¿Qué pasaría si la moda no fuera solo un reflejo de nuestro estilo, sino también de nuestro compromiso con el planeta? ¿Y si cada prenda que vestimos pudiera contar una historia de sostenibilidad y responsabilidad ambiental en lugar de una de rápido crecimiento en el uso de materias primas vírgenes? ¿Cómo darle la vuelta al actual modelo de consumo? La respuesta es simple: economía circular. El reloj marca la cuenta atrás para la transformación del sector textil europeo, que deberá dejar atrás el tradicional sistema lineal de alta extracción y consumo de materias primas vírgenes de esta industria global y sus elevados niveles de generación de residuos y contaminación, que en las últimas décadas han generado un problema alarmante a escala mundial.
Con menos del 1% de los materiales manteniéndose en un circuito cerrado, y emisiones de CO2 comparables a las de la aviación o el transporte marítimo, la industria textil se erige como una de las menos sostenibles y más contaminantes del mundo. Se estima que más de 100 millones de toneladas de residuos textiles se generan anualmente en todo el mundo y que cada segundo se quema o se entierra un camión de residuos textiles en alguna parte de nuestro planeta. En el ámbito nacional, el problema no es menos preocupante: en España, por ejemplo se generan más de 900.000 toneladas de residuos textiles al año, de las cuales el 88% acaba en vertederos.
Sirviéndose de estos datos que invitan a la reflexión, los expertos Vibeke Krohn, Directora de TOMRA Textiles; Mariana Gramunt, cofundadora y CEO de T_Neutral, y fuentes del Observatorio del Textil y la Moda, entidad constituida por las dos principales organizaciones de la moda y el textil españolas, Confederación Moda España y Consejo Intertextil Español, advierten sobre la urgencia y necesidad de tomar acciones concretas para transitar hacia una economía circular en el sector textil, apelando a la capacidad de reinvención de esta industria.
La directora de TOMRA Textiles (parte del grupo TOMRA), compañía pionera en la clasificación automatizada de residuos, que opera con la misión de transformar la cadena de valor textil de lineal a circular y que recientemente ha lanzado un Libro Blanco a este respecto, advierte no obstante que el cambio, aunque necesario, “será doloroso para muchas empresas e industrias acostumbradas a hacer-usar-generar residuos, sin coste alguno”. Para revertir esta situación será indispensable modificar todos los elementos de la cadena de valor textil: desde la forma en que se diseñan y fabrican los productos hasta el grado en que se utilizan, reparan y rediseñan, pasando por la forma en que se desechan.
Se estima que más de 100 millones de toneladas de residuos textiles se generan anualmente en todo el mundo y que cada segundo se quema o se entierra un camión de residuos textiles en alguna parte de nuestro planeta.
Afrontar con éxito esta transformación hacia una mayor circularidad, sostenibilidad y descarbonización del sector textil y la moda, solo será posible si las empresas, organizaciones e instituciones públicas y privadas colaboran, apuntan desde el Observatorio del Textil y la Moda -conformado por la Confederación Moda España y el Consejo Inter textil Español-, cuyo objetivo es, precisamente, servir como foro de reflexión estratégico e instrumento de colaboración público-privada.
Por último, la CEO de la innovadora plataforma contra el desperdicio textil T_Neutral, que ofrece soluciones homogéneas y eficaces para medir, trazar y optimizar todos los outputs textiles, expresa su optimismo respecto al impacto de la economía circular, a la que señala como “la gran oportunidad de nuestra época”, apoyándose en estimaciones del World Economic Forum, que detecta una oportunidad económica significativa en la economía circular con un valor potencial de $4.5 billones de dólares. Gramunt augura el futuro de la industria textil con nuevos modelos de negocio y grandes innovaciones en los procesos de producción, confección, diseño, y reciclaje, lo que impulsará la competitividad, generando prosperidad de triple impacto: económico, social y ambiental. Sin embargo, lo principal por ahora es saber en qué punto estamos, y marcar la hoja de ruta, “para que en 2050 podamos decir que aquel 87% de residuo textil que acababa en vertedero en 2024, lo hemos conseguido cualificar y garantizar un destino trazable y circular”, apunta.
Afrontar con éxito esta transformación hacia una mayor circularidad, sostenibilidad y descarbonización del sector textil y la moda, solo será posible si las empresas, organizaciones e instituciones públicas y privadas colaboran.
Aglutinando la visión y perspectivas de los mencionados expertos, profundizamos en los cinco pilares que harán posible la transformación del sector textil hacia un modelo circular y sostenible.
