Simbiosis industrial: innovar y colaborar para crear nuevos negocios circulares
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Aún visualizamos la experiencia danesa de Kalundburg o parques químicos alemanes como el de Basf en Ludwigshafen cuando se nombra el concepto de “simbiosis industrial” que, de modo simplificado, integra los conceptos de colaboración interempresarial, de cercanía y de simbiosis en materiales secundarios (o calor). Han pasado años desde que se acuñó este término. Nuestra experiencia práctica en las empresas vascas durante las tres últimas décadas, nos ha llevado a una visión más pragmática.
Como Ihobe, Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno Vasco, seguimos apostando por esa ardua colaboración interempresarial mientras que la cercanía geográfica la entendemos en el marco del País Vasco en su conjunto. Sin embargo, el valor económico y ambiental ya no se sitúa únicamente en el intercambio de materiales secundarios en un área de unos pocos kilómetros. La simbiosis que genera grandes oportunidades se centra en diseñar modelos de negocio y nuevos productos con un enfoque de ciclo de vida integrando la cadena de valor, esto es desde la colaboración interempresarial. Y más aún ahora, con el Pacto Verde Europea en despliegue, esa apuesta firme y ambiciosa impulsada por la Unión Europea como nunca hemos visto en los últimos decenios.
La simbiosis que genera grandes oportunidades se centra en diseñar modelos de negocio y nuevos productos con un enfoque de ciclo de vida integrando la cadena de valor, esto es desde la colaboración interempresarial.
Y diseñar requiere innovar. Y para innovar hace falta saber hacia dónde ir. Este es el primer escollo que se encuentran la mayoría de nuestras empresas pues a diferencia de la digitalización, impulsada por la tecnología, son los instrumentos verdes de la política europea los que generan el mercado emergente para la economía circular. La Directiva de Ecodiseño, la de Emisiones Industriales (antes IPPC) o el Reglamento Reach para químicos son unos pocos ejemplos de ello. La complejidad de estos instrumentos y los plazos reales de la respuesta del mercado frente a nuevos requerimientos técnicos normativos generan una incertidumbre que requiere consejo y directrices a las empresas.
Pero para innovar también hace falta además un empujón, un apoyo adicional a las empresas. Un esquema que sea sencillo, ágil, dinámico y cercano. Por eso queremos compartir aquí la experiencia del Programa de Ecoinnovación Circular de Ihobe, con nuestros éxitos y aprendizajes tras ocho ediciones. Un programa que no se limita a cofinanciar con una media unitaria de 50.000 € unos 30 proyectos al año, al 50%.
Las empresas vascas valoran en especial el apoyo previo que Ihobe ofrece para anticiparse a los retos circulares que llegan desde Europa, la cercanía constante (y en fábrica) antes, durante y tras la realización de los proyectos de ecoinnovación circular, la simplicidad del sistema, las reflexiones estratégicas conjuntas, el apoyo a mejorar su modelo de negocio, el acceso a nuevos colaboradores empresariales y la mejor visibilización de las nuevas soluciones circulares.
Concretemos las cifras. Hemos impulsado 151 proyectos innovadores de economía circular en los últimos cinco años, algunos aún en marcha, en los ámbitos prioritarios de productos ecodiseñados (un 26%), retención de valor del producto y modelos de negocio circulares (18%), plásticos (28%), metales claves y críticos (22%) y materiales de construcción (18%).
Sin embargo son los resultados y los impactos los que nos interesan. Acabamos de confirmar que el 24% de las soluciones circulares innovadoras impulsadas por Ihobe ya se aplican en el mercado. Las cifras ya recogidas dos años tras finalizar los proyectos nos indican que ahorramos más de 100.000 ton/año de GEIs y de 110.000 ton/año de materiales, evitamos 300.000 ton/año de residuos acaben en vertederos, generando a la vez 130 empleos y una facturación anual adicional de 45 millones de euros. Finalmente, la relación coste-efectividad de los presupuestos públicos es un aspecto clave para nosotros. Hemos conseguido que cada € público invertido en proyectos ecoinnovadores genere una facturación anual de cerca de 20 € privados en soluciones de economía circular.
El 24% de las soluciones circulares innovadoras impulsadas por Ihobe ya se aplican en el mercado, hemos conseguido que cada euro público invertido en proyectos ecoinnovadores genere una facturación anual de cerca de 20 euros privados en soluciones de economía circular.
Las claves del éxito son, en nuestra opinión, una cercanía total respecto a las empresas y sus factorías, una labor de socializar constantemente los ámbitos de oportunidad específicos en ecoinnovación circular derivados de los instrumentos verdes de la Unión Europea y una apuesta por el enfoque de Ciclo de Vida que conlleva la imprescindible colaboración en (y entre) las cadenas de valor empresariales. Pero también hay aprendizajes. Que para incrementar la disponibilidad de las nuevas soluciones circulares, casi todas las empresas necesitan revisar y reenfocar mejor sus modelos de negocio. Y que debemos mejorar la visibilización de los resultados de las empresas para acelerar la apuesta empresarial por la economía circular.
Resumiendo, en Euskadi aplicamos el concepto de simbiosis industrial al conjunto de nuestro territorio con un enfoque de ciclo de vida que promueve la colaboración interempresarial en las diferentes cadenas de valor. Para obtener resultados, necesitamos de la colaboración público-privada que posibilita anticiparnos, a través del Programa de Ecoinnovación Circular, a los objetivos e instrumentos de economía circular establecidos a escala europea, estatal y regional.
Artículo publicado en el número 232 de RETEMA.