Aguas regeneradas, presente y futuro

En un escenario de incertidumbre climática como el que nos encontramos, la búsqueda de soluciones alternativas que garanticen un suministro de agua constante y seguro ha propiciado el despegue del sector de la regeneración de agua
Autor/es
Nuria Suárez
Publicado en
06-10-2022

En un escenario de incertidumbre climática como el que nos encontramos, donde las irregularidades pluviométricas, la presión hídrica o la sequía generalizada son escenarios cada vez más frecuentes, la búsqueda de soluciones alternativas que garanticen un suministro de agua constante y seguro ha propiciado el despegue del sector de la regeneración de agua. La disponibilidad del recurso generado, que precisa únicamente de la tecnología necesaria para generar un efluente regenerado, las garantías que aporta y su versatilidad lo posicionan como una de las alternativas predilectas para el futuro. Con el fin de conocer los avances que ha logrado el sector, su regulación, perspectivas económicas y retos hablamos con Rafael Mujeriego, presidente de la Asociación Española de Reutilización Sostenible del Agua (ASERSA); Mateo Pastur, Project manager de Cetaqua y Estanislao Arana, director Académico del Foro de la Economía del Agua.

En palabras de Rafael Mujeriego el sector de la regeneración ha experimentado un desarrollo y una implantación significativas durante las dos últimas décadas, cuya razón principal ha sido la escasez de recursos en algunos lugares del mundo, intensificada por los vastos períodos de sequía registrados en algunos lugares durante los últimos años. “Esos avances han afectado tanto a los aspectos normativos como a los tecnológicos, los de gestión y, sobre todo, a los relativos a la mejora de la percepción y la aceptación del agua regenerada por parte de los usuarios y los consumidores”.

La utilización de agua regenerada se ha posicionado en los últimos años como uno de los elementos clave para garantizar la seguridad hídrica, junto a otras medidas como la correcta planificación, las políticas de concienciación en el ahorro de agua o la inversión en mejora de la eficiencia. Estanislao Arana explica que su paulatino crecimiento se debe a dos razones: la mejora de la tecnología de regeneración y el aumento de la concienciación. “Nuestro punto de partida es muy incipiente, pero también prometedor. Según datos de la Fundación Aquae, España se sitúa a la cabeza de Europa en regeneración de aguas con un porcentaje de recuperación del 10,72% de las aguas que llegan a las depuradoras EDAR y ocupa la quinta posición a nivel mundial en cuanto a capacidad de regeneración instalada”.

 

La regeneración ha experimentado un desarrollo y una implantación significativas durante las dos últimas décadas, cuya razón principal ha sido la escasez de recursos en algunos lugares del mundo.

 

Por su parte, Mateo Pastur objeta que “sin el agua regenerada será difícil garantizar la seguridad hídrica” como consecuencia de la falta de disponibilidad que sufren cada vez más territorios. “En los próximos años se espera que la regeneración se incremente debido a los efectos del cambio climático, pues se reducirá la cantidad de recursos disponibles, sumado a un previsible aumento de la demanda. Llegará un momento en que los recursos que utilizamos generalmente, como el agua superficial o subterránea,  no serán suficientes para satisfacer la demanda, y en ese caso habrá que hacer uso de recursos hídricos alternativos, como es el agua regenerada”.

Concretamente, desde Cetaqua y el grupo Agbar se ha apostado firmemente por el agua regenerada para garantizar este recurso, por ello desde hace años han venido desarrollando una línea de investigación dedicada a esta temática, cuyo enfoque se ha ido adaptando a las necesidades del momento. “En un principio enfocábamos los proyectos en la tecnología, para poder demostrar que era posible producir agua regenerada para diferentes usos a un coste competitivo, mientras que ahora enfocamos nuestras investigaciones hacia los usuarios finales para mostrarles que el agua regenerada es segura. El objetivo es siempre el mismo, contribuir a la reutilización del máximo volumen de agua posible”.

 

La reutilización de agua en zonas áridas aporta recursos hídricos adicionales, fiables y resilientes, mejorando la autosuficiencia de los abastecimientos.

