Reutilización, clave para lograr la sostenibilidad en el uso del agua
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Por Enrique Cabrera Rochera, vicepresidente de la International Water Association (IWA)
La presente sección se titula “Reutilización del agua: Del desafío a la oportunidad”. Pero más que una oportunidad, la reutilización se ha convertido en una necesidad. En 2010, se estimaba que cerca del 80% de la población mundial estaba expuesta a amenazas en la seguridad de los recursos hídricos (valorada en función de su disponibilidad, demanda y contaminación). Esta situación de partida se ve agravada continuamente por los dos grandes vectores que afectan a la disponibilidad del agua; por una parte el exponencial crecimiento de la población mundial, y por otra la evolución de los episodios climáticos extremos derivados del calentamiento global.
Así, el reciente informe del IPCC “Calentamiento global de 1,5º” deja claro con un nivel medio de confianza que las posibilidades de sequías en la región del Mediterráneo se verán incrementadas conforme lo hagan los niveles de calentamiento global.
Por todo ello parece indudable, tanto localmente como en el resto del planeta, que la presión sobre los recursos hídricos disponibles aumentará en el futuro, y la disponibilidad de los mismos se tornará más errática e imprevisible. En este contexto, el agua reutilizada supone contar con un recurso adicional que se antoja indispensable y con una garantía de suministro máxima.
Por otra parte, el sector del agua está cada vez más alineado con el concepto de economía circular, y la reutilización es sin lugar a duda una piedra angular para su aplicación. De hecho, las aguas residuales son uno de los recursos más infrautilizados con los que contamos, y cerca de un 80% de las mismas son vertidas sin tratar en cuerpos de agua de todo el planeta.
Hace ya algunos años, la International Water Association (IWA) hizo suyo el lema de las 3R, Reducir, Reutilizar y Reponer, y el asunto que nos ocupa tiene especial trascendencia en las dos últimas, puesto que algunas de las iniciativas más relevantes en torno a la reutilización tienen como fin la recarga de acuíferos y la reposición de otras fuentes naturales.
En la actualidad la reutilización de agua ha pasado de ser una alternativa teórica a una solución que está siendo implementada en ciudades y regiones con un éxito notable:
En Orange County, California, existe un proyecto desde 2008 para recargar un acuífero de la zona y aprovechar la reutilización indirecta para abastecer a una población de más de 3 millones de habitantes. La recarga diaria de dicho acuífero es ya de 378.000 m3/día y se espera que sea de 492.000 m3/día dentro de 5 años.
En Chennai (India), con una población de 8,5 millones de personas, la menguante disponibilidad del recurso ha obligado a poner en marcha un programa para eliminar por completo las descargas de aguas residuales en 2030. En la actualidad la ciudad ya tiene un 100% de cobertura del servicio de saneamiento y ha conseguido reutilizar un 49% de sus aguas residuales (unos 540.000 m3/día), lo que supone un 15% de la demanda total de la ciudad. Además, la reutilización doméstica y la recogida de agua de lluvia han reducido en un 60% el agua que llega al sistema de alcantarillado.
Aqaba (Jordania), también busca las descargas nulas. De momento, reutiliza el 69% de sus aguas residuales, que cubren un 30% de la actual demanda de agua en la ciudad.
Sin embargo, para poder ver un uso generalizado del agua reutilizada todavía es necesario vencer una serie de obstáculos a los que estas ciudades ya han hecho frente.
Por una parte, la legislación y los estándares de calidad deben permitir su uso. La calidad necesaria para cada uso y los requisitos que cada ciclo debe cumplir (desde la reutilización doméstica a la industrial) deben ser establecidos para que los distintos tipos de agua reutilizada puedan ser considerados un recurso adicional. El Grupo Especialista de Reutilización de la IWA (el más numeroso de la Asociación con más de 2000 miembros) dedica una parte considerable de sus esfuerzos a definir dichos estándares.
Por otra parte, si el agua reutilizada se convierte en una fuente adicional que entra en competencia con las ya existentes, deberá tenerse en cuenta su viabilidad económica. Algo similar ha sucedido con el agua desalada, y ya contamos con experiencia más que suficiente como para saber que en competencia con las fuentes tradicionales, los usuarios finales eligen siempre la alternativa más económica. En el caso del agua reutilizada, los beneficios ambientales derivados de su uso deberán ser contabilizados para poner en verdadero valor su uso. Pero también será necesario seguir mejorando la eficiencia energética de los sistemas de transporte de agua, puesto que en la mayoría de las ocasiones el origen del agua reutilizada está aguas abajo de todo el sistema mientras que los usuarios, por definición, lo están aguas arriba.
Pocos dudan ya que el agua reutilizada es una de las claves para lograr una verdadera sostenibilidad en el uso del recurso. De la capacidad de los gobernantes para legislar y facilitar su crecimiento, de la sociedad para asimilar su uso y de los profesionales del agua para mejorar las soluciones técnicas necesarias, dependerá el momento en que su uso generalizado se haga realidad.
Artículo publicado en el número 210 Septiembre/Octubre 2018 de RETEMA