Un enfoque integral para asegurar el futuro del suelo en Euskadi

La Estrategia de Protección del Suelo de Euskadi 2030, aprobada por el Gobierno Vasco hace un año, avanza con el objetivo de evitar la degradación de este imprescindible recurso natural y garantizar su conservación para la salud de los ecosistemas
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Publicado en
14-11-2023

El suelo lleva décadas siendo el recurso natural más olvidado en la protección medioambiental. De hecho, según la encuesta Attitudes of European citizens towards the Environment publicada la UE, solo el 30% de las personas consideraron la degradación del suelo como una cuestión ambiental relevante. Sin embargo, el suelo es necesario para la existencia del ser humano y el resto de las especies. Aporta el 95% de los alimentos que consumimos, es una parte fundamental del equilibrio de los ecosistemas y fija los gases de efecto invernadero, entre otras funciones vitales.

A pesar de esta relevancia, su cuidado se ha centrado, tradicionalmente, casi de forma exclusiva en evitar la contaminación, mientras ha seguido sufriéndola por numerosos factores no contemplados hasta hace poco.

Su insuficiente protección tiene precio: la degradación del suelo conlleva la pérdida de servicios ecosistémicos por un valor de 38.000 millones de euros al año solo en la Unión Europea, mientras que la erosión cuesta a la agricultora europea alrededor de 1.250 millones de euros al año.

En este contexto, la protección del suelo, inicialmente dispersa en múltiples políticas y planificaciones sectoriales, ha ido ganando protagonismo en un nuevo escenario mundial y europeo en el que ha recuperado el lugar que le corresponde en la salvaguarda de los valores ecológicos, sociales y económicos del planeta.

Euskadi se ha situado como región pionera en el continente al priorizar una visión integral de la protección del suelo, superando el tradicional enfoque en la contaminación que tanto se ha dado en regiones industrializadas como la vasca. Este cambio de paradigma lo encabeza la Estrategia de Protección del Suelo de Euskadi 2030, que este mes de junio ha cumplido ya un año.

 

Euskadi se ha situado como región pionera en el continente al priorizar una visión integral de la protección del suelo, superando el tradicional enfoque en la contaminación que tanto se ha dado en regiones industrializadas como la vasca.

 

Lo que destaca de esta Estrategia es que aborda de forma integral la gestión del suelo, un enfoque pionero no solo en Euskadi, sino también en España y Europa: solo unos pocos estados o regiones, como Suiza, Escocia, Gales u Holanda, tienen políticas similares de gestión integral. Además, en ella han participado diferentes niveles de la Administración, los grupos de interés y los agentes sociales vinculados con la gestión del suelo, bajo la coordinación del Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco.

Así, la Estrategia de Protección del Suelo de Euskadi 2030 supone una brújula para el territorio, que apunta a que todos los suelos vascos sean gestionados para el año 2050 de forma sostenible, evitando su degradación y garantizando la salud y las funciones del suelo a largo plazo para que las generaciones futuras puedan seguir disfrutando de su uso.

Con este fin, en junio de 2022 la estrategia definió cinco objetivos prioritarios: la reducción del consumo de suelo; la gestión de su ocupación; la protección de impactos perjudiciales; la restauración de los suelos degradados con el objeto de recuperar las funciones que le son propias teniendo en cuenta su ubicación; y la protección a través de la gestión y su uso sostenible por profesionales con formación específica en la materia y por una ciudadanía sensibilizada.

 

Diagnóstico del suelo en Euskadi

Para la elaboración de esta estrategia se llevó a cabo un diagnóstico preliminar del estado de los suelos de Euskadi en aspectos como erosión, materia orgánica del suelo, artificialización, acidificación, contaminación, salinización, compactación, pérdida de biodiversidad, desertificación, deslizamientos y desequilibrio de nutrientes.

La principal conclusión del diagnóstico fue la falta de conocimiento sobre los impactos de las diferentes amenazas a escala autonómica. Aun así, permitió poner de manifiesto, por ejemplo, la necesidad de incorporar los condicionantes a cualquier política de intervención o gestión del territorio en relación con la erosión. Se subrayó, asimismo, la necesidad de estabilizar o incrementar las reservas de materia orgánica de los suelos como elemento estratégico, no sólo para mejorar su salud y su resiliencia frente al cambio climático, sino también para contribuir a la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero.

 

La Estrategia de Protección del Suelo de Euskadi 2030 supone una brújula para el territorio, que apunta a que todos los suelos vascos sean gestionados para el año 2050 de forma sostenible.