 

Desde el Foro de la Economía del Agua argumentan que, si bien las aguas regeneradas son un elemento más en la preservación de los recursos hídricos y forman parte del conjunto de herramientas a tener en cuenta en la planificación estatal, además de fomentar la circularidad en el uso del bien, su acceso equitativo debe apoyarse siempre en una planificación hídrica óptima. Asimismo, “cuanta más agua se regenere y reutilice, menos agua se captará de los ríos, ecosistemas y acuíferos, por tanto, el estrés hídrico será menor y la preservación de los ecosistemas hídricos, como humedales, ríos, lagos, turberas, etc. tendrán una mayor estabilidad y menor explotación”.

Rafael Mujeriego explica que “la fiabilidad del suministro de agua de un colectivo se consigue normalmente mediante la adopción de varias estrategias de gestión de los recursos hídricos, desde la protección de las fuentes mediante el saneamiento, siguiendo por el ahorro y su uso eficiente, la regulación en embalses y acuíferos o el intercambio de recursos, hasta llegar a la regeneración y la desalinización. La consideración simultánea de una diversidad de esas opciones aporta estabilidad al sistema de gestión de los recursos hídricos, lo que actualmente se designa como “resiliencia” del sistema.  En casos muy concretos, una o varias de esas estrategias pueden ser suficientes para conseguir la fiabilidad de suministro requerida, como por ejemplo las aguas superficiales como ríos y manantiales en zonas de alta montaña y escasa población; las aguas subterráneas en territorios con acuíferos importantes y renovables; el agua regenerada en situaciones donde las fuentes tradicionales son inviables, como la Estación Espacial Internacional, y el agua desalinizada en zonas extremadamente áridas y con acceso a fuentes de agua salobres o marinas”.

La reutilización de agua en zonas áridas, como aquellas al sur de California "aporta recursos hídricos adicionales, fiables y resilientes, mejorando la autosuficiencia de los abastecimientos”, comenta Mujeriego. Una reutilización planificada para el consumo humano en estas zonas está considerada como una estrategia de gestión económica e inevitable, y debe tenerse en cuenta que “recurrir a unas u otras formas de gestión hídrica, especialmente cuando se trata de regeneración y desalinización, obedece a criterios locales muy específicos, de tipo climatológico, geográfico, demográfico y económico, entre otros. Igualmente, conviene indicar que la regeneración tiene a su vez una dependencia esencial del proceso previo que produce la materia prima a regenerar, esto es, el saneamiento, la segregación de vertidos y la depuración del agua, con objeto de producir un efluente depurado de calidad estable y acorde con las exigencias de vertido (Directiva UE 91/271)”, añade.

 

Canal

 

Actualmente, la legislación española a través del Real Decreto 1620/2007 permite su uso para aplicaciones determinadas como el uso urbano, agrícola, ambiental o industrial, lo cual abre el camino a este recurso dentro de la planificación hídrica estatal. Asimismo, España cuenta con la Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica, que traspone las directivas europeas y pretende ser una herramienta de lucha contra el cambio climático a través, entre otras medidas, del fomento de la descarbonización y de la economía circular, contexto en el que se engloba la regeneración del agua.

En esta línea, la Estrategia Española de Economía Circular, España Circular 2030, alineada con los dos planes de acción de economía circular de la Unión Europea, contempla la depuración y reutilización del agua regenerada como eje singularizado debido a su especial incidencia en la economía española y por la posición de liderazgo de nuestro país en el tema. Según el último informe realizado por AEAS en el año 2020, solo el 7,1% del suministro en España proviene de agua reutilizada, que se destina mayoritariamente a la agricultura (49%), seguida muy de lejos por la industria (12%), y el riego de jardines (9%).

Con el fin de impulsar el uso del agua regenerada, el MITECO dio a conocer en julio de 2021 el Plan DSEAR (Depuración, Saneamiento, Eficiencia, Ahorro y Reutilización), un instrumento de gobernanza que pretende incorporar, en los planes hidrológicos del tercer ciclo (2022-2027), procedimientos mejorados y metodologías de trabajo alineadas y enfocadas al cumplimiento de los objetivos de la planificación hidrológica, principalmente en los ámbitos de la depuración, el saneamiento y la reutilización de las aguas residuales regeneradas. “Este Plan revisa las estrategias y actuaciones que definen la política del agua en estas materias, buscando alinearlas con las políticas comunitarias relacionadas con el Pacto Verde Europeo, y las nacionales de la transición ecológica y el reto demográfico. Se entiende que en un escenario climático de aumento paulatino de las temperaturas y escasez creciente de agua, la regeneración es una herramienta fundamental para garantizar el acceso sostenible al agua”, reivindica Estanislao Arana.

