El sector de la bioenergía mantiene velocidad de crucero
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La biomasa es y seguirá siendo la principal fuente de energía renovable para calefacción en Europa en los próximos años. Con una cuota actual del 85% continuará desplazando a los combustibles fósiles en este importante sector contribuyendo, así, al cambio de modelo energético que acometen la mayor parte de los países europeos.
En España, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) proyecta un incremento en el uso de biomasa para calor renovable de 400 ktep, equivalente a la movilización de 1,2 millones de toneladas de biomasa más, entre 2020 y 2030. Aunque desde AVEBIOM, gracias al trabajo realizado en el proyecto Agrobioheat, estimamos que nuestro país podría disponer de hasta 3,3 millones de toneladas de biomasa, incluyendo la de origen forestal y agrícola, que podrían aportar 1.100 ktep al mix de calor renovable.
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) proyecta un incremento en el uso de biomasa para calor renovable de 400 ktep, equivalente a la movilización de 1,2 millones de toneladas de biomasa más, entre 2020 y 2030.
De momento, el sector mantiene su velocidad de crucero, avanzando en la dirección adecuada: implementando certificaciones que aseguran la sostenibilidad de las cadenas de valor de la biomasa y refinando las mejoras tecnológicas en los equipos de combustión y sistemas de depuración de los gases para reducir a prácticamente cero las emisiones de contaminantes a la atmósfera.
La directiva europea sobre renovables REDII establece unos criterios que los operadores deben cumplir y demostrar en la producción de electricidad y calor a partir de biomasa o biogás. En la actualidad, afectan a instalaciones de más de 20 MW, aunque ya está en discusión la tercera versión de la directiva que podría situar el límite en 5 MW térmicos.
España podría disponer de hasta 3,3 millones de toneladas de biomasa, incluyendo la de origen forestal y agrícola, que podrían aportar 1.100 ktep al mix de calor renovable.
Aunque el sector de la calefacción residencial y las redes de calor de pequeño y mediano tamaño no estarán obligados a cumplir estos criterios, algunos clientes de estos sectores podrían demandar biomasa con certificado de sostenibilidad en un momento dado.
Para facilitar los trámites a cualquier agente de la cadena de suministro, incluidas empresas de servicios energéticos o suministradores de biomasa que deseen proporcionar este valor añadido de sostenibilidad a sus clientes y demostrarlo, existen sistemas de certificación voluntaria a escala europea como Biomasud®, gestionado por AVEBIOM, o SURE, esquema para el cuál AVEBIOM ha sido designado recientemente organismo nacional de apoyo en España.
Los fabricantes de equipos de combustión y sus elementos auxiliares de Europa mantienen su vocación de innovación y profesionalidad para que la biomasa sea una de las soluciones energéticas más limpias y a mejor precio para el consumidor. En 2021 durante Expobiomasa y en 2022 esperamos ver nuevos desarrollos tecnológicos en los sistemas de combustión que moverán los límites de emisiones y eficiencia unos pasos más lejos.
En España, la reactivación económica y comercial con la movilización de fondos públicos que impulsan la economía verde y el comportamiento alcista de los mercados eléctrico y de los combustibles fósiles van a acelerar la instalación de nuevos equipos de biomasa, calderas y estufas.
La reactivación económica y comercial con la movilización de fondos públicos que impulsan la economía verde y el comportamiento alcista de los mercados eléctrico y de los combustibles fósiles van a acelerar el sector de la biomasa.
De hecho, a principio del verano se ha publicado un Real Decreto que aprueba conceder ayudas a las comunidades autónomas para fomentar la implantación de sistemas térmicos renovables en el sector residencial, además de apoyar a los más mediáticos autoconsumo y almacenamiento.
A esto se suman otras convocatorias como el PREE o las ayudas para eficiencia energética en pymes y gran empresa industrial del IDAE, y otras específicas de las comunidades autónomas, donde la biomasa es una tecnología de peso.
En cuanto a los biocombustibles sólidos, la capacidad productiva de las plantas se mantiene o aumentará ligeramente con capacidad para poner en el mercado hasta 2.000.000 de toneladas de pellet, y muchas más de astilla y hueso. En 2020, los equipos e instalaciones de biomasa en España consumieron más de medio millón de toneladas de biocombustibles renovables y sostenibles.