 

Por otro lado, se ha puesto de manifiesto la necesidad de prestar atención a los más de 12.000 emplazamientos en los que se han desarrollado actividades potencialmente contaminantes del suelo, en especial a las 1.568 hectáreas de terreno ubicadas en zonas de interés hidrogeológico. Las actuaciones llevadas a cabo hasta el momento en este ámbito han permitido devolver al mercado el 20% del total de los emplazamientos potencialmente contaminados inventariados con garantías de seguridad para el medio ambiente y la salud de sus usuarios.

El aumento de los periodos de sequía, previstos de acuerdo con los escenarios regionales de cambio climático para Euskadi, podría incrementar el riesgo de desertificación, en distinta medida, en la totalidad del territorio, si bien el sur es la zona que mayor riesgo presenta. Al mismo tiempo se espera un incremento teórico de los deslizamientos como consecuencia del aumento de precipitaciones extremas debidas al calentamiento global y a una mayor influencia humana.

 

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Un año de avances

La Estrategia de Protección del Suelo de Euskadi 2030 se está desplegando como una suma de los avances de diferentes administraciones con competencias en la gestión del suelo y el territorio, constituidas en una comisión técnica, apoyadas por el desarrollo de acciones transversales impulsadas desde la administración ambiental. Con un carácter innovador y pionero, además de enfocar la gestión del suelo de forma integral, la estrategia también es una herramienta plural en la que diferentes organismos participan de forma coral.

Después de un proceso compartido para la elaboración y consenso del texto de la estrategia, a principios de 2023 se celebró el primer encuentro de la comisión técnica. Esta comisión, cuya secretaría recae en la Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno Vasco, Ihobe, y el Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, es la entidad encargada de orientar y de tomar decisiones sobre el enfoque la Estrategia de Protección del Suelo 2030, dar apoyo y acompañamiento a su despliegue e identificar las necesidades y nuevos ámbitos de trabajo. En esta primera reunión, más allá del seguimiento de las acciones competencia de cada una de las organizaciones participantes, se identificaron los intereses comunes que en la actualidad avanzan hacia el diseño y desarrollo de proyectos interinstitucionales.

 

Para la elaboración de esta estrategia se llevó a cabo un diagnóstico preliminar del estado de los suelos de Euskadi, en la que se puso de relieve la falta de conocimiento sobre los impactos de las diferentes amenazas a escala autonómica.

 

Merece la pena destacar la presentación en este encuentro del estado de avance de algunos de los proyectos transversales que se están llevando a cabo. Uno de los que despertó mayor interés fue el relativo al desarrollo de instrumentos para promover la reutilización de suelos vacantes que hasta ahora, se ha centrado en la elaboración de un inventario preliminar de suelos vacantes, la preparación de un estudio del arte y el esbozo de una propuesta de hoja de ruta que servirá como documento de trabajo con los agentes clave en este ámbito.

También se informó sobre los avances de otras acciones, como el cuadro de mando para el seguimiento de la estrategia y sus diferentes ámbitos de actuación (planificación territorial, agricultura y silvicultura, suelos naturales, suelos contaminados, economía circular/reutilización de materiales excavados y cambio climático), el mapa de conocimiento y el inventario de instrumentos de la administración pública vasca para la intervención en la protección el suelo o el plan de sensibilización dirigido a la ciudadanía.

 

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El carácter plural de la comisión técnica está demostrando ser clave para avanzar hacia la visión y la protección integral del suelo. Por ello, se ha articulado como un mecanismo de trabajo abierto a la incorporación de otras administraciones como diputaciones forales, municipios y entidades comarcales desde sus diferentes ámbitos de competencia (urbanismo, medio ambiente, desarrollo rural, etc.) en un intento de integrar todas las necesidades e inquietudes para la gestión sostenible del suelo.

Como complemento a la comisión técnica y ante las competencias de los municipios que les sitúan en el punto más cercano a la acción, se ha constituido un grupo permanente de trabajo en el marco de la red vasca de municipios sostenibles - Udalsarea 2030. Este grupo ha identificado como prioridades de trabajo, en primer lugar, la necesidad de formación del personal técnico en materia de preservación del suelo, en concreto en cuestiones como la planificación urbanística, el cambio climático, las infraestructuras verdes y los suelos contaminados, y en segundo lugar, la coordinación y el enfoque de las líneas de ayudas a actuaciones sobre este medio, y finalmente, la puesta en marcha de instrumentos para el fomento de la reutilización de parcelas vacantes.

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