Por su parte, Rafael Mujeriego resalta que “la reutilización del agua para numerosos usos, especialmente el consumo humano directo e indirecto, se está viendo impulsada por las irregularidades meteorológicas previstas por los estudios de cambio climático en zonas de clima mediterráneo como las costas españolas o californianas. Como bien documentan los foros especializados, disponemos de conocimientos y tecnologías eficientes y económicas para hacerlo, aunque el factor determinante, y limitante, de ese desarrollo es la colaboración proactiva de las autoridades de salud pública y recursos hídricos, con objeto de promover una percepción adecuada, una aceptación favorable de la población y una normativa que asegure la protección de la salud pública y el medio ambiente. Ese es realmente el factor que frena la regeneración en estos momentos. Los desarrollos actuales en California, Singapur y Australia ilustran claramente esta situación”.

Precisamente, con la finalidad de potenciar la reutilización del agua y facilitar a las empresas  la adopción de la maquinaria y metodología necesarias, desde Cetaqua dirigen su actividad al ciclo urbano e industrial del agua de manera diferenciada. “En el ciclo urbano nuestra actividad se orienta a las empresas que gestionan y operan el ciclo del agua para ayudarles a implantar la reutilización desde la identificación de usuarios, elaboración de planes estratégicos, demostración de tecnologías y planes de gestión del riesgo. Realizamos proyectos a gran escala que permiten a las operadoras del ciclo del agua demostrar tecnológicamente la producción de agua regenerada y generar confianza en los usuarios finales. También desarrollamos procesos de valorización de los residuos producidos en la regeneración, como desinfectantes a partir de salmueras, y nos centramos en mejorar la gestión del riesgo a través de la implementación de los Planes Sanitarios del Agua, que permiten evaluar, priorizar y gestionar el riesgo en el uso de agua regenerada”, comenta Pastur.

“En el ámbito industrial nos enfocamos en el desarrollo de tecnologías para aquellos sectores que tienen mayores necesidades, como es el minero. A escala industrial el reto tecnológico es notable a causa de la complejidad de las aguas a tratar, y por ello desde Cetaqua trabajamos en el desarrollo de trenes de tratamiento innovadores que permitan a las industrias producir agua regenerada y recuperar los recursos presentes en el agua, como pueden ser los metales en la industria minera. Es el caso del proyecto LIFE REMINE WATER, que acabar de iniciar la actividad de su Mining Water Living Lab”, puntualiza.

 

Proyección del sector

El sector de la regeneración se encuentra en plena expansión y el futuro augura una proyección mucho mayor de estas tecnologías a causa de las circunstancias climáticas, de modo que su potencial económico y medioambiental es notable. En un escenario caracterizado por la sequía y su consiguiente presión hídrica, la regeneración destaca entre el conjunto de los actores del sector del agua. Desde el Foro de la Economía del Agua lo consideran uno de los pilares fundamentales del futuro, “disponemos de la tecnología para su despliegue, solo hace falta invertir y avanzar en este camino de la economía circular del agua. Podemos tomar como modelo de inspiración la iniciativa de Singapur, que cuenta con un 30% de aguas regeneradas en su suministro, un porcentaje que proyecta ampliar al 50% para 2060”, comenta Estanislao Arana.

 

El sector de la regeneración se encuentra en plena expansión y el futuro augura una proyección mucho mayor de estas tecnologías a causa de las circunstancias climáticas.

 

En Singapur aplican un tratamiento inicial convencional de aguas residuales seguido de un sistema de micro y ultrafiltración a través de membranas, ósmosis inversa y la aplicación de rayos ultravioleta, que desinfecta el agua y permite alcanzar la pureza adecuada. “En función de su uso posterior, pueden restaurar químicamente el equilibrio del pH y al final del proceso, que cumple con todos los estándares establecidos, la envían a la fuente de agua potable, el embalse en la cuenca hidrográfica, donde se mezcla con el recurso existente antes de ser tratado nuevamente, aunque podrían inyectarla directamente en el suministro de agua”, prosigue.

“Una de las principales ventajas de esta iniciativa es la posibilidad de disponer del recurso localmente y ajustar la calidad en el proceso de tratamiento en función de su destino. Además, con la instalación de sistemas de recogida de aguas residuales diferenciadas por su composición, se podrían optimizar los tratamientos a desarrollar en cada caso según su origen. Este diseño de diferenciación según su origen y destino posibilita adaptar las plantas y sus procesos, lo cual facilita ajustarse a las necesidades en cada momento”, añade el director.