Más allá de la materia prima forestal, el recurso biomásico más empleado en el sector de la bioenergía, creemos que es muy necesario avanzar en la valorización de la biomasa de origen agrícola. El potencial en el sur de Europa es enorme, pero sólo se está aprovechando una pequeña parte, como la paja de cereal o el hueso de aceituna. Otros materiales como las podas y arranques de frutales, vides y olivo, el cañote de maíz y girasol, los restos de ensilado o el orujillo son recursos subutilizados pero que pueden ser muy valiosos en el circuito de la bioeconomía.
También es de esperar que los precios sigan la tendencia de estabilidad que vemos desde hace 10 años, cuando empezamos a elaborar el Índice de Precios de la Biomasa.
Frente a la especulativa fluctuación en los precios de los combustibles fósiles, y los sobresaltos que provoca en las economías de las familias y empresas, el precio de 2 kilogramos de pellet (equivalente energético a un litro de gasóleo) se ha mantenido muy estable, oscilando entre 0,45 € y 0,50 € (en mayo de 2021, el precio del gasóleo de calefacción superaba los 0,82 €/l).
En 2021, la biomasa se acercará a los 14.000 MW instalados y habrá evitado en España la emisión de alrededor de 5 millones de toneladas de CO2, lo que equivaldría a retirar de la circulación más de 3 millones de turismos.
El número de estufas y calderas de biomasa instaladas en el sector residencial nacional sobrepasará las 450.000 unidades cuando finalice 2021, siguiendo la línea positiva de los últimos años. También el número de instalaciones térmicas de mayor potencia, con calderas de más de 50 kW situadas en industria y sector terciario, debería superar las 15.000 unidades si nos guiamos por la trayectoria seguida en el pasado.
Esta tendencia podría aumentar su pendiente notablemente en 2022 gracias a los fondos para la recuperación que España empieza a recibir desde la UE y que tienen en el cambio de modelo energético el principal objetivo de inversión.
Las redes de calor con biomasa se han multiplicado por 15 en 10 años. En AVEBIOM creemos que su papel es fundamental en la descarbonización del suministro de energía térmica en los sectores residencial, servicios e industrial.
Mención especial merecen las redes de calor con biomasa, cuyo número se ha multiplicado por 15 en los últimos 10 años para acercarse, en breve, a las 450 instalaciones. En AVEBIOM creemos que su papel es fundamental en la descarbonización del suministro de energía térmica en los sectores residencial, servicios e industrial de España.
La asociación presentó a finales de 2020 dos ideas de proyecto al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico para favorecer la implantación de la biomasa como fuente de energía renovable en municipios de menos de 5.000 habitantes, donde reside alrededor del 4,5% de la población del país.
Uno de los proyectos consiste en desarrollar hasta 100 nuevas redes de calor con biomasa local, que darían servicio a unas 250.000 personas en el entorno rural, y el segundo pretende conseguir un importante recambio de sistemas de calefacción obsoletos por equipos individuales de biomasa de última tecnología que utilicen biocombustibles certificados en 255.000 viviendas.
También es un buen momento para que la biomasa gane terreno a los combustibles fósiles, como el gas, en las cogeneraciones industriales. El precio de CO2, junto a la necesidad de mejorar el aspecto de la sostenibilidad en algunos sectores, nos abre una nueva puerta para seguir creciendo y copando espacios energéticos. El reto es aportar soluciones con biomasa interesantes para estos sectores industriales.
Todas las ayudas ya en marcha, junto con el progresivo despliegue de los millonarios fondos “Next Generation Europe” a partir de septiembre pueden, y deben, impulsar la expansión de la biomasa como vector energético renovable y sostenible.
Por último, un frente fundamental y al que AVEBIOM está dedicando ya especial atención es el de la digitalización de nuestras empresas, puesto que es clave para que mejoren sus procesos, competitividad, diferenciación y calidad de servicios. Durante el Congreso Internacional de Bioenergía y a lo largo de seminarios específicos en los próximos meses queremos definir con nuestros asociados los pasos para poder aplicar la digitalización en actividades de suministro de biomasa, de fabricación de equipos o de servicios energéticos.
Artículo publicado en el número 233 de RETEMA.