1. Inversión y regulación
El primer factor a considerar en el impulso de la circularidad del textil es la importancia crítica de establecer un marco regulatorio y de inversión adecuado. El sector ha estado infra-regulado durante mucho tiempo, lo que hace que el punto de partida para alcanzar los objetivos nacionales y europeos, sea muy alejado, relata Mariana Gramunt. Las nuevas directivas y regulaciones están planteando requisitos verdaderamente ambiciosos, cuya implementación será progresiva y el proceso de adaptación puede resultar complicado, asevera. Sin embargo, reconoce su necesariedad para activar la transición circular, y confía en el impacto positivo de la legislación, que “sentará precedentes importantes que ayudarán a Europa a convertirse en líder en circularidad e innovación, tanto en materiales como en procesos; y promoverá prácticas más responsables a lo largo de toda la cadena de valor textil”, reflexiona la experta.
Por su parte, Vibeke Krohn subraya la situación actual de la industria textil, donde la falta de infraestructura y de incentivos adecuados obstaculiza la promoción de la circularidad. “No basta con que las personas adopten comportamientos más sostenibles, se requiere un sistema integral que fomente activamente prácticas circulares y sostenibles en toda la cadena de valor”, reflexiona. Mirando hacia un futuro cercano, Krohn anticipa una implementación de normativas cada vez más estrictas en Europa, como por ejemplo, la introducción de la recogida selectiva a partir de 2025, y advierte que muchos países “se darán cuenta de que no están los suficientemente preparados” y podrán enfrentar desafíos considerables para gestionar adecuadamente estos nuevos flujos de residuos. En este sentido, destaca la importancia de que los países establezcan expectativas claras de implantación y estén dispuestos a invertir en infraestructura para garantizar su éxito.
Ambas expertas ponen de relieve el creciente protagonismo de los sistemas de responsabilidad ampliada del productor (RAP), que requieren que los productores asuman por adelantado el coste de la eliminación de sus productos para así financiar la creación del sistema de gestión separado de textil, “algo que, sin duda, es necesario y una pieza calve para la transición circular del sector”, asevera Gramunt. A este respecto, Krohn destaca que los sistemas de RAP bien diseñados garantizarán una financiación suficiente de las infraestructuras, que faciliten a los consumidores la devolución de los materiales para su reciclado tras su uso, y hagan más atractivo para los productores elegir materiales reciclados en lugar de vírgenes.
Asimismo, la RAP asegurará la viabilidad financiera de métodos de reciclaje más sostenibles y rentables, lo que a su vez impulsará la demanda de textiles reciclados por parte de marcas y consumidores, destaca la directora de TOMRA Textiles. Esto significa hacer algo más que pedir a los productores que paguen: significa establecer objetivos claros para el contenido reciclado y garantizar que todas las partes del ecosistema tengan incentivos sencillos, pero eficaces, para que la circularidad se produzca de la manera más rentable, agrega. Estos sistemas ya han demostrado ser efectivos en otras industrias, y aunque “no existe talla única” para las RAP, tomarlas como ejemplo servirá para detectar buenas prácticas en las que inspirarse y algunos escollos que evitar, aconseja.
"Las nuevas regulaciones sentarán precedentes importantes que ayudarán a Europa a convertirse en líder en circularidad e innovación". Mariana Gramunt, Cofundadora y CEO de T_Neutral.
Por su parte, el Observatorio del Sector Textil y la Moda, que el pasado mes de febrero, organizaba un Taller Laboratorio de Ideas sobre Residuos, y en abril sobre Ecodiseño, en colaboración con PwC, analizando los principales retos, amenazas y oportunidades que definirán la transición circular del sector textil, centra su atención en el impacto del nuevo marco regulatorio. Según refieren, las nuevas exigencias obligarán al sector textil a hacer frente, de forma ágil, a desafíos importantes como la prohibición de destrucción de excedentes de productos no perecederos, la obligación de un sistema de recogida separada y de gestión del residuo textil posconsumo, la implantación de la responsabilidad ampliada del productor para financiar estos procesos y el desarrollo y la puesta en marcha de mecanismos para mejorar la producción, la trazabilidad y la obtención de datos clave.
Asimismo, la regulación tendrá un impacto económico relevante en todas las cuentas de las empresas, en forma de más costes operativos y nuevas inversiones, en el corto, medio y largo plazo, y tanto en la oferta como en la demanda, con reconfiguraciones de sus cadenas de valor, enfatizan. Y también apuntan a que una de las consecuencias de esta legislación puede ser la consolidación de una nueva industria textil de cabecera española derivada del reciclado. Sin embargo, al mismo tiempo, se reconocen enormes dificultades para cuantificar con detalle este impacto a nivel europeo, por lo que consideran necesario llevar a cabo una aproximación a través del diálogo con las cadenas circulares textiles, mediciones parciales y otros mecanismos que permitan ganar visibilidad.
