"En el Mediterráneo, el agua es fuente de vida, salud y cultura, así como de agricultura y empleo"
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Isidro González es el Secretario General de la Unión por el Mediterráneo encargado de Agua, Medio Ambiente y Economía Azul desde septiembre de 2019. Es un diplomático español de carrera que ha trabajado en el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación de España durante los últimos dieciocho años, ocupando cargos de Consejero y Consejero Superior en varios Gabinetes de Ministros de Asuntos Exteriores en Madrid y, últimamente, como Consejero de la Embajada de España en Rabat.
También ha sido miembro del Equipo Español de la Presidencia de la OSCE en 2007 en la Misión Permanente de España ante la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa en Viena; Jefe de Misión adjunto de la Embajada de España en Nicosia; y Cónsul General Adjunto en el Consulado General de España en Jerusalén.
En esta entrevista, y con motivo del Día Mundial del Agua, conversamos sobre los retos del agua en la región del Mediterráneo, Objetivos de Desarrollo Sostenible, proyectos y gestión del agua.
¿Qué representa el Día Mundial del Agua para la Unión Europea y para el Mediterráneo?
Este Día Mundial trata de reconocer la importancia del agua y concienciar de la existencia de los millones de personas que viven sin acceso a agua potable. En el Mediterráneo, más de 180 millones de personas tienen escasez de agua, lo que significa que tienen grandes dificultades para obtenerla, y estas dificultades solo van a aumentar con el cambio climático. Por eso es tan importante que abordemos esta crisis mundial ahora.
"El 70% de su consumo en el Mediterráneo es para riego agrícola y 3 de cada 4 puestos de trabajo en el Mediterráneo dependen de ella".
El objetivo del Día Mundial del Agua 2021 es explicar cómo el agua juega un papel distinto según el lugar y contexto, para que podamos salvaguardar este valioso recurso para todos. Aquí en el Mediterráneo, el agua es fuente de vida, salud y cultura, así como de agricultura y empleo: el 70% de su consumo en el Mediterráneo es para riego agrícola y 3 de cada 4 puestos de trabajo en el Mediterráneo dependen de ella. El valor del agua aquí es incalculable.
¿Qué se está haciendo en estas materias desde las instituciones europeas?
Asegurar el acceso al agua potable para todos es una prioridad para nosotros, para garantizar la salud y la estabilidad humanas, así como el crecimiento económico. La UpM representa a 42 Estados miembros, y hemos priorizado liderar el desarrollo de una Agenda del Agua regional. Esto incluye un marco de políticas y una estrategia financiera para su implementación, de modo que podamos dar el apoyo técnico, administrativo y financiero que necesitan los países. La Agenda fue creada en consulta con los estados miembros de la UpM para asegurarnos que satisface las necesidades específicas de cada país.
Tenemos varios proyectos en curso como parte de nuestra Agenda del Agua. La UpM apoya, por ejemplo, el Programa ENI CBC Med, que cuenta con proyectos sobre sistemas de gestión del agua para uso doméstico y agrícola y sistemas circulares innovadores de tratamiento de aguas residuales. Y también tenemos proyectos que protegen y restauran nuestro mar Mediterráneo, que es, por supuesto, el agua mas valiosa que tenemos. Los estudios indican que para 2050 podría haber más plástico que peces en nuestro mar. El proyecto 'Plastic Busters' aborda todo el ciclo de gestión de la basura plástica en el Mediterráneo, desde el seguimiento y la evaluación hasta las acciones de prevención y mitigación, desarrollando un Plan Regional de Gestión de la Basura Marina en el Mediterráneo para mejorar las políticas públicas de gestión del plástico en el mar.
"Los estudios indican que para 2050 podría haber más plástico que peces en nuestro mar".
¿Se van a cumplir los objetivos fijados en la agenda 2030? ¿Qué dificultades se encuentran?
El Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 de la ONU es "agua y saneamiento para todos en 2030" y la UpM trabaja con ese mismo objetivo en el área del Mediterráneo. En primer lugar, hace falta garantizar un acceso seguro al agua para todos y la Agenda del Agua de la UpM proporciona la claridad y el impulso necesarios en esta área. Como siempre, la cooperación es necesaria para su implementación y tanto los Estados Miembros de la UpM como el sector privado tienen un papel que desempeñar para proporcionar este recurso vital y desbloquear el crecimiento sostenible. Mientras tanto, nuestros esfuerzos se centran también en fomentar el empleo, en especial en el sector de la economía azul.
"Hace falta garantizar un acceso seguro al agua para todos y la Agenda del Agua de la UpM proporciona la claridad y el impulso necesarios en esta área".
En pocas palabras, trabajar para lograr estos Objetivos de Desarrollo Sostenible significa no dejar a nadie atrás.
Por eso, la UpM se esfuerza también por ofrecer una respuesta a la grave situación humanitaria en Gaza, donde más del 95% del agua no es potable, mediante la construcción de la planta de desalinización de agua en la Franja de Gaza. El junio pasado, en una reunión con la UpM, España anunció una financiación de 1 millón de euros para esta instalación de desalinización que proporcionará agua potable a 2 millones de habitantes, además de generar oportunidades laborales para mujeres y jóvenes en las comunidades cercanas.
El impacto de la COVID-19 obviamente ha supuesto desafíos adicionales en muchas áreas, y el agua no es una excepción. Los datos indican que con las medidas de higiene que requiere la enfermedad, el uso de agua ha aumentado de 9 a 12 litros por persona y día, lo que representa un aumento medio del 5% de la demanda de agua para uso doméstico. Además, la región del Mediterráneo se encuentra entre los principales destinos turísticos del mundo, ya que acoge a más de 300 millones de turistas al año. Este ha sido, con diferencia, uno de los sectores más afectados por la COVID-19.
Ahora más que nunca, los países de la UpM tienen que posicionar el Mediterráneo como un destino turístico verdaderamente "verde", teniendo en cuenta aspectos clave para permitir un crecimiento sostenible de la economía y también para esperar cumplir los objetivos fijados en la agenda 2030.
¿Qué espera conseguir la UpM en estos 10 años que quedan?
A la luz de la pandemia, la UpM está decidida a convertirse en una plataforma de cooperación regional para ayudar a la región a enfrentarse a los desafíos socioeconómicos de la post-pandemia. Damos apoyo político y técnico a más de 55 proyectos regionales que tienen como objetivo mejorar la vida cotidiana de más de 15 millones de beneficiarios directos con un impacto indirecto en 100 millones de habitantes. Estos proyectos varían desde proyectos de infraestructura hasta proyectos de desarrollo de competencias blandas en la región.
"Damos apoyo político y técnico a más de 55 proyectos regionales que tienen como objetivo mejorar la vida cotidiana de más de 15 millones de beneficiarios directos con un impacto indirecto en 100 millones de habitantes".
Nuestro objetivo es lograr una mejor planificación en la asignación de recursos hídricos, la adopción de incentivos para aumentar la eficiencia del agua y promover inversiones en infraestructuras más seguras para el suministro y disponibilidad de agua, apoyando el intercambio de mejores prácticas sobre estrategias financieras, en particular sobre cómo atraer inversiones para el sector del agua y concienciar sobre la importancia de adoptar un enfoque intersectorial en todas las materias del Mediterráneo.
La Declaración Ministerial Conjunta sobre Economía Azul del mes pasado fortaleció nuestro compromiso con el sector de la economía azul y el crecimiento sostenible, enfocándose en “build back better” desde la pandemia. La pesca y el turismo son dos sectores que se han visto particularmente afectados por la pandemia, con una reducción de hasta el 80% de los buques pesqueros en servicio y una caída del 60-80% en las llegadas internacionales, lo que amenaza 120 millones de puestos de trabajo turísticos. La región mediterránea es el principal destino turístico del mundo y el turismo es una parte vital de la economía mediterránea, así como una fuerza impulsora para el crecimiento empresarial y el espíritu empresarial joven. Necesitamos repensar el funcionamiento del sector para evolucionar hacia una recuperación sostenible.