Producción autónoma de abonos de calidad
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En la explotación de Engelbert Friedlhuber, sus diferentes sectores de actividad están perfectamente engranados y son muy eficientes. Además, su explotación presenta una particularidad: su planta de evaporación al vacío.
Este ganadero de 58 años gestiona una explotación lechera con 175 animales y ya ha construido una planta de aprovechamiento de biogás y ha puesto en marcha una instalación de biogás que funciona con materias primas renovables. Sus cuatro cogeneradores de la marca MAN producen una potencia eléctrica de 1 MW en total. Lo que convierte en especial esta empresa familiar es su planta de evaporación al vacío con tanques para solución de sulfato amónico (SSA) y ácido sulfúrico.
Este productor lechero utiliza, desde hace más de 20 años, su digestato para fertilizar sus tierras de labranza. Pero ahora, los políticos discuten sobre la reforma del Reglamento relativo a abonos. Con esta reforma solo se podría utilizar un máximo de 170 k de nitrógeno en abonos orgánicos en explotaciones ganaderas, provocando tres problemas relativos a la actividad de la explotación de Engelbert Friedlhuber:
1. Demasiados abonos orgánicos en su explotación, que deberían ser transportados y esparcidos en regiones sin ganadería.
2. Faltan los nutrientes que solo pueden ser completados comprando abono mineral.
3. Debido al periodo de almacenamiento de seis meses, habría que construir otros almacenes de digestato, lo que implicaría muchos costes.
Ante esta situación y en búsqueda de soluciones, Engelbert Friedlhuber contactó con la empresa alemana Biogastechnik Süd apostando por una instalación para producir su propio abono mineral.
El ganadero Friedlhuber comprueba en su móvil si todos los procesos de su instalación de tratamiento de digestato presentan los parámetros correctos. Foto: Rouven Zietz
Separador produce material prensado
En la explotación hay instalado, a parte de otros equipos, un separador que separa la fase fluida de la espesa. Funciona a demanda y produce 5 m3 de material prensado diarios. Aquí se encuentran fibras que la planta de biogás no podía aprovechar en el primer paso. Estos materiales residuales se introducen una segunda vez en la instalación y, con ello, se consigue otra vez gas. Además, el separador produce unos 40 m3 de agua prensada al día, la cual utilizamos para tratar el digestato.
Al lado de la sala de máquinas se encuentran dos tanques de SSA, con una capacidad de 100 m3 cada uno, equipados con una pared doble y con un sistema de reconocimiento de fugas. Al lado se encuentra la instalación de tratamiento de digestato, llamada Vapogant desarrolada por el fabricante Biogastechnik Süd GmbH.
En el centro de control se puede ver en la pantalla cómo trabajan los dos evaporadores y los tres lavadores de vapor. También se puede leer cuánto calor absorbe la instalación en cada momento. Este calor es una parte del calor residual de la planta de biogás. Con ello se lleva a ebullición el digestato en los evaporadores con ayuda del vacío.
El evaporador de digestato Vapogant procesa el digestato de las plantas de biogás hasta convertirlo en fertilizante utilizable y altamente concentrado. Este proceso se realiza al vacío y es un circuito cerrado para que no se desprenda ni polvo ni olores.
Filtrar el amoniaco
En los lavadores de vapor se crea, con vapor de agua y añadiendo azufre, una solución amónica de gran calidad.
Al final queda, como abono de gran calidad, una solución líquida de sulfato amónico, llamada SSA. La SSA no puede llegar a las aguas subterráneas, el suelo la absorbe al momento y la retiene hasta que la raíz de una planta toma el abono.
El material prensado vuelve a la planta de biogás para aumentar el rendimiento de gas de los sustratos. Foto: Rouven Zietz
3000 L de abono de SSA diarios
Para Friedlhuber, invertir en la planta de evaporación al vacío fue la decisión correcta. Produce cada día unos 3000 litros de abono de SSA de gran calidad, el cual esparce en sus tierras y, previo pago, en otras. Además de SSA y agua, durante el proceso de tratamiento del digestato se produce también un lodo espeso de gran calidad que se utiliza igualmente como abono para el campo. De 40 m3 de agua prensada se pueden sacar unos 18 m3 de agua diarios. Esto significa menos viajes al campo y, con ello, un ahorro de combustible, tiempo y costes.