5 preguntas que deberías hacerte antes de comprar una planta potabilizadora
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1. ¿Para qué tipo de aplicaciones necesito un sistema de potabilización de aguas?
Categoriza el agua según los estándares o las normas de calidad del agua reciclada o potable en función del uso al que se destinan.
La potabilización del agua es un proceso de gran importancia puesto que permite suministrar agua lista para ser consumida como agua de grifo o como agua de proceso para industrias y laboratorios.
Una planta potabilizadora nos permitirá alcanzar 2 objetivos primordiales:
A) Mejorar la calidad del agua de la fuente de suministro según los requisitos del uso de esta dicha agua:
• Usos domésticos o urbanos: consumo de agua en nuestra alimentación, en la limpieza de nuestras viviendas, en el lavado de ropa, higiene y aseo personal.
• Usos industriales: laboratorios, sector energético, industria agroalimentaria.
• Usos agrícolas y en ganaderías.
• En casos menos frecuentes para usos ambientales y recreativos: piscinas, limpieza de calles, fuentes públicas, estanques ornamentales, riego de parques y jardines.
B) Tener acceso a nuevas fuentes de suministro de agua potable, bien mediante captación de agua de ríos y pozos o incluso a partir de la recogida de agua de lluvia.
Coexisten multitud de formas de tratamiento y distintas combinaciones que nos permitirán tratar tanto compuestos puntuales como las características del agua en su conjunto. Algunos sectores como la industria alimentaria, farmacéutica o energética exigen los máximos niveles de calidad y esto implica extremar la precaución en la producción, monitorización y control del agua purificada.
Para su control, existen varias normas o estándares relativos a la calidad del agua en función del uso al que esté destinada. Entre las cuales destacamos:
El R.D. 1620/2007 para las aguas depuradas reutilizadas (no apta para el consumo humano).
Aguas reutilizadas para el riego agrícola ISO 16075-1:2015 (no apta para el consumo humano).
Aguas destinadas al consumo humano: Directiva UE 98/83/CE y Real Decreto 140/2003.
Aguas destinadas a la industria farmacéutica y laboratorios:
• Norma ASTM D1193 2011 (American Society for Testing and Materials).
• Norma ISO 3696 (International Organization for Standardization).
• Norma CLSI NCCLS (Clinical and Laboratory Standards Institute).
• Norma EP y USP (Farmacopea Europea y Farmacopea Americana).
La OMS y la USEPA (United States Environmental Protection Agency) establecen también recomendaciones para la reutilización y la potabilización de aguas basadas en múltiples experiencias realizadas en todo el mundo.
2. ¿Cómo saber qué tratamiento es el más adecuado?
Sopesa el origen del agua bruta.
El agua en su ciclo o recorrido hasta el momento de su captación va adquiriendo sales y compuestos minerales, así como sustancias no sedimentables y vida microbiana, que le confieren sus propiedades.
La inocuidad del agua de consumo se garantiza mediante la verificación de la calidad del agua de origen y de salida.
Es altamente recomendable realizar un estudio previo. Dicha analítica es de muy bajo coste en comparación con los beneficios que nos va a reportar:
• Conocimiento de qué actuación concreta debemos llevar a cabo.
• Ahorro en los costes de inversión en la planta potabilizadora (si esta fuera necesaria) pues se aplicarán únicamente los tratamientos que verdaderamente se necesitan.
• Garantías de que con dicha actuación vamos a alcanzar la calidad de agua deseada.
Las características del muestreo dependen del objetivo perseguido así como de la naturaleza de la muestra. Se buscará primero evaluar la calidad microbiológica del agua (presencia de sustancias orgánicas como algas, bacterias, hongos, levadura…) y la calidad química del agua (presencia de minerales como el aluminio, mercurio, plomo, hierro, fluoruro, cloruro, nitritos, nitratos…)
3. ¿Qué tipo de impurezas debo eliminar?
Considera la finalidad del agua tratada.
Como puede resultar obvio, en función de la aplicación que le demos al agua tendremos que tratar uno u otros parámetros y asegurarnos de que se respeten las normativas, siempre y cuando exista una regulación para el caso de estudio.
Un agua exclusivamente para riego, por poner un ejemplo, se ve beneficiada con un contenido rico en nitratos, mientras que este mismo compuesto debe quedar mucho más controlado en un agua para consumo humano, que puede alterar la salud (fijación del oxígeno en sangre.)
No obstante, en términos generales, existen ciertos parámetros que, ya sólo por su afección en tuberías y equipos electromecánicos de la planta, serán siempre objeto de tratamiento. Así, fijaremos nuestra atención primariamente en aspectos como la turbidez, la concentración microbiana o la alcalinidad del agua.
Plantas potabilizadoras compactas Salher® (referencias y fichas técnicas): https://www.salher.com/es/productos/potabilizacion/188-plantas-potabilizadoras
Sistemas de desinfección Salher® (referencias y fichas técnicas): https://www.salher.com/es/productos/potabilizacion/201-sistemas-desinfeccion-oxidacion
4. ¿Cuál es mi previsión de consumo?
Identifica el volumen de abastecimiento necesario a corto, medio y largo plazo al igual que las posibles fluctuaciones estacionales.
Para un adecuado dimensionamiento de la planta purificadora o potabilizadora será fundamental calcular correctamente la demanda de consumo tanto actual como futura (a corto/medio plazo). Si bien es cierto que siempre cabe la posibilidad de realizar ampliaciones gracias a la modularidad de ciertos equipos tal y como los cartuchos de membranas y los depósitos de aguas prefabricados en PRFV.
En este sentido, debe ser el diseñador y fabricante de la planta quien, en base a su experiencia y a partir de una buena comunicación con el cliente, recomiende el equipo más adecuado a las necesidades existentes.
Conjuntamente con la analítica del agua a tratar, tendremos que determinar los siguientes parámetros:
• Caudal diario y/o caudal por hora.
• Caudal punta.
• Número de horas de funcionamiento de la planta.
• Nivel de automatización de la planta.
• Parámetros de calidad del agua tratada o destino.
5. ¿Qué necesidades de mantenimiento tendrá mi planta purificadora?
Integra el costo de mantenimiento en el presupuesto global de inversión.
Sería bueno recordar que un presupuesto en mantenimiento no es un gasto sino una buena inversión para la optimización de los costos de producción.
Es necesario, por tanto, poder definir en fase de diseño el grado de mantenimiento preventivo de nuestra planta. Así pues, existe un amplio campo de posibilidades desde una automatización completa hasta controles y lavados manuales de los equipos, que dependerá de la inversión que queramos hacer y de nuestras posibilidades reales de gestión y revisión de la planta.
Tan importante será el dimensionamiento en fase de diseño y fabricación previendo las labores de mantenimiento (programación, baipás, equipos de reserva…) como la posterior gestión y revisión periódica de la planta por parte del usuario en fase de operación.
En cualquier caso, dada la importancia de que la planta se mantenga en buen estado, será recomendable que siempre exista al menos un pequeño grado de autonomía de la planta y limitar el mantenimiento manual a revisiones visuales, reposición de consumibles y comprobaciones puntuales de los equipos.
Si necesita valoración o información, no dude en contactar con Salher a través de salher@salher.com