblacional o geográfica), para facilitar la gestión (prestaciones y economía) , y no olvidar que la más óptima se hace bajo el criterio técnico del Ciclo Integral del Agua. El control preventivo en origen de las nuevas materias contaminantes es la medida más eficaz, que asegurará la calidad del agua en la naturaleza, lo que requiere el control, la experimentación y la simulación del comportamiento ecológico de los nuevos productos químicos y farmacéuticos antes de su comercialización. Pretender que la calidad ambiental se resuelva solo con la depuración es inviable a pesar de los avances tecnológicos.
Se está trabajando en la nueva Ley de Aguas (MAGRAMA), la reforma de la Ley de Bases de Régimen Local (MHYAP) y la promulgación de la ley de simplificación y eficiencia administrativa, entre otras. Es una gran oportunidad para acertar con una regulación que afronte con éxito el futuro.
Para la Agrupación, un precio del agua, incluyendo el del recurso que permita la autosuficiencia de los sistemas y servicios, que responda a los criterios de cobertura de costes, será un instrumento sustancial para equilibrar el sistema. Simultáneamente debe trabajarse en evitar aplicar, por parte de las Administraciones Públicas, figuras impositivas a los servicios urbanos de agua, de forma heterogénea y no armónica, y que no sean finalistas y acordes con los posibles costes ambientales y del recurso. Ello puede alterar artificialmente el precio al usuario y provocar diferencias interregionales. Los posibles cánones concesionales deben ser evitados, o solo permitidos si son finalistas y su aplicación se produce como inversión, o la asunción de costes operativos, en los propios servicios del agua.
La sociedad evoluciona hacia la gestión del conocimiento y el aprovechamiento óptimo de las infraestructuras con la aplicación de tecnologías smart. Es imprescindible crear nuevas infraestructuras y actualizar las antiguas. La falta de capacidad inversora de las Administraciones Públicas hace imprescindible fomentar las Colaboraciones Público Privadas (PPP) para cerrar la brecha de dotaciones en activos que están programados (depuradoras y saneamientos), aprovechando la iniciativa y los fondos privados de inversión, siendo las garantías, la seguridad y el precio, determinantes.
El objetivo sectorial es la prestar el mejor servicio a los ciudadanos al mínimo coste, lo que exige esfuerzos constantes en I+D+i, mejora continua e información transparente. España debe alinearse con iniciativas europeas, como la EIP (European Innovation Partnership), que buscan acrecentar el liderazgo en la gestión del agua a través del desarrollo tecnológico y la orientación al mercado, lo que supone priorizar puntos como nexo Agua-Energía, gobernanza del Agua, financiación para la innovación, reutilización y reciclado, tratamiento y depuración del agua, gestión de riesgos de eventos extremos, modelos de gestión y control y servicios de los ecosistemas. Sin olvidar que debemos fomentar acciones para la eficiencia y la optimización de las actividades rutinarias de conservación y mantenimiento.
Deben ponerse en valor en la “marca España” las capacidades legislativas, normativas, y organizativas –gobernanza-, y tecnológicas del sector, como ingeniería, construcción, instalación, explotación y gestión de las empresas españolas. Somos líderes en el mundo en desalación, regeneración y reutilización, diseño, operación y mantenimiento de infraestructuras y servicios y su gestión integral. Debe mantenerse la cooperación con territorios menos desarrollados en actuaciones de transferencia tecnológica.
La Agrupación será fundamental para conseguir estos objetivos de futuro que exigen una voluntad decidida y la coordinación de programas y acciones para los que los mecanismos asociativos son básicos y permitirán encauzar y aportar la experiencia sectorial y los conocimientos especializados. Para la Agrupación, las iniciativas públicas tendrán mejores resultados si se hacen en colaboración con los actores implicados y con las empresas que estas Asociaciones representan. El trabajo conjunto público y privado en España ha sido uno de los principales motivos del desarrollo tecnológico en el sector. La Agrupación ha sido presentada al Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, al Secretario de Estado de Medio Ambiente y a la Directora General del Agua.