El presidente de ASERSA utiliza como ejemplo ilustrativo a la Región de Murcia, donde más del 90 % del agua depurada es regenerada y reutilizada, aportando así una parte significativa del recurso a riego agrícola. “La motivación principal para utilizar agua regenerada es la disponibilidad de un aporte adicional de agua local, insensible a las irregularidades pluviométricas, autosuficiente y, sobre todo, fiable. La regeneración y la desalinización son los dos únicos procesos que aportan recursos hídricos netos adicionales en las zonas costeras, pero mientras que la desalinización está aceptada por utilizar agua de mar, la regeneración requiere su legitimación “caso por caso”, pues al ser su materia prima un efluente depurado está estigmatizada culturalmente, a lo que se suma la creación de barreras reglamentarias por las autoridades de salud pública y recursos hídricos”.

Mateo Pastur identifica un crecimiento exponencial del sector en los últimos años y le augura un desarrollo aún mayor. “Para poder garantizar el recurso hídrico, los territorios se están marcando objetivos ambiciosos de reutilización de agua y muchas industrias están considerando implementar esta tecnología para poder garantizar la producción y evitar retornar agua al medio, cuyos límites de vertido son cada vez más restrictivos. Para poder hacer uso del agua regenerada es necesario realizar una inversión en el tratamiento para cumplir con la calidad óptima, así como invertir en una red de distribución que haga llegar el recurso al usuario final, lo cual puede llegar a constituir una barrera por el alto coste de la inversión”.

 

Agua

 

 

Retos para la reutilización del agua

En los que respecta a los desafíos que esta tecnología encuentra para su despliegue, tanto a nivel mundial como español, se han identificado una serie de puntos cuya superación solo podrá depender de un aumento del conocimiento de la materia, la demostración de su eficacia y el apoyo institucional. Estanislao Arana cita fundamentalmente dos: el incremento de las inversiones en tecnología para generalizar la regeneración del agua y el impulso a la concienciación social sobre la utilidad de este recurso en todos los ámbitos, agrícola, industrial, urbano y doméstico. “Debemos cambiar el modelo actual en el que el agua se capta, se potabiliza, se usa y se vuelve a verter depurada por un modelo de economía circular, en el que toda el agua es regenerada y reutilizada para la agricultura, para riego de jardines, para la industria, para limpieza y para consumo humano”.

En la misma línea de conciencia ciudadana, el Project manager de Cetaqua expone que el principal reto para la utilización de agua regenerada es su aceptación pública. “Debemos centrar los esfuerzos en tareas de comunicación para que el público entienda los beneficios del agua regenerada frente a otros recursos y explicar que su utilización es completamente segura. En algunos casos, el público piensa en el agua regenerada como algo remoto, pero hoy en día en la mayoría de los territorios se utiliza tanto de forma planificada como no planificada; en algunos ríos, el porcentaje de agua residual tratada es de más de un 30% del caudal durante el verano. Desde Cetaqua creemos que conocer mejor el ciclo del agua ayudaría a mejorar la aceptación pública”.

 

El incremento de las inversiones en tecnología y el impulso a la concienciación social sobre la utilidad de este recurso son dos de las principales barreras para la reutilización del agua.

 

En nombre de ASERSA Rafael Mujeriego divide en cuatro las medidas principales para intensificar las estrategias tradicionales de gestión hídrica. En primer lugar, mejorar los procesos de depuración de los vertidos para proteger la calidad de las aguas receptoras; un agua de calidad insuficiente o deteriorada la hace inutilizable como fuente para otros usos. En segundo lugar, lograr un ahorro y uso eficiente del agua; cumplir un objetivo utilizando un menor volumen de agua es una forma inmediata de aumentar su disponibilidad. Otro punto a implementar es un mayor almacenamiento del agua en momentos de abundancia para utilizarla en momentos de escasez, tanto en embalses como en acuíferos; en lugar de dejar que los caudales de inundaciones desagüen por los ríos causando notables daños y perjuicios, convendría plantearse la retención ocasional de esos caudales extremos en las partes medias de las cuencas para asegurar una fuente de agua, nueva y ocasional, y evitar los daños causados por las inundaciones en zonas aguas abajo.