De ahí que, el Observatorio destaque la importancia de abordar estos desafíos a escala europea, reconociendo la necesidad de un marco jurídico armonizado que aporte certidumbre y reconcilie la sostenibilidad con la competitividad. “Es imprescindible pensar en cómo se va a implementar, cómo lo van a gestionar las compañías, cómo controlar el cumplimiento sobre los productos comercializados en el mercado único, cómo desarrollar las capacidades tecnológicas del reciclado y cómo superar la fragmentación del sector textil europeo, que condiciona los cumplimientos individuales”, opinan.
"La legislación que está por venir va a marcar el futuro del sector a escala europea". Observatorio del Textil y la Moda.
2. Sostenibilidad: ambiental,social y económica
Otro de los grandes ejes que harán funcionar el modelo circular en el sector textil es la sostenibilidad, entendiendo por este término el equilibrio entre el cuidado y la preservación del medio ambiente, el bienestar social y el crecimiento económico. Krohn reflexiona a este respecto, reconociendo que en la actualidad la industria “ya se ha dado cuenta de que necesita abordar el impacto que tiene sobre el medio ambiente”. También se observa una mayor atención a la sostenibilidad en la cadena de suministro, así como a la promoción de un empleo digno y prácticas comerciales justas, añade. Este cambio de enfoque se debe, por supuesto, al escrutinio público y a unos requisitos normativos más estrictos, pero también a que las marcas de moda, fabricantes de textiles, empresas de reciclaje y proveedores de tecnología están dedicando tiempo y recursos a hacer que la economía circular del textil se extienda. No obstante, para convertir la circularidad en una realidad, es imprescindible que los negocios puedan mantenerse en este modelo, señala la directora de TOMRA Textiles: “sin viabilidad financiera, las soluciones circulares se quedarán en meras exhibiciones piloto y temas de conversación”, sostiene.
En esta misma línea se posicionan los expertos del Observatorio del Textil y la Moda, que consideran que la sostenibilidad financiera del proceso y la atracción de capitales son básicas para asumir el reto de la transición circular, especialmente en una actualidad marcada por el incremento del volumen de recogida de residuos textiles. La recogida separada del textil, unida a los límites de su exportación, hará que en el medio y largo plazo, el residuo textil recogido se duplique o incluso triplique, afirman, por lo que serán necesarias fuertes inversiones en nuevas plantas de clasificación y tratamiento. Asimismo, opinan que deberían tener cabida tanto empresas de economía social como otros gestores con ánimo de lucro.
3. Trazabilidad y transparencia
También la trazabilidad y la transparencia en la cadena de valor se destacan como pilares cruciales para lograr la circularidad. En este sentido, el Observatorio del Sector Textil y la Moda resalta la importancia del dato para la correcta toma de decisiones. “Las empresas tienen muchos datos a nivel individual, pero es necesario compartir y contextualizar esta información para obtener visiones más globales, direccionadas hacia la circularidad del sector”, indican.
En esta misma línea, Mariana Gramunt destaca la necesidad de que los actores clave tomen el control de su “Huella Textil”, un concepto acuñado por la innovadora plataforma T_NEUTRAL. Según ella, la clave está en saber qué, cuánto y dónde y el desafío comienza con lo más básico: que los productores sean capaces de monitorizar y cualificar los diferentes flujos de textil descartado que ocurren a lo largo de la cadena de suministro, es decir, medir la Huella Textil para poder dimensionar y garantizar la mayor valorización de todos los materiales.
Vibeke Krohn agrega que la transparencia a lo largo de toda la cadena de valor contribuye a aumentar la confianza de los consumidores y su disposición a cumplir las normas, lo que implica una necesidad de información clara y accesible sobre los procesos y materiales utilizados en la producción textil.
