Teresa Ribera expresa su compromiso con la España que quiere tener oportunidades
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Teresa Ribera tomó posesión el lunes 13 de su cartera como vicepresidenta cuarta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, con un discurso en el que recordó a los pioneros en la defensa del medio ambiente en España, que “nunca se hubieran podido imaginar que en este país habría una vicepresidencia verde”.
Ribera ha destacado que el hecho de que la agenda medioambiental haya alcanzado por primera vez rango de vicepresidencia demuestra el peso de las cuestiones ambientales, pero también la importancia de la coordinación y el acompañamiento transversal del resto de políticas. “El refuerzo de la agenda ambiental debe ser el eje de transformación de la economía, la equidad, la justicia, el territorio, la innovación, la industria, el empleo, el futuro de la empresa, o el conocimiento”, ha dicho.
“La lucha contra la emergencia climática se ha convertido en el eje vertebrador que orientará las decisiones políticas y financieras”, ha señalado Ribera. Hacer frente a este desafío será una prioridad del Gobierno, pero también “una oportunidad para el empleo, el crecimiento económico sólido y estable, el desarrollo industrial, la salud y la equidad social”.
Un futuro que, según la vicepresidenta, debe estar marcado por “el equilibrio entre economía, medio ambiente y capital natural, equilibrio también entre las personas, impulsando una transición justa que no deje a nadie atrás, y equilibrio territorial”.
Con la ampliación de su cartera ministerial con el desafío del reto demográfico y su nueva responsabilidad como vicepresidenta, Ribera ha expresado su compromiso con la transición ecológica, la protección de nuestra biodiversidad y la España que quiere tener oportunidades.
En este sentido, Ribera ha destacado la nueva responsabilidad que se suma a su cartera, la de hacer frente al reto demográfico y a la despoblación. En lo que llevamos de siglo, con los datos del Padrón Municipal de habitantes, 5.120 municipios han perdido población. De estos municipios, casi 4.000 tienen menos de 1.000 habitantes. Entre 2001 y 2018, el 63% de los municipios españoles ha perdido población.
Y si nos centramos en la última década, desde 2011, el 80,2% de nuestros municipios (6.516) están perdiendo población. En los municipios pequeños, las pérdidas afectan a casi el 90% de los de menos de 1.000 habitantes. Unos datos demuestran que el fenómeno de la despoblación se ha acelerado en la última década.
Estrategia nacional frente al reto demográfico
Ribera ha destacado que el Gobierno desarrollará la Estrategia Nacional frente al Reto Demográfico, de lucha contra la despoblación, de conectividad y de apoyo a la población joven con el fin de “extender el conjunto de los servicios públicos del bienestar a toda la ciudadanía al margen de su tamaño, la dispersión o el grado de envejecimiento de su población”.
"Durante mucho tiempo hemos estado engañados por una especie de ilusión óptica pensando que lo progresista, lo moderno, era abandonar el campo y venir a la ciudad, produciéndose la enorme paradoja de gente, generaciones, que dejaban sus hogares, su campo, su modo de vida, sus espacios naturales para llegar a ciudades donde apenas podían pagar el alquiler de las casas donde malvivían. Cuando en realidad las condiciones de vida, el equilibrio, su contribución al conjunto de la riqueza nacional en forma de servicios ecosistémicos y de custodia del territorio debía haber sido reconocida con la dignidad que nos corresponde a todos”, ha explicado.
Nuestra agenda para esta legislatura es la misma que marca ya las prioridades en Europa, el Green New Deal: “La agenda europea que pasa por una Europa diferente en la que los valores, la innovación en economía, las inversiones, las personas, deben poder encontrar soluciones a los problemas que nos acucian. Que tienen mucho que ver con el uso de los recursos”, ha destacado.
En este sentido, Ribera ha señalado que “debemos seguir trabajando para alcanzar la neutralidad climática en 2050, y prepararnos para evitar los peores efectos del cambio climático, que ya estamos viendo en muchos lugares, como Australia y Portugal”. Por ello, “anticipar las necesidades en la gestión de los recursos hídricos, preservar nuestro entorno natural, reconstruir nuestras ciudades, repensar nuestras infraestructuras y dimensionar nuestras necesidades de otra manera, aprovechando el conjunto de los recursos y siguiendo las premisas de la economía circular, es fundamental si queremos abordar con éxito este desafío”.