Sogama trató casi 140.000 kg de residuos sanitarios de bajo riesgo en la 3ª oleada del covid-19
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Del 11 de enero al 11 de marzo, Sogama trató en el Complejo Ambiental de Cerceda un total de 138.960 kilos de residuos sanitarios de bajo riesgo de los centros adscritos al Sergas.
Esta es la tercera vez que el Servicio Gallego de Salud solicita a Sogama la prestación de este servicio, para completar y apoyar el trabajo realizado por las instalaciones específicamente responsables del tratamiento de este tipo de residuos (buceadores, guantes, mascarillas desechables y similares).
La operación preparada para el tratamiento de casi 140 toneladas de residuos sanitarios de bajo riesgo fue la misma que se utilizó en la primera y segunda oleada, por lo que estos residuos se trituran y acondicionan para convertirse en un combustible CDR, que se recupera en la planta termoeléctrica más de 850ºC, temperatura que permite eliminar, con las máximas garantías ambientales, patógenos y otros agentes nocivos. Para ello, se ha habilitado una planta específica y provisional, que funciona con independencia de las urbanas, con personal externo que se rige por horarios distintos al resto de trabajadores de la planta de Sogama, disponiendo además de vestuarios y zonas de descanso independientes en para minimizar el riesgo de contagio.
Cabe recordar que en la primera oleada (entre el 21 de abril y el 21 de mayo) y la segunda oleada (del 23 de noviembre al 18 de diciembre), la entidad dependiente del Medio Ambiente, siguiendo las instrucciones emitidas en su momento por el Ministerio de Salud y el Ministerio para la Transición Ecológica, y con la autorización administrativa de la Dirección General de Calidad Ambiental, trató 134.800 kilos de residuos de esta naturaleza.
Sumando los tres períodos de máxima incidencia de coronavirus, Sogama eliminó 273.760 kilos de desechos sanitarios de bajo riesgo. De esta forma, evitó su vertido, una opción, al menos recomendada, que debían utilizar aquellas comunidades que no cuentan con plantas de recuperación de energía de alta eficiencia.
Si bien el gobierno central considera la valorización energética y el relleno sanitario como tratamientos para esta fracción de residuos, da preferencia a los primeros, ya que el vertido de estos residuos supone un riesgo para el medio ambiente y la salud pública de primera magnitud.