4. Innovación y tecnología
La innovación y digitalización se erigen como elementos fundamentales para impulsar la transformación del sector textil, según las opiniones de Krohn y Gramunt. La Directora de TOMRA Textiles resalta la importancia de construir un desarrollo digital sólido, que salvaguarde la integridad del sistema y permita diferenciar entre soluciones deseadas y no deseadas, ecomodular en función del impacto ambiental y garantizar la correcta presentación de informes por parte de las marcas. También menciona que, hoy en día, afortunadamente se están produciendo importantes innovaciones en el sector textil como avances en materiales y tejidos, (como por ejemplo, la chaqueta Loopamide de BASF e Inditex), innovaciones en viscosa y fibras celulósicas artificiales, investigaciones para eliminar el elastano, nuevos disolventes de base biológica que permiten reciclar polímeros, y tecnologías pioneras de clasificación y preprocesado, entre otros. Nuevamente, la CEO de T_NEUTRAL incide en la necesidad de tener datos de trazabilidad e impactos para poder seguir prosperando y acotar la actividad de la industria a los límites planetarios, algo para lo que la digitalización de los procesos es clave, sostiene.
"Sin viabilidad financiera, las soluciones circulares se quedarán en meras exhibiciones piloto y temas de conversación". Vibeke Krohn, Directora de TOMRA Textiles.
Por su parte, los expertos del Observatorio del Sector Textil y la Moda, hacen hincapié en la necesidad de inversión en I+D+i, digitalización y mejora de las operaciones; y afirman que, aunque ya existen tecnologías disponibles para hacer posible el reciclaje en el sector textil, el desafío radica en hacerlas escalar. En este sentido, mencionan que el reciclado mecánico es una tecnología madura y consolidada en España para residuos preconsumo, pero todavía falta mayor experiencia en el reciclado posconsumo. Además, destacan el potencial del reciclaje químico y termoquímico, aunque aún están en proceso de desarrollo e industrialización.
5. Colaboración y concienciación
Por último, resulta crucial el entendimiento del problema con el que acarrea el sector textil, por parte de la sociedad y de todos los actores involucrados, algo para lo que “la colaboración es clave”, destaca Krohn, y agrega que la circularidad deberá considerarse en todas las partes del recorrido de una prenda por la cadena de valor textil.
En sintonía con este asunto, las fuentes del Observatorio ejemplifican con el caso de España, país que consideran “tiene la capacidad de posicionarse como líder dentro del marco de la UE para guiar la transformación del sector hacia modelos circulares y sostenibles”, con empresas líderes en todos los escalones de la cadena de valor circular textil-moda. Sin embargo, para ello, se necesita colaboración, tanto por parte de la administración, como de las empresas, que vienen mostrado un compromiso claro para afrontar este proceso de forma inclusiva. Todos los actores deben contribuir en la medida de sus posibilidades y en este sentido, las alianzas, las estrategias de suministro y la participación de nuevos actores es clave, concluyen.
El segundo gran reto es el pensamiento de la sociedad en su conjunto. Con la ambición de contribuir a una situación en la que tratemos y pensemos en la ropa de manera diferente, esperamos poder prolongar su uso mediante reparaciones y rediseño, y tratar los textiles como un recurso finito y no como algo que pueda tirarse sin más, explica Krohn. En este sentido, el Observatorio añade que el gran cambio pasa por revisar el modelo de consumo, algo que comporta gran complejidad. En buena medida, tanto las administraciones como las empresas y el mundo académico están concienciados para llevar a cabo este cambio y Europa puede beneficiarse con una apuesta por la calidad, circularidad y descarbonización. Sin embargo, Europa importa una gran cantidad de prendas textiles que habrá que controlar para que marcas europeas y de terceros países compitan en igualdad de normas, estándares y condiciones en este mercado, señalan.
España tiene la capacidad de posicionarse como líder dentro del marco de la UE para guiar la transformación del sector textil hacia modelos circulares y sostenibles.
Gramunt concluye con la reflexión de que la concienciación social “está aún empezando” y la responsabilidad principal de este cambio hacia la circularidad recae principalmente sobre la industria. El papel del ciudadano comienza en el momento en el que tiene poder de decisión sobre lo que compra o, mejor dicho, sobre cuanto compra, asevera, y recalca que el “tan mencionado” cambio en los hábitos de consumo, no se refiere únicamente a elegir entre comprar A o B, sino que consiste en reeducar al ciudadano para que reflexione antes de tomar la decisión de compra. Si finalmente se decanta por hacerlo, la CEO de T_NEUTRAL sugiere que el consumidor pueda aprender sobre lo que está adquiriendo, incluyendo información sobre la composición del producto, la marca o las instrucciones de cuidado. La experta compara este proceso de concienciación con el aprendizaje que hemos tenido sobre nutrición, donde hemos aprendido a distinguir entre ingredientes buenos y malos en los alimentos que compramos y consumimos, y propone aplicar un enfoque similar al comprar ropa.