En cuarto lugar, Mujeriego identifica el intercambio de recursos, como ya se viene haciendo mediante las figuras organizativas de consorcios y mancomunidades, de modo que el factor escala de recursos comunes pueda aliviar la escasez puntual de agua de uno de los consorciados o mancomunados. “El rigor y la equidad en la gestión de esos recursos comunes, al margen del poder económico y político de unos y otros, es un requisito esencial del éxito de estas soluciones, de las que tenemos excelentes casos de éxito”, puntualiza.

“Cuando esas estrategias de gestión son insuficientes, especialmente ante situaciones previsibles de sequía como las que anticipa el cambio climático en nuestras latitudes, habremos de plantearnos las estrategias más innovadoras: la regeneración de agua básica y avanzada y la desalinización de aguas salobres y marinas. La fiabilidad futura del suministro de agua en nuestros territorios, tanto costeros como interiores, comporta inevitablemente el recurso a la reutilización potable del agua; será cuestión de tiempo y de predisposición de las autoridades y los consumidores. Los plazos se acortarán a medida que la necesidad de recursos sustitutivos o complementarios se haga más intensa bajo los efectos de la irregularidad pluviométrica y climatológica debida al cambio climático”, añade.

 

¿El agua corriente del futuro?

Desde el Foro de la Economía del Agua argumentan que el agua regenerada tiene un extraordinario potencial y por ello han introducido el término de “agua mejorada”, pues con la tecnología existente ya es posible conseguir que el agua regenerada tenga una calidad mayor que la de la fuente original. “Creemos que el agua regenerada será un componente importante del agua corriente del futuro, que en combinación con el agua de primer uso, permitirá incrementar la disponibilidad para atender al aumento de la población previsto en un escenario de escasez”, determina Estanislao Arana.

Mateo Pastur está convencido de que llegará a prácticamente todos los territorios. “Existen casos de éxito como Namibia, California, Singapur o Tarragona donde se produce agua de altísima calidad de forma segura. Personalmente, he tenido la oportunidad de trabajar dos años en California, donde se está elaborando ya una normativa para implementar la regeneración potable directa y conozco de primera mano las tecnologías y los controles que existen para garantizar la calidad del agua regenerada producida. Por esto, no me cabe duda de que tarde o temprano se generalizará su uso inclusive como agua potable corriente”.

Finalmente, Rafael Mujeriego expone que en el caso concreto del agua, es frecuente escuchar en los sectores profesionales que las fuentes de “agua barata” se han agotado y que “el agua más cara es la que no se puede comprar” durante episodios de escasez o sequía. “El análisis económico del agua tiene algunas peculiaridades que lo hacen más complejo de entender y gestionar que el de otros recursos naturales, como la energía o los minerales básicos. Por una parte, el agua en nuestros territorios y en muchos lugares de Europa es un recurso natural que no tiene coste. El valor de disponer de agua en un lugar geográfico determinado refleja únicamente los costes necesarios para asegurar su calidad y el transporte, asegurando su continuidad y preservando su calidad”.

 

El futuro hídrico mundial, y en consecuencia la seguridad y salubridad en el asbastecimiento del agua, pasará inevitablemente por la adopción de soluciones hídricas alternativas.

 

Los medios tecnológicos actuales permiten generar nuevos recursos de agua a unos precios competitivos y sobre todo con mucha mayor fiabilidad en comparación con las fuentes naturales en lugares afectados por la irregularidad pluviométrica asociada al cambio climático. “La implantación práctica del concepto de economía circular es inevitable, especialmente para un recurso como el agua, que sigue su propio ciclo hidrológico. Podemos progresar disponiendo de más o menos energía u otros recursos naturales, pero como se suele decir en estos casos, sin agua, no habrá nada que hacer”, precisa.

Tras el análisis de estos tres expertos puede concluirse que el futuro hídrico mundial, y en consecuencia la seguridad y salubridad en el abastecimiento del agua, pasará inevitablemente por la adopción de soluciones hídricas alternativas. La regeneración, en cuanto a método efectivo capaz de satisfacer la creciente demanda hídrica cumpliendo con los más altos estándares de calidad, solo necesita superar los escollos sociales, normativos y administrativos para lograr una aceptación generalizada que favorezca su despliegue definitivo y permita avanzar hacia una economía circular del ciclo del